La Asociación de Semilleros Argentinos (ASA) y PROSOJA trabajan en la Asociación de Semillas de las Américas (SAA) con el fin de avanzar en la aplicación de los marcadores moleculares como herramienta para la protección de los derechos de propiedad de los obtentores de variedades vege-tales.
Junto a recomendaciones y sugerencias dadas por técnicos del INASE en Argentina, el grupo de trabajo se encuentra replicando un criterio de análisis que viene implementando la Asociación de Semillas de las Américas en conjunto con la American Seed Trade Association y la Oficina de Pro-tección de Variedades de los Estados Unidos. “Bajo las mismas condiciones experimentales, un total de 11 empresas sojeras de Argentina, con un total de 390 variedades, están listas para el proceso de análisis”, adelanta el Dr. Miguel Rapela, director Ejecutivo de la Asociación Semilleros Argentinos (ASA) y de la Asociación Argentina de Protección de las Obtenciones Vegetales (ArPOV). .
“Cuando se disponga de toda esta información, un grupo muy importante de variedades de soja comerciales de los Estados Unidos y Argentina (lo que también suma a variedades que están siendo comercializadas en Brasil, Paraguay y Uruguay), representativas de una amplia diversidad genética y grupos de madurez, estará analizado y los resultados permitirán arribar a conclusiones sólidas con buen basamento científico”, acota el ejecutivo. Y aclara: “si la técnica de marcadores moleculares es aceptada como mecanismo legal para la prueba de identidad varietal y complementaria del examen para la concesión de un título de propiedad, será una garantía de seguridad para los obtentores y para los usuarios de semillas”.
Los antecedentes
En todos los países adheridos a la Unión Internacional para la Protección de las Obtenciones Vegetales (UPOV) -Argentina lo es desde 1994-, el examen de la distinción, homogeneidad y estabilidad (DHE) para la concesión de un título de propiedad sobre una variedad vegetal se basa en sus características morfológicas y fisiológicas. Con la rápida evolución, capacidad de análisis, exactitud, reproducibilidad y costo accesible, los marcadores moleculares han entrado a jugar un papel central en la identificación de variedades y en la concesión de la protección como un método complementario para examinar las características del DHE que satisfacen los criterios de la UPOV. Además, los marcadores moleculares también se están utilizando para ayudar a gestionar colecciones de variedades que se han vuelto inmanejables debido al enorme tamaño que han alcanzado.
“En la UPOV, el Grupo de Trabajo sobre Técnicas Bioquímicas y Moleculares y Perfiles de ADN en particular (BMT) ha considerado importante que se examinen modelos para la posible introducción de los marcadores moleculares en el examen DHE y formule recomendaciones sobre la aceptabilidad de dichos modelos. Así se han elaborado tres aproximaciones”, acota el ejecutivo.
Rapela sostiene que existe un consenso amplio en que los marcadores moleculares son extrema-damente útiles para la identificación de variedades una vez concedida la propiedad. También para determinar la conformidad genética dentro del concepto de variedad esencialmente derivada, para el manejo de las colecciones de referencia y el planeamiento de los exámenes DHE, y en el caso de aquellos marcadores absolutamente predictivos, en la expresión de las características fenotípicas. “Resta avanzar decididamente en la aplicación de marcadores moleculares como método comple-mentario para el examen de la distinción, homogeneidad y estabilidad (DHE)”, aclara el especialista.
En la XV sesión del BMT llevada a cabo en Moscú en mayo de este año, los expertos de la Asociación de Semillas de las Américas en un trabajo conjunto llevado a cabo por la American Seed Trade Association y la Oficina de Protección de Variedades de los Estados Unidos presentaron varios artí-culos técnicos relativos a este tema aplicados a soja y maíz. En el caso de soja, los expertos defi-nieron que el sistema SNP era el adecuado y la elección del chip BARCSoy6K como la plataforma de marcadores para el análisis. Este chip de marcadores es un subgrupo particular del chip SoySNP50K desarrollado por el United States Department of Agriculture, y fue seleccionado por el Soybean Genomics and Improvement Lab, Beltsville Agricultural Research Center (BARC). “Los resultados alcanzados en el estudio presentado a la UPOV fueron concluyentes en cuanto a la capacidad dis-criminatoria de este elevado número de marcadores. El chip BARCSoy6K es de acceso público, de componentes definidos, y fue desarrollado por una institución oficial. Esto en gran parte constituye una garantía de la reproducibilidad de la información emergente y que nada está sujeto a la confi-dencialidad de una empresa determinada”, apunta Rapela.
La SAA ha alentado a que los países apliquen tecnologías consistentes, repetibles, públicamente accesibles y similares. Según Rapela, esto responde a que el sinergismo entre las oficinas de los distintos países es fundamental para la construcción de un sistema sólido para la identificación y diferenciación de variedades.