Hay 4.836.000 hectáreas afectadas
SANTA FE.- Este año ya es para esta provincia el "año del agua". Hay 4.836.000 hectáreas afectadas por inundaciones -acumulación de lluvias, desbordes de ríos y lagunas y elevación de napas freáticas- y los daños a la producción alcanzan una cifra impresionante: 1226 millones de pesos.
Si a este monto se les suman los casi 2400 millones de pesos que insumirá la catástrofe que soportan esta capital y 30 distritos del centro norte, como consecuencia del desborde del río Salado, que aún mantiene a 50 mil personas fuera de sus viviendas, habrá que coincidir que el impacto económico demandará a los santafecinos varios años de sacrificio para recomponer su aparato productivo y sus estructuras sociales.
Consecuencias nefastas
"Separando las cuestiones urbanas de la inundación en esta zona, como situación global, lo que está enfrentando la producción santafecina es muchísimo peor que los efectos del fenómeno de El Niño en 1998. Y sus consecuencias serán nefastas", admitió a LA NACION el secretario de Agricultura y Ganadería, del Ministerio de la Producción de Santa Fe, Oscar Alloatti.
Los mayores problemas están centrados en la zona que comprende la llamada "Cuenca santafecina del Salado", es decir, unos 3.500.000 hectáreas de los 12 millones del total que involucra ese río, desde su nacimiento, en Jujuy, hasta su desembocadura en el extremo sur de esta capital.
Las lluvias, que en sólo dos meses -marzo y abril- promediaron los 1300 milímetros en los departamentos San Cristóbal, Las Colonias, San Justo y Vera, anegaron una superficie triangular de unos 300 kilómetros en su base (al Norte) hasta confluir en la zona oeste de esta capital, ingresando en ella el último fin de semana de abril.
Repetición
Actualmente, las lluvias regulares para esta época se repiten y al encontrar los canales, arroyos y suelos saturados, directamente derivan hacia el río.
Los principales problemas afectan a la lechería, ya que la zona compone la cuenca lechera más importante de América latina. La producción que llega a las industrias mermó cerca de un 25 por ciento (1 millón de litros/día), que generalmente se tira a las cunetas porque la red vial de tierra está intransitable y los camiones no pueden llegar a los tambos.
Pero también el resto de la ganadería enfrentó graves pérdidas por una elevada mortandad de rodeos (cerca de 60 mil cabezas) ahogados o por no soportar el llamado "estrés hídrico" (el animal no puede descansar porque no tiene terreno donde hacerlo y al caer se ahoga o lo eliminan las enfermedades).
En el caso de la lechería, los propios productores consultados por LA NACION estiman que retomar los niveles productivos existentes antes del fenómeno climático actual demandará por lo menos un año.