Lecheria: en Rosario. Productores con las alas cortadas
Tras levantarse de la crisis que aquejó al sector en los años 90 y rescatar la tradicional marca Yolanka, la Cooperativa de Tamberos de Rosario ve su expansión interrumpida desde el aumento de las retencionesa los lácteos en 2005
Desde 1998 hasta fines de 2002 fueron años casi letales para la Sociedad Cooperativa de Tamberos de la Zona de Rosario. Por aquellos tiempos, al igual que muchas pymes argentinas, esta empresa estuvo en la cuerda floja. Sus directivos, hasta tuvieron que vender la marca insignia -Cotar- para ver si con ese dinero evitaban la convocatoria de acreedores. No lo lograron.
Fueron años muy duros. Pero el final fue feliz: salieron adelante y ya en 2003 estaban industrializando diez millones de litros mensuales para terceras marcas del mercado interno y comenzando a exportar leche en polvo.
En 2004 reflotaron Yolanka -marca que había sido de Kasdorf y quedó vacante en el registro de la propiedad industrial- y se pusieron a elaborar y comercializar esos productos.
Además inauguraron una nueva línea de envasado aséptico de leche fluida, que lleva la vida útil de la leche en sachet a 30 días. Todo iba muy iba muy bien: en un año y medio, hasta el primer semestre de 2005, la cooperativa había exportado por el valor de 4,6 millones de dólares a Marruecos, Turquía, Argelia, Vietnam, Mauritania y otros países. Las ventas en el mercado interno también crecían; y, como si fuera poco, en 2005 iban a recibir un millón y medio de dólares de inversiones, provenientes del Reino de Jordania, para agrandar la planta industrial.
Pero en julio vino otro golpe duro: el aumento del 5 al 15% de las retenciones a las exportaciones lácteas. Resultado: se cayó el negocio de las ventas externas y los inversores de Jordania se hicieron humo por falta de reglas claras. "Habíamos pasado momentos muy difíciles, tan difíciles que tuvimos que vender la marca Cotar y casi tenemos que cerrar la fábrica. Después de 2002, nos recompusimos y empezamos a crecer en el mercado interno y llegamos a exportar trescientas toneladas mensuales de leche en polvo", contó Alejandro Sarapura, gerente comercial de la cooperativa. "El año pasado, por el aumento de las retenciones y la suspensión de los reintegros, tuvimos que dejar ese negocio y nos perdimos la gran oportunidad de sumar los capitales que querían asociarse con nosotros para agrandar nuestra planta. Finalmente [los jordanos] dijeron que se retiraban de la Argentina, porque con imprevisión no se podía trabajar", agregó, con cierta bronca, Sarapura.
Para el gerente, el efecto que quería el Gobierno con la suba de las retenciones no se produjo, porque en todos estos meses los precios de los productos lácteos no bajaron, sino al contrario, en algunos casos subieron.
A pesar del embate, Sarapura dijo que por ahora no se tuvo que despedir gente. "En la planta siguen trabajando 200 personas, como antes de interrumpir las exportaciones. Hasta ahora no tuvimos que echar a nadie."
Por su parte, Bernardo Arocena, presidente de la cooperativa, dice que si el negocio mejora podrían crecer mucho más. "Lo vemos complicado, pero con posibilidades de salir adelante. Dicen que el Gobierno va a empezar a bajar las retenciones de a poco, pero no sabemos cuándo. Sería una lástima no poder seguir creciendo, porque nuestra planta está trabajando al 60% de su capacidad", agregó Arocena.
De todas maneras, los directivos de la cooperativa son optimistas. De hecho, están haciendo los tramites de inscripción para poder exportar a Venezuela. "Queremos estar preparados para cuando vuelva a ser negocio exportar", dijeron.
Alejandro Sarapura volvió al detalle y explicó los inconvenientes puntuales por los que dejaron de vender leche en polvo al exterior: el negocio de exportación cerraba cuando las retenciones eran del 5% y había un reintegro del 3,6%, con lo cual el derecho para exportar se terminaba reduciendo al 1,4%; además, la tonelada de leche en polvo cotizaba 2150 dólares. Hoy ese valor bajó a 2030, además no hay reintegro y las retenciones se triplicaron, por lo cual la exportación no tiene margen posible para nosotros.
-Sin embargo, los últimos números dicen que las exportaciones de lácteos crecieron un 13% en divisas y un 6% en volumen respecto del primer cuatrimestre de 2005, lo que indicaría que la suba de las retenciones no fue una limitante para que el negocio crezca.
-Las empresas grandes son las que aumentan sus exportaciones; para ellas la exportación sigue siendo negocio porque tienen mayor escala y pueden pagar más por la materia prima. Antes de las retenciones, nuestra cooperativa pagaba 54 centavos por litro al productor. Después tuvimos que bajar a 50 y perdimos tambos.
-¿Cómo iba a ser el negocio con Jordania?
-Eran empresas de ese país que querían montar una planta con capacidad para fabricar 1250 toneladas de leche por mes. En vez de hacer una planta nueva, que cuesta 5 millones de dólares, nos propusieron ampliar la nuestra, que tiene una capacidad de 450 toneladas y para llegar a esa capacidad se requiere una inversión de 1,5 millones de dólares en lugar de 5. Además, nos iban a financiar la compra de materia prima, y en diez años la planta volvía a ser nuestra. Era un negocio espectacular, pero los jordanos se fueron porque el aumento de las retenciones los espantó.
Una cooperativa con 80 años de trayectoria
Nació en 1935, y hoy agrupa a 40 tamberos, que producen 50.000 litros diarios de leche
La Sociedad Cooperativa de Tamberos de la Zona de Rosario nació en 1935. En la década del 70 llegó a tener 700 socios. Hasta 1998, comercializó sus productos bajo la marca Cotar, que ese año pasó a manos de SanCor. Actualmente, los propietarios de esta cooperativa rosarina son 40 productores lecheros que producen 50 mil litros diarios.
Desde que tuvieron que dejar de exportar, los directivos de la cooperativa –que participó de Mercoláctea 2006 en San Francisco, Córdoba– apuntaron sus cañones al mercado interno. Hoy la cooperativa procesa 200 mil litros diarios, de los cuales 160.000 se industrializan para otras marcas y 40.000 son para elaborar leche en polvo, leche ultrapasteurizada, yogur, flan y quesos barra y sardo con la marca Yolanka, que se vende a veinte distribuidoras de la zona de Rosario y a los supermercados Carrefour, Disco, Norte y Wall Mart.
Alejandro Sarapura contó que con Yolanka les está yendo muy bien, “la motivación nuestra es la penetración de la marca Yolanka en el mercado, y aunque los costos nos aumentaron mucho en estos meses y los márgenes son estrechos, las ventas están creciendo y eso nos entusiasma para seguir, porque tenemos productos de primera calidad a precios muy competitivos, y además nos están llamando distribuidores de ciudades del interior de Santa Fe que quieren comercializarlos”.
“¿Los consumidores recuerdan la marca Yolanka?”, se preguntó a Sarapura. “La recuerdan más en Buenos Aires que en el interior, y aunque de a poco se está haciendo conocida en esta zona, nuestros productos siguen llevando el sello de la cooperativa, y la gente los reconoce. El rosarino es muy localista”, comentó Sarapura.
A la hora de hablar de cómo hace este pequeño grupo de tamberos para competir en los supermercados con las marcas grandes, Sarapura dijo que la clave de Yolanka es ofrecer un producto de igual calidad que los mejores, pero más económico.
“El litro de nuestra leche ultrapasteurizada en góndola está a $ 1,20, mientras que otras están 20 centavos más caras. Nosotros, por ahora, no hacemos publicidad ni marketing porque no podemos. Nuestro fuerte es calidad y precio.”
En cuanto a las ganancias, Sarapura cree que para tener un buen margen la cooperativa tendría que aumentar un 20% los precios. “El problema es que nosotros no podemos aumentar los precios y sí nos suben costos. Los sueldos se incrementaron un 80% y los insumos como el acero, el cloro, los repuestos y los envases, también aumentaron. Eso achica mucho la ganancia.”
–Pero entonces habrán tenido que subir el precio de los productos que elaboran para terceros... –Sí, lo que industrializamos a fasón, tuvimos que aumentarlo un 40% porque sino, no cerraban las cuentas.
–¿Qué hacen con lo que ganan?
–Lo que se gana es para pagar deudas y lo que queda se reinvierte en nuestra planta.
La cadena láctea aún no logró el consenso
Por José E. Bordón
Para LA NACION
SANTA FE.– La cadena láctea de la Región Centro, donde seconcentra el 70% de la leche que produce el país, no pudo consensuar una propuesta para modificar la aplicación de las retenciones que rigen hasta el 12 de julio de este año. Sus componentes –producción e industria– y los funcionarios de los gobiernos de Santa Fe, Córdoba y Entre Ríos, reunidos en esta capital, mantuvieron firmes sus posiciones el acuerdo se frustró.
“Los tamberos necesitan una recomposición e precio, en función de los incrementos de costos que tuvieron desde 2005 hasta la fecha. Sabemos que este dinero estaría disponible porque, al quitarse las retenciones, habría una parte proporcional que le correspondería al productor. Propusimos bajar este impuesto manteniendo los precios al consumidor y realizando una administración de los saldos exportables, para que no se repita lo de 2005, cuando las industrias orientadas exportadoras quitaron materia prima del mercado interno para destinarla al comercio internacional”, reveló Roberto Socín, presidente de la Mesa de Productores de Leche de Santa Fe.
Socín añadió que los productores propusieron un trabajo ordenado en una comisión tripartita. Pero, “la industria dijo no, ya que en el mejor de los casos, la quita de las retenciones compensaría la baja de precios que se da históricamente en la primavera”, subrayó.
Desde el sector industrial partió una respuesta rápida. “El mayor impacto de este impuesto cayó sobre la industria y, como consecuencia, afectó al productor.
Las empresas son las que perdieron posibilidades en los mercados, sobre todo en las exportaciones de quesos, por no contar con valores competitivos”, aseguró Alfredo Curiotti, titular de Williner. “Todos coincidimos en que hay que ir a una baja de las retenciones, para mantener un equilibrio de rentabilidad para todos los miembros de la cadena”, subrayó.
Pero tampoco entre los industriales hay una única posición. Según se pudo observar en el marco de la reunión realizada en esta capital, algunos pretenden que se estipule una reducción de las retenciones –al mismo nivel que se mantenía a mediados del año pasado– en todos los lácteos exportables; otros, en cambio, sugieren establecer esta baja sólo en las exportaciones de quesos.
“Es necesario que cambie esta realidad. Si no se revierte esta situación, los tamberos entrarán a sembrar soja o maíz. Queremos que nos den una herramienta que nos asegure la previsibilidad y la seguridad para todo el sector”, concluyó, por su lado, Socín.