El maíz tardío no es una novedad, pero su importancia va creciendo. Eso quedó demostrado en el tercer congreso sobre maíz tardío que se realizó el miércoles pasado en Rosario. Técnicos de diversa especialidades explicaron los principales desafíos del cereal y analizaron casos reales de integración del maíz para generar valor agregado.
"Estamos frente al tercer año de crecimiento del área de maíz en la Argentina", destacó Juan Lariguet, líder de marketing en semillas de Corteva Agriscience. "El consumo de maíz está fuertemente influenciado por un crecimiento de la producción de carnes en Asia y se espera que para 2019 la demanda global del cereal sea de 1100 millones de toneladas. El maíz tardío (aquel sembrado desde noviembre) genera mayor probabilidad de asegurar rendimientos disminuyendo riesgos de faltante de stocks para la generación de valor agregado", destacó el ingeniero agrónomo de la compañía que surgió tras la fusión de Dow y Dupont.
Un factor importantísimo que define el éxito de los cultivos agrícolas a cielo abierto es el clima. Carlos Di Bella, del INTA Castelar, destacó que las temperaturas que enfrenta el maíz tardío versus el temprano son menores, por ende experimenta menos golpes de calor. Además los sembrados más tarde encuentran mejor balance de agua en el suelo y por historia, enfrentan menos rachas secas.
El profesor de Cereales de la Universidad de Río Cuarto, Gabriel Espósito explicó que no tiene sentido aumentar la densidad a más de 90 mil plantas por hectárea, ni achicar hileras. Y destacó la necesidad de particionar la dosificación de nitrógeno a lo largo del ciclo del cultivo, siendo muy importante aportarle el nutriente en fases reproductivas.
Lucas Borrás, analizó el maíz flint que se cosecha en siembras tardías versus las tempranas. Aquel maíz es el se utiliza para fabricar los famosos copos que se comen para el desayuno y tienen gran valor de exportación. Los resultados de los ensayos que llevó a cabo Borrás indican que los maíces cosechados de siembra temprana (octubre) no difieren en estos aspectos de calidad que los sembrados en diciembre. "Es más importante la genética que la fecha de siembra", concluyó el investigador.
Gustavo Maddoni, advirtió un aspecto a tener en cuenta: el efecto bajo de secado de granos en planta que enfrentan los maíces tardíos. "Entrado el invierno la capacidad de secado se va deteriorando y esto es más grave en latitudes mayores", advirtió.
Ejemplos
En fertilización, Fernando García, director del IPNI, detalló que las condiciones climáticas que enfrentan los maíces tardíos son distintas pero que hasta puede haber más nitrógeno disponible para los tardíos por mineralización.
Facundo Ferraguti, de INTA Oliveros, trató el tema de las micotoxinas. "Si seguimos exportando el maíz con altos niveles de micotoxinas nos van a castigar y la va a ligar el maíz tardío", advirtió. Y señaló la importancia de realizar un buen secado de los granos en poscosecha para eliminar dichos hongos tóxicos.
El Grupo Bermejo hace agricultura y ganadería extensiva e intensiva en varios campos del país. Su CEO, Agustín Dranovsky, contó en el congreso que utilizan mucho maíz tardío para alimentar el ganado por cuestiones de sustentabilidad, manejo de costos y administración de riesgos. Pablo Solfanelli, del Grupo Río Seco (doce empresas agropecuarias mixtas), contó que en su zona (Villa María, Córdoba), la soja se comporta peor que el maíz y esto se evidencia más a medida que los años son climatológicamente peores. "En años buenos el maíz rinde 2,6 veces más que la soja, en intermedios 3,5 y en años malos 5 veces más", explicó. Al darse cuenta de esto, pasó de hacer 35 % de maíz a 52 % en sus campos. Y por último, Andrés Aguilar de Las Chilcas, una empresa con feedlot, granja porcina, ganadería extensiva y destilería de etanol; dijo que su base de alimentación es el maíz tardío porque le brinda estabilidad. "Queremos 70 quintales todos los años, no un año 100 y el otro 40", argumentó.