Por Héctor Müller De la Redacción de LA NACION
"Al cabo del año 2001 nuestro país se encuentra abismado en la más grave crisis política y económica registrada, a nuestro juicio, desde los inicios de nuestra organización nacional. Pero lo que primordialmente nos alarma y desasosiega es la tragedia institucional y la irresponsabilidad patológica de muchos dirigentes enquistados en puestos dominantes del gobierno argentino."
Estas palabras, pronunciadas por el presidente de la Sociedad Rural Argentina, Enrique Crotto, el miércoles último en el tradicional balance que realiza la entidad los fines de año, pasaron a representar el pensamiento de todos los integrantes del sector rural, que transitan los últimos días del año con un generalizado sabor amargo.
La preocupación netamente sectorial se sumó a la inquietud por la delicada situación política, económica y financiera por la que atraviesa el país y que se agudizó en estos últimos días.
"Ante la grave crisis se requieren cambios profundos", señalaron el jueves último Coninagro y la Federación Agraria Argentina (FAA), un día después de que el país se vio sacudido por una gran conmoción social.
Ambas entidades, presididas por Mario Raiteri y Eduardo Buzzi, respectivamente, pregonaron un modelo fundado en la producción, que abandone definitivamente el camino de la especulación financiera y la clara subordinación a los conocidos grupos de concentración económica.
Ingeniería financiera
En resumen, propusieron dejar de lado el sistema de convertibilidad que dio origen a una pronunciada distorsión de los precios relativos, aplicar una ingeniería financiera que permita desdolarizar la economía y dar lugar a la flotación del sistema cambiario sin deteriorar la capacidad de compra en el mercado interno de los sectores más vulnerables.
Además, solicitaron renegociar los términos de la deuda externa y conseguir un período suficiente de gracia para el pago de sus intereses. La producción será la única moneda posible de cumplimiento.
La FAA y Coninagro instaron a la conformación de un gobierno de salvación nacional capaz de restablecer la confianza del pueblo y con decisión política suficiente para cumplir con los objetivos de cambio que se reclaman.
"Urge un cambio de actitud de la clase política, que ha vivido permanentemente ajena a la realidad", dijo ayer el presidente de Confederaciones Rurales Argentinas(CRA), Manuel Cabanellas. El dirigente hizo un llamado a la reflexión a la dirigencia política dado que llegó para ellos el momento de renunciamientos importantes y, también, instó a encarar definitivamente la reducción del gasto público, que atenta directamente contra la productividad de un país.
Resultados negativos
"Cotidianamente vemos con angustia cómo el esfuerzo que se realiza desde distintos sectores de la sociedad se esfuma por diversos factores que se traducen en resultados negativos. Sentimos que estamos pagando los gastos de una larga fiesta de la que no participamos", había dicho Cabanellas, días atrás, en la reunión organizada por su entidad.
La Rural estima que durante los últimos diez años el gasto público tuvo un aumento cercano a los 35.000 millones de pesos; creció un 57 por ciento con estabilidad de precios.
Para Crotto, si se dividiera el gasto público total por la cantidad de habitantes, se advertiría que se "derrochan" cerca de 2600 dólares por cada uno, lo que representa una carga para una familia tipo superior a los 10.000 dólares anuales. "Así no se puede vivir y menos crecer", agregó.
También advirtió que el sistema tributario es un caos. Su complejidad supera la imaginación. La infinita cantidad de normas impide su cumplimiento. De esta manera se incentiva la elusión y la evasión. Es necesario simplificar el sistema tributario a la brevedad para que cada contribuyente pueda entenderlo y liquidar sus propios impuestos.
El dirigente ruralista apuntaló el concepto de refundar la República: "Nuestra República, escarnecida por una democracia enferma y prisionera de los vicios de una partidocracia maltrecha".
"Nadie desconoce que el aparato productivo nacional no puede sostener más el costo de la burocracia de un Estado inexistente, ni el costo sobredimensionado de la política y de la ineficiencia administrativa", señaló Coninagro.
"Necesitamos un ordenamiento de las cuentas públicas, un eficiente manejo de los recursos y la reducción de gastos improductivos. Además, urge combatir la evasión fiscal aduanera", sostuvo Cabanellas.
Interrogantes
Con relación a las políticas de ajuste, la Federación Agraria planteó una serie de interrogantes: ¿qué esfuerzo adicional se les puede pedir a los productores endeudados; a los arroceros que venden su producción un 40 por ciento por debajo de los costos; a los miles de productores lácteos virtualmente quebrados; a los productores de naranjas, que venden el cajón en 80 centavos; a los cañeros de Tucumán, que con 10 hectáreas sólo pueden generar un ingreso promedio de 80 pesos mensuales para un grupo familiar de cinco personas?
Para la FAA, la realidad demuestra que es necesario expresar crudamente que se ha llegado al final de este modelo inequitativo y que se impone dar un giro rápido, fuerte, audaz y decidido en la política económica.
Hoy son todas dudas. La incertidumbre domina la escena. Se espera con ansiedad que en el menor tiempo posible comiencen a develarse las incógnitas.
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