Inundaciones y transporte son las necesidades más urgentes
¿En qué medida beneficiaría al agro la inversión en obras de infraestructura que, según prometió el presidente electo, será eje de su estrategia para reactivar la economía?
Según fuentes allegadas a Néstor Kirchner, se prevén obras por 9000 millones de pesos en una primera etapa y por unos 21.000 millones de pesos más adelante (lo que significa cerca del 3% del PBI).
Frente a tales proyecciones, un analista de la Bolsa de Comercio de Rosario compartió sus dudas: "Las obras públicas requieren capital y en un país que no paga los intereses de su deuda externa, ¿de dónde saldrá el dinero?" La posibilidad real de concretar la promesa, juzgó, dependerá de las fuentes de financiamiento que elija el nuevo gobierno.
Resulta entendible cierto descreimiento de los anuncios oficiales si se tiene en cuenta que no es la primera vez que un programa de gobierno intenta basarse en la expansión de la infraestructura. En los últimos años, sin embargo, el dinero disponible no alcanzó ni para mantener la infraestructura existente. De los 40.000 kilómetros de la red vial, 11.000 están en muy mal estado, admitieron fuentes de Vialidad Nacional.
Es justamente la recomposición del entramado de rutas y caminos rurales lo que reclaman productores, vendedores de agroinsumos e industriales ligados al campo, sobre todo en tiempos de cosecha y de riesgo hídrico. Vale apuntar que la mayor parte de la cosecha (cercana a los 70 millones de toneladas) se traslada en camiones hacia los acopios y de allí a su destino final (puerto o industria).
El titular del Instituto de Estudios Económicos de la Sociedad Rural Argentina, Ernesto Ambrosetti, señala que no sólo sería importante reacondicionar y extender la infraestructura vial, sino también permitir el aumento de la capacidad de carga para reducir el costo de transporte de materias primas y combustibles. Si se permitiera la utilización de camiones de mayor porte, es decir, si hubiera una reglamentación pertinente, evalúa el técnico, la Argentina podría competir en mejores condiciones en el nivel internacional.
No menos importante es la profundización y señalización de canales entre Rosario y el Puerto Barranqueras (en Chaco), por donde podrían salir las materias primas del NOA y del NEA, señala Ambrosetti. En su opinión, una política estratégica multimodal es imprescindible para aumentar la eficiencia y bajar los costos de exportación.
"La inversión en infraestructura es un aspecto fundamental para mejorar la competitividad de la Argentina", señaló Ambrosetti.
"El gobierno de Eduardo Duhalde pretendió conseguir ese objetivo con sólo modificar el tipo de cambio, pero no fue suficiente para recuperar el posicionamiento de los sectores más dinámicos de la economía", explicó. De ahí el reclamo del sector agropecuario por la simplificación del sistema tributario y la reducción de la carga fiscal, seguridad jurídica, menor gasto público y mayor eficiencia en el uso de los recursos.
Pero, además, los productores esperan acceder a un mejor servicio de comunicaciones. Hasta ahora el acceso a Internet y a una línea telefónica sigue siendo muy costoso respecto de las áreas urbanas. Las redes de gas natural y electricidad, que para algunas producciones (como la tabacalera o la aviar) son insumos estratégicos, también continúan siendo asignaturas pendientes.
Frente al riesgo hídrico
En los últimos años, las obras de mitigación de inundaciones en la pampa húmeda son un reclamo constante. De hecho, más de 2 millones de hectáreas permanecen anegadas en la pampa húmeda.
Al respecto, Hugo Amicarelli, saliente subsecretario de Recursos Hídricos de la Nación, señaló que existen más de 120 proyectos de obra entre Buenos Aires, Santa Fe y Córdoba, que serían financiados con el Fondo Hídrico Nacional, y que el nuevo gobierno podrá firmar los contratos de licitación.
El funcionario aseguró que la derivación para otros fines, de parte de lo recaudado por la tasa de infraestructura hídrica (entre marzo de 2002 y abril de 2003 la AFIP percibió cerca de 354 millones de pesos), no significó una demora para los proyectos en marcha y que hay que evaluar lo ocurrido en un contexto de emergencia económica. Dada la intensidad de las lluvias en los últimos dos años, Amicarelli advirtió que además de las obras de infraestructura es imprescindible "prestar más atención a las variables climáticas" para el desarrollo de planes de alerta.
El ministro de Infraestructura, Vivienda y Servicios Públicos de Buenos Aires, Raúl Rivara, admitió que la Nación comprometió la entrega de 240 millones de pesos con destino a las obras en la cuenca del Salado (en seis cuotas anuales), lo que permitiría iniciar el dragado del río desde la intersección del canal 15 hacia arriba. "Tenemos toda la documentación para licitar cualquier obra del Plan Maestro de la Cuenca del Río Salado", señala Rivara.
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