"El mercado de insumos para la siembra de trigo se mueve muy lentamente; los pedidos se hacen esperar", se quejó un vendedor de semillas de Tres Arroyos preocupado por el silencio del teléfono.
La actitud de los productores no es caprichosa: los analistas prevén un mercado opaco para el cereal en la campaña 2003/2004 por efecto de varios factores adversos. Para Enrique Erize, el principal elemento bajista es el aumento de área sembrada y de producción mundial, que pasaría de 564 a 590 millones de toneladas, aunque este volumen todavía se ubica por debajo del consumo mundial.
Otro factor negativo para los precios es el buen desarrollo de la producción en EE.UU., el principal exportador, que llegaría a 55 millones de toneladas, bien por encima de los 44 millones de la campaña pasada. La Unión Europea agrega otro elemento bajista: luego de dos años de interrupción de los subsidios a la exportación del cereal, volvió a otorgar apoyos de 16 dólares por tonelada en 2003. "Es una mala señal porque los operadores no tomarían esta medida si previeran que el mercado va a subir", interpretó Erize.
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¿Qué podría compensar esta combinación de factores bajistas? Según Erize, el clima puede jugar un papel importante. Se está ingresando en la etapa en que se definen los rendimientos en el hemisferio norte, con una situación climática normal en EE.UU., pero con sequía en Europa, que determina que la cosecha no venga bien en Francia y en Alemania.
Mientras tanto, los precios del Mercado a Término local parecen desengancharse de la opaca perspectiva mundial. Hay posibilidad de cerrar negocios a US$ 100/104 por tonelada para la época de cosecha, bien por encima de los US$ 85 por tonelada que correspondería pagar según los valores del mercado de Kansas para similar fecha.
¿Cuál es la explicación de esa diferencia? Según Erize, algunos piensan que podría ocurrir una baja en las retenciones, mientras que otros interpretan que la cosecha argentina puede caer significativamente, en cuyo caso se colocará íntegramente entre el consumo interno y Brasil. La reducción de la producción podría provenir de una disminución de área en la zona norte por los malos rendimientos obtenidos en las últimas campañas y por los menores requerimientos financieros de los productores a fin de año.
No obstante, Erize advierte que si ocurre un cambio de expectativas sobre la fecha de siembra y si el clima evoluciona favorablemente, permitiendo producir 13 o 14 millones de toneladas, los precios pueden ubicarse por debajo de los valores mencionados. Antes de ello convendría ser prudentes e ir comprometiendo, al menos, una parte de la producción esperada.
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