Anticiparse a los problemas y aprovechar las tendencias en su favor es una de las condiciones que tienen los buenos empresarios, y entre las dudas más habituales que plantean los productores se encuentra siempre la de cómo será el futuro de la actividad agropecuaria.
Sin pretender agotar el tema quisiera compartir algunas ideas que lleven a la reflexión del lector; partamos de algunas premisas:
- Es muy difícil predecir el corto plazo (lo inmediato, el detalle), pero es mucho más sencillo anticipar el largo plazo (las tendencias).
Hay cosas que ya no se discuten, una de ellas es la gran orientación hacia una mayor eficiencia en los procesos productivos. Esto entre otras cosas implica:
- Menos empresas más grandes, más profesionalizadas, con menores costos y mejores productos y servicios.
- Menor participación en los negocios de intermediarios que no agreguen valor al producto final.
- Tendencia a la integración vertical - industrialización, comercialización- en forma directa por los productores o por asociación con otras empresas.
Frente a la falta de definición de reglas del juego concretas es mejor no paralizarse esperándolas, sino manejarse tomando como pauta que en este juego la única regla cierta es: no hay reglas ciertas para jugar.
Si se desea anticipar las tendencias es bueno ver qué pasa en aquellos países que han avanzado más que nosotros, y pensar sin querer copiar, qué situaciones pueden llegar a repetirse para nuestras condiciones de producción.
En Europa, por ejemplo, se detectan dos grandes direcciones: la intensificación de las actividades agropecuarias en las zonas con recursos ecológicos más productivos, asociadas a la agroindustria y a una buena infraestructura de transporte y almacenamiento, y una agricultura menos intensiva en las regiones con recursos naturales menos aptos.
División regional
En su libro, "La política agropecuaria común", François Descheemaekere define para el futuro cuatro tipos de regiones en Francia: "Regiones con una agricultura activa, intensiva, generadora de empleos basados en una eficaz actividad rural asociada a empresas agroindustriales, productos con denominación de origen, alta calidad y reconocimiento por parte de los consumidores". Estas regiones compensan las bajas en los precios de los productos primarios con mayores rindes y valor agregado. ¿Sería esto comparable con la actividad lechera y las industrias lácteas del centro y sur de Santa Fe, o la frutihorticultura entrerriana o del norte de Buenos Aires?
"Regiones de agricultura extensiva, que perderán mano de obra y verán cómo baja el nivel de actividad comercial de los pueblos", estas regiones se manejarán con las actividades tradicionales y aplicarán todo el esfuerzo tecnológico a aumentar los rindes y bajar los costos de producción. Ya que los precios de sus productos dependerán del mercado internacional, un ejemplo puede ser el oeste y sudoeste de Buenos Aires con sus campos mayormente dedicados a la producción de commodities.
- "Regiones sin agricultura o con actividades rurales asociadas al turismo, con pueblos activos gracias a la caza, pesca, el turismo de fin de semana, etcétera." Me imagino comparar esta descripción con nuestras sierras bonaerenses, los campos de la cordillera, algunas regiones de nuestra Mesopotamia y Patagonia, en donde varios campos están desarrollando planteos de turismo aventura, safaris fotográficos, trekking, cotos de caza, colonias de vacaciones, etcétera.
- "Regiones sin actividad productiva y sin atractivos turísticos condenadas a la miseria." No pondré ejemplos en este caso, que cada uno se los imagine.
Algunas preguntas que el lector podría formularse: ¿A cuál de estas "regiones" se asemeja más mi región de trabajo?
¿Es aplicable esta breve descripción a la situación y los cambios que ocurren en mi región? ¿Qué coincidencias y qué diferencias se presentan? ¿Por qué?
¿Con qué recursos cuento para aprovechar lo favorable o evitar lo desfavorable de la tendencia que creo se dará en mi zona de actividad? ¿Qué información adicional tendría que buscar y evaluar antes de sacar conclusiones?
¿Qué actividades puedo reorientar en mi planteo productivo para aprovechar más rápido las oportunidades de mi región? ¿Cuánto tiempo tengo y con qué recursos cuento para adaptarme? ¿Qué más tengo que saber para desarrollar un negocio que aproveche las oportunidades que veo? ¿Dónde puedo aprenderlo? ¿Qué socios puedo encontrar que se interesen y avalen mi proyecto?
Las tendencias sirven para definir escenarios y éstos permiten que cada empresario detecte, por medio de su intuición y análisis, las amenazas y oportunidades que es predecible que afecten su negocio.
Y del mismo modo que los empresarios individuales, los líderes y dirigentes deberían anticipar el futuro de cada negocio, de cada región, de cada comunidad, para evitar los manejos erráticos de entidades intermedias que representan a la gente de campo, para ayudar a la gente a prepararse mejor para los desafíos por venir y no sólo para reaccionar frente a los problemas del presente.
La velocidad y la eficiencia con que cada uno se prepare permitirán convertir las oportunidades en buenos negocios que impulsen la marcha de nuestro sector agropecuario.
Fernando Ravaglia