Un creciente número de productores, operadores/fondos y "nuevos jugadores" elaboran estrategias de crecimiento un tanto atípicas respecto del manejo tradicional del campo. Estas tienen algunas similitudes con los contrarians del mundo financiero (aquellos inversores que compran cuando todos venden y viceversa). Sus altas rentabilidades no se definen tanto por sus buenos niveles de producción y eficiencia sino por un buen timing para arbitrar distorsiones de precios. Fueron quienes dieron un paso al costado con el boom de los alquileres y quienes entraron en ganadería de manera agresiva antes de la suba. Año tras año crecen a una velocidad mayor que el promedio. ¿Qué estrategia estarán planeando hoy?
¿Esperar para vender todo su rodeo o crecer aún mas en animales? ¿Buscar zonas marginales con riego para la agricultura con contratos de mediano plazo? ¿Especializarse en productos de nicho? ¿Abrir su capital a terceros y convertirse en operador?
Pero más importante que conocer su estrategia es saber que aptitudes y actitudes diferenciales tienen.
Miden los riesgos/retornos con mayor profundidad y rigurosidad analítica, se anticipan a las dinámicas de los mercados según su ciclicidad y hasta cambian de rubro si es necesario. Tienen un olfato más agudo para detectar y arbitrar oportunidades. Se adaptan a las exigencias y cambios del mercado con relativa facilidad y su óptica de negocios sigue uno de los preceptos de Heráclito ("todo cambia, nada permanece"). Evalúan absolutamente todas las alternativas posibles de manera objetiva. Lideran empresas que en algún momento atraviesan momentos difíciles en lo productivo, comercial o financiero por estar adaptándose a cambios en el entorno. Para muchos viven en un estado de vértigo permanente. Es frecuente que se estabilicen después de un período de fuerte crecimiento. Nunca mezclan los factores emocionales con el negocio, y así a cualquier capricho familiar para cierta actividad lo consideran un hobby, no una unidad de negocios.
Tienen talento como entrepreneurs e innovadores y además un sentido comercial mucho mas desarrollado que aspectos técnicos-productivos o financieros, que delegan en su equipo. Son muy hábiles negociadores y combinan una alta dosis de intuición y sentido común. Ven a todas sus relaciones comerciales como fuente de negocios. Pero no quieren ganar todas, saben cuando ceder. Desafían al status quo. No compiten con otros sino con ellos mismos. Son personas ambiciosas que se animan a soñar y transformar ideas en realidades. Tienden a ser carismáticos.
Originalidad y audacia
No replican estrategias diseñadas por grupos que inspiran admiración como MSU, Los Grobo o El Tejar. Ser los mas grandes no significa ser el mejor ni el más rentable, porque estos también se equivocan. Tienen convicción y temple para tomar decisiones propias y no dudan un instante a la hora de actuar. No sigue, lo siguen.
Desafían a sus mandos intermedios y a asesores externos para que cuestionen la estrategia y así tomar la mejor decisión de manera consensuada. Son más líderes que jefes. Incorporan en sus equipos a talentosos, pero no a un montón de superdotados sino aquellos que se complementan constructivamente. Les ofrecen incentivos atractivos, y no sólo en lo económico. Saben dar el paso al costado para que aquel que tenga capacidad eventualmente lo reemplace para poder buscar y armar otros negocios. Una frase del filosofo José Antonio Marina resume el tema, se trata de conseguir que un grupo de personas no extraordinarias produzcan resultados extraordinarios.
La dinámica, velocidad, complejidad e intensidad de cambios, incluyendo los institucionales, son suficientes razones como para estar alertas no sólo para defender el negocio sino para encontrar oportunidades para crecer generando riqueza y empleo. Es necesario desligarse del día a día para procesar la información, anticiparse a los mercados, tomar decisiones y liderar los equipos. Pensar y actuar, todo el tiempo.
El sabio chino Lao-Tse decía, "un viaje de mil millas empieza con un paso".