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En enero de 2020 seguirá manteniéndose el mismo patrón de lluvias de las últimas semanas: registros modestos y no generalizados en la mayor parte de la región pampeana. "Para las dos primeras semanas del año que viene se pronostican lluvias por debajo de lo normal, que ayudarán a la evolución de los cultivos, pero éstos seguirán al límite entre requerimientos y disponibilidad", vaticina el meteorólogo Leonardo de Benedictis. Este efecto condicionante de las precipitaciones se verá potenciado por las altas temperaturas que se prevén para el mes, lo que daría un balance hídrico muy ajustado. "En enero, una lluvia de 15 a 20 milímetros es consumida en 2 o 3 días por un cultivo de maíz que está formando grano", calcula.
Neutral
Este comportamiento se da en un contexto de neutralidad climática, en el que las temperaturas del océano Pacífico se ubican en valores medios, lo que lo torna inactivo desde el punto de vista de la generación de lluvias abundantes para nuestro territorio. El Atlántico no será otra fuente importante de humedad porque tiene una temperatura inferior a la normal por prevalencia de la corriente de Malvinas. Por lo expuesto, febrero tiene grandes chances de mostrar una tendencia similar a enero, de stop and go, que se mantendría hasta el otoño.
La cosecha nacional sufrirá el impacto de este marco restrictivo y probablemente se alejará de los rindes de la última campaña, excepto en las zonas donde los cultivos se puedan prender de una napa alta.