Soy asesor técnico de Grupo Agros SA. Las mezclas de tanque pueden hacer ahorrar dinero, tiempo y generar mayor disponibilidad de los equipos de pulverización. Al mezclar agroquímicos buscamos aumentar el espectro de control, reducir los costos por una menor cantidad de aplicaciones y disminuir el pisoteo y compactación.
Las mezclas también pueden llevar a efectos no deseados como incompatibilidades físicas (tapaduras de picos, precipitado), químicas (no las visualizamos, pero falla el producto) y fitotoxicidad para el cultivo.
La mayoría de los productos cuentan con una muy pobre información en sus marbetes respecto a esto, por lo que se hace necesario hacer pequeñas pruebas de compatibilidad antes de la aplicación. Para esto solo deben valerse de dos recipientes de 250cc, uno donde mezclaremos los productos y el otro "testigo" que no tendrá el producto que queremos saber si es compatible.
Primero se llenan con 100cc de la misma agua que se utilizaría a campo, luego agregamos los productos en orden. Primero los polvos mojables, seguimos con los granulados, luego los líquidos solubles, concentrados emulsionables y terminamos con los aceites.
Invertiremos los recipientes 10 veces para mezclarlos y dejamos reposar 10 minutos. Luego debemos observar si se presentan cortes de fases, precipitado etc. De ocurrir esto, volvemos a invertir el recipiente 3 veces y si se homogeniza podremos utilizar la mezcla pero con el agitador del tanque siempre funcionando. Si no se homogeniza hay que descartar esa mezcla ya que no son compatibles los productos.
Independientemente de esto siempre habrá que controlar el pH del agua ya que una excesiva alcalinidad o excesiva acidez puede ser la causante de la incompatibilidad
Otra forma de ayudar a la compatibilidad es hacer premezclados de los componentes fuera del tanque con agua y luego ingresarlos al caldo de aplicación dándole tiempo al agitador para evitar arrebatar la mezcla.
En la presente campaña muchos productores se volcaron a productos más amigables con el medio ambiente, como es el caso de los 2.4 D en sus formulaciones amina al 60% y al 84%, pero que requieren de cuidados especiales, sobre todo si se pretende aplicar junto a atrazina y a un glifosato. El 2.4 D éster se encuentra restringido su uso en varias zonas del país por el peligro que reviste su evaporación y posterior precipitación lejos del lote, generando consecuencias negativas en otro lote o contaminando un poblado.
La mayor cantidad de reclamos que reciben los formuladores por supuestas fallas en los productos se deben a problemas de mezcla que pueden anular en forma parcial o total el poder de control de un producto. Esto genera pérdidas económicas, contaminación innecesaria y pérdidas de tiempo en momentos críticos del cultivo donde las plagas puede generar daños irreversibles. No obstante, al mezclar correctamente los agroquímicos son muchos los beneficios obtenidos.
Juan Martín Castro y Rojas