Todavía no está claro si los chinos aplicarán finalmente el arancel del 25% a la soja importada desde Estados Unidos. Mientras tanto, las compras chinas de soja estadounidense se frenaron, ante el temor de los importadores y de la industria ante eventuales acciones por parte de Pekín.
Luego de que la semana pasada China impusiera fuertes penalidades a las importaciones de sorgo de los Estados Unidos -comenzaron a regir el miércoles 18-, en los últimos días se conoció la noticia de que un vapor cargado con 70.223 toneladas de sorgo estadounidense que tenía como destino terminales chinas fue desviado hacia el puerto de Las Palmas. Este es sin dudas un inteligente ardid de las autoridades chinas. En lugar de aplicar aranceles a los exportadores de granos, aplica aranceles a los importadores locales, una forma de evadir cualquier potencial reclamo ante la OMC.
El resultado, compradores de China que llevan el 60% de la soja comercializada en el mundo no han firmado ningún nuevo negocio con soja de los Estados Unidos en las dos últimas semanas. Así, los vientos de la demanda china comenzaron a soplar hacia Sudamérica, y más precisamente hacia Brasil.
El gigante de Sudamérica va a camino a lograr una de las mayores cosechas de su historia, con 115 millones de toneladas. Por los mejores precios y por la mayor demanda esperada por parte de China a partir del conflicto con Estados Unidos, y frente a un aumento de su consumo interno, ya se proyecta un área récord de 35,8 millones de hectáreas. Este cambio en el origen de importación de la soja que va a China tiene su lógica desde el punto de vista del timing y del momento del ingreso de la soja de Brasil.
En cuanto el calendario avance y se consolide el volumen de producción de soja de EE.UU., los chinos van a comenzar a pedir cotización por la soja del Golfo de México, de septiembre en adelante. Para las exportaciones de soja de Brasil, el USDA las proyecta en el récord de 73,5 millones de toneladas, superando en 17,5 millones o en 30% el volumen de ventas externas de los Estados Unidos.
La sequía que provocó pérdidas de 20 millones de toneladas de soja en la Argentina, junto con el conflicto comercial EE.UU.-China, han provocado un cambio sustancial en los flujos del trading mundial. Como hecho significativo, se confirma que la industria aceitera de la Argentina ha cerrado importaciones de soja estadounidense por un total de 500.000 toneladas. Ya venimos importando soja de Paraguay, en un volumen estimado de 3 millones de toneladas, y ya comenzaba a insinuarse el ingreso de soja de Brasil a través de la Hidrovía. La firmeza de la soja disponible local ya tiene fecha de extinción y será cuando la industria aceitera no tenga más soja disponible para procesar y deberá parar las plantas.
El autor es director de AgriPac Consultores