De Buena Fuente. Mayor oferta de hacienda
Los precios de la hacienda siguieron bajando durante la semana y se situaron levemente por encima de un peso por kilo, con lo cual llevan acumulado un quebranto superior al 20 por ciento respecto de los valores extremos alcanzados durante agosto. Consultado sobre las razones de la baja, Luis Rodríguez Abínzano, de Crespo y Rodríguez, recuerda que la hacienda había alcanzado un precio ilógico: se llegaron a vender novillos a 1,40 peso por kilo, terneros a 1,75 y vacas a 1,10. Estos valores se debían trasladar a la góndola, donde el ama de casa no los convalidó, por lo que disminuyó el consumo de carne.
Simultáneamente apareció alta oferta de hacienda terminada por el inmejorable empastamiento de los campos, tras un invierno benigno en temperaturas y lluvias, con suplementación creciente por granos baratos. Además, la salida del invierno con poco frío favoreció el rebrote de las leguminosas, con posibilidades de próximo riesgo de empaste. Este es otro motivo de venta de animales terminados, para evitar problemas de meteorismo o gastos en bolos preventivos.
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Pero el consignatario fue más allá: sostiene que la mayor oferta pudo verse acentuada como consecuencia de los problemas económicos. No sería novedad afirmar que los bancos restringieron los créditos en las últimas semanas, con lo que cortaron las cadenas de financiamiento: obligaron a cancelar los descubiertos en cuenta corriente, no compraron cheques con pago diferido ni descontaron facturas. Este comportamiento redujo la liquidez de los operadores y obligó a ventas de hacienda al contado, para pagar obligaciones impostergables.
Rodríguez Abínzano advierte un incremento en la proporción de este tipo de operaciones en los últimos días y señala su preocupación respecto de la disponibilidad de fondos para atender estas ventas cash. Se sabe que muchos matarifes abastecen a grandes cadenas de supermercados que pagan con cheques a 45- 60 días, que antes eran negociados a tasas razonables en los bancos, con los que se hacían de liquidez para pagar más rápido. Hoy esa posibilidad está vedada y tampoco es probable que los supermercados modifiquen su política comercial.
"Si las restricciones financieras duran pocas semanas, la cadena comercial se recompondrá y no se alterará el cumplimiento de los pagos a los productores. Si persiste, en cambio, se pueden enfrentar los inconvenientes previsibles: cheques rechazados, demoras en el cobro y otros inconvenientes derivados de la fractura de la cadena comercial", prevé Rodríguez Abínzano. El consignatario recuerda que los matarifes y abastecedores no están en la mejor situación económica, porque muchos hicieron de "colchón" entre el aumento de precios de la hacienda en pie y el valor que pagaban la carne carniceros y supermercados. "Si los bancos no muestran voluntad de inyectar liquidez al circuito, quedan establecidas las condiciones para el descalabro", advierte el intermediario.
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Otro consignatario de Liniers, Iván O´Farrell, coincide con Rodríguez Abínzano en las causas de la baja de precios: "A partir de abril se desplegaron dos curvas con sentido contrario: la más visible fue la de gradual aumento del precio de la hacienda en pie, a la que se enfrentó otra más silenciosa, representada por la paulatina caída de la presión de compra de carne en el mostrador. Esta última ya había sido destacada por los abastecedores en junio ("el fin de mes fue tremendo") y julio ( "las vacaciones nos mataron").
A juicio de O"Farrell, "es difícil que los precios sigan bajando al ritmo de las tres últimas semanas". Antes bien, interpreta que los valores actuales de alrededor de un peso por kilo "son razonables", permiten mayor competitividad a la exportación y dan la posibilidad de recuperación del consumo interno. Según su óptica, puede esperarse que estos valores prevalezcan en las próximas semanas, con las oscilaciones propias de oferta en esta época.