Opinión. Propuesta para alcanzar un Senasa verdaderamente autárquico
Por Francisco Sellarés Para LA NACION
Hace dos años se analizó en la Comisión de Agricultura y Ganadería de la Cámara de Diputados de la Nación un proyecto de ley que propicia la autarquía económico-financiera del Senasa. Si bien dicho proyecto fue aprobado por esa comisión, tuvo disidencias parciales por parte de los diputados Guillermo Alchouron -que objetó fundamentalmente la no previsión de llamado a concurso para los cargos técnicos del organismo-. y de quien escribe, cuyas objeciones incluían la regionalización del organismo y las limitaciones de las funciones del Presidente, entre otras. Dicho proyecto no llegó a tratarse en el recinto y perdió estado parlamentario. Asimismo prácticamente todas las entidades relacionadas al quehacer agropecuario se opusieron al proyecto, pero casi ninguna objetó la pretendida autarquía.
El suscripto recopiló todas las opiniones vertidas en dicho momento presentó un nuevo proyecto de ley titulado "Autarquía y descentralización técnica, administrativa y operativa del Senasa. Creación de la Comisión Asesora de Sanidad Animal, Protección Vegetal e Inocuidad de los Alimentos", que ha sido remitido a las entidades rurales. A mediados de mayo pude entregar el proyecto a manos de las máximas autoridades del Senasa, para que propusieran las modificaciones que estimaran conveniente. Lamentablemente, en ningún momento manifestó interés en reunirse con el legislador y/o sus asesores para tratar el proyecto.
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Básicamente el proyecto presenta ideas novedosas y plantea interrogantes coyunturales. ¿Cuál es el grado de seguridad en cuanto a la inocuidad alimentaria que tenemos en nuestro país? La respuesta es preocupante. De ahí la importancia de estudiar la situación en profundidad y, tal como propone este proyecto, la posibilidad de crear en el ámbito de la Sagpya, la Comisión Asesora de Sanidad Animal, Protección Vegetal e Inocuidad de los Alimentos, cuyo objetivo será brindar seguridad alimentaria a la población. Dicha cartera estaría integrada por los organismos oficiales inherentes en la materia y por representantes de todos los sectores productivos, industriales y exportadores, ya que se entiende que es necesario un sistema nacional integrado, eficiente y coordinado y no nuevas normativas dirigidas aisladamente. El Senasa debe ser responsable, directa o indirectamente, del control sanitario, tanto a nivel nacional, provincial y municipal. Para ello es necesaria una regionalización efectiva, responsable y ejecutiva, con una autoridad superior de fiscalización infalible, con aplicación de las sanciones por medio de un tribunal incorruptible para evitar evasiones o competencias desleales. El proyecto concibe una conducción sobria, eficiente y ejecutiva del Senasa. Un presidente del organismo que sea más un administrador político, nexo ejecutivo de las políticas nacionales con los sectores participantes, que el responsable de los aspectos técnico sanitario. Debe extender su participación directa y formal en las relaciones comerciales con el mundo y promover la apertura de nuevos mercados para nuestros productos, en acción coordinada con el sector privado. Un director nacional con funciones de gerente general, profesional idóneo, con estabilidad laboral y decisión ejecutiva, seleccionado de la manera más académica e imparcial posible, será el vértice del organigrama del organismo.
Debería haber además, dos áreas técnicas centrales, dirigidas cada una por un director nacional asistente, seleccionados bajo los mismos requisitos que el director nacional y con las obligaciones, deberes y estabilidad que aquél. La unidad central operativa debería ser la encargada de la elaboración de las normativas y programas sanitarios de las diferentes cadenas de valor; del establecimiento de las políticas, programas y normas que regulan la aprobación y uso de insumos permitidos en todas las etapas del proceso productivo; de determinar las disposiciones en materia de registro de productos utilizados para la producción de alimentos; de implementar normas que aseguren la aplicación del Código Alimentario Argentino dentro de los parámetros internacionales exigidos y del establecimiento de zonas y/o fronteras epidemiológicas para salvaguardar el patrimonio sanitario nacional.
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Para finalizar, el proyecto de ley prevé que un organismo de fiscalización y de control como el Senasa debe estar totalmente conectado en red para poder cumplir con su cometido en tiempo real e informar a todos los protagonistas de la cadena de todas las acciones y actos administrativo. Este Senasa que se propone debe financiarse con recursos del tesoro nacional -el noventa por ciento del presupuesto actual del organismo corresponde a tasas y permisos recaudados- y no debe, de ninguna manera, quedar atado a un porcentaje de las retenciones agropecuarias, impuesto distorsivo que tarde o temprano deberá eliminarse, pues se correría el riesgo que tal afectación sea utilizada como excusa para su no eliminación.
Asimismo este organismo que se prevé debe ser una nueva entidad confiable a nivel nacional e internacional que permita: reestructurarse, jerarquizarse profesionalmente, ser eficiente, tener estabilización institucional, regionalizarse, informatizarse y capacitarse. Para ello se considera como factor ineludible la existencia de su autarquía en todos los sentidos: técnico-administrativo-económico y financiero.
El autor es diputado nacional (PJ, provincia de Santa Fe).
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