Hay tecnologías y manejos productivos que alivian algunos efectos nocivos de las inundaciones
Silenciosa, pertinaz y sin misericordia, el exceso de agua en los campos suele deprimir hasta a los más animosos. Sin embargo, dentro del pesar obligado por las circunstancias, es posible no paralizarse ante la adversidad y pensar y actuar en forma positiva y en función de un mañana mejor. Por lo menos así lo advierten tres productores y profesionales acostumbrados a lidiar con el agua.
Ellos son: Gustavo Grobocopatel, siembra unas 50.000 hectáreas, 20.000 de soja y el 30 por ciento de éstas ya están trilladas en esta campaña, tiene su centro de trabajo en Carlos Casares, plena zona de inundaciones; Alberto Saconi, ex jefe de trabajos prácticos de la cátedra de Forrajes en la Facultad de Agronomía de Buenos Aires, actual administrador de campos en el sudeste de Córdoba y oeste de Buenos Aires, y Fernando Solari, consultor y productor en la zona de Alberti. Las siguientes son sus principales sugerencias:
- La opción del silo bolsa. Se trata de un recurso que está alcanzando amplísima difusión y puede ser utilizado tanto en las épocas de anegamiento como en las que no hay. La gran ventaja de este método es que se puede almacenar el grano relativamente seco en el propio campo esperando las mejores condiciones de tránsito de los caminos, encharcamiento del campo y del costo de los fletes. Gustavo Grobocopatel tiene dos máquinas trabajando a todo vapor. Ya embolsó 5000 toneladas de trigo y 3000 de girasol. Comenta que la adquisición de una aspiradora ("chupadora" en la jerga de campo) le permite el traspaso de los granos al transporte a razón de un camión por hora. Se trata de una "opción nueva", comentó Grobocopatel. Con embolsadora propia el costo del embolsado y la remoción de los granos alcanza los cuatro dólares por tonelada; en cambio, los contratistas está cobrando el doble o un poco más.
- Solución a las malezas. Cuando el agua se va del campo, deja las condiciones propicias para el crecimiento y el desarrollo explosivo de gran cantidad de malezas tales como el abrojo y el gramón, entre otras. Hoy en día, la tecnología agronómica disponible evita que esta cuestión se transforme en un conflicto sin salida. La siembra directa y la soja transgénica pueden controlar con la máxima eficacia a las malezas presentes en el primer cultivo posterior a las inundaciones. Quien encare estas opciones no contará con problemas agronómicos sin salida.
- La recolección con orugas. Todo lo relacionado con la recolección de los granos en campos anegados o parcialmente anegados resulta un problema. Hay pocas máquinas y están muy demandadas. Algunos recurren a la opción de alquilar cosechadoras arroceras con orugas provenientes de Entre Ríos. "Cobran desde 50 hasta 70 dólares por hectárea (el doble que las tradicionales) y dañan el suelo mucho menos que las que tienen ruedas engomadas", comentó Fernando Solari. Las orugas representan una opción muy interesante en esta época de mucha agua. Así es que, por ejemplo, no conviene dejar mucho tiempo a los maíces parados en el campo sin cosechar debido al ataque del insecto Diatraea (barrenador del tallo), que provoca la ruptura de la caña con la consecuente pérdida de los choclos. Los daños que produce este insecto en los denominados maíces no Bt son cuantiosos.
- Corte de caminos. "Cuando el agua se va hay que observar el lugar donde se han cortado los caminos", comentó Solari. Luego, recomendó tomar las cotas de agua y con esos datos insistir pacientemente en las municipalidades para que en épocas secas se realicen los "alteos" (subidas de nivel) necesarios y se coloquen las alcantarillas. Resulta muy útil tomar fotos con puntos de referencia reconocibles e informar en mesa de entradas del municipio o con cartas documento. "Se podrían promover acciones judiciales por daños y perjuicios", argumentó. Cuando los caminos desaparecen al punto de estar muy por debajo del nivel de los campos vecinos, podría proponerse un cambio del trazado del camino, a lo mejor donando un pedazo de campo. Así y todo, podría resultar una solución a costo razonable para los productores", estimó.
- Pasturas y cultivos tolerantes a inundaciones. Según Fernando Solari, se recomienda: 1) Agropiro, Melilotus o Lotos en siembra otoño invernales y en suelos salinos y/o alcalinos. 2) La Festuca, ya que tolera bien el encharcamiento. 3) El Ryegrass y la cebadilla criolla se resiembran fácilmente y responden bien a la promoción con herbicidas como el glifosato y son útiles para suelos bajos dulces. 4) Lotus tenuis para verdeo de verano. 5) El sorgo es más tolerante que el maíz y la cebada lo es más que el trigo.
"En todos los casos se recomienda tratar de lograr abundante materia orgánica, ya que ésta es capaz de detoxificar sustancias perniciosas para los cultivos como el carbonato y el cloruro de sodio", finalizó.
- Ganadería de encierro. Grobocopatel y Saconi coincidieron en que la hacienda aguanta muy bien las condiciones de excesos de agua si se cuenta con lugares secos para dormir y comer. Muchas veces lo que se recomienda es el encierre con silos bolsa, tratando de simular las condiciones de un "feed lot". Saconi agregó que "en los campos de cría el agua desagota más rápido que los de invernada, por lo tanto, los problemas con la hacienda suelen ser menores en ellos".
- Siembras tempranas. Los entrevistados coincidieron en que, para escaparles a los otoños llovedores, las siembras tempranas resultan mejores que las normales o las tardías. Si esto se prevé, se puede dar un gran paso en lo que concierne a escapar a las inundaciones especialmente de los lotes agrícolas.
Crear una oportunidad
- Gustavo Grobocopatel, gerente general de la empresa familiar Los Grobo Agropecuaria, de Carlos Casares, comentó: "Las crisis son oportunidades si se aprovechan para construir las obras postergadas. En el corto plazo, hay que concentrar las maquinarias, restablecer las comunicaciones, los caminos y, por sobre todo, atender a los miles de excluidos que deja nuevamente esta inundación. Tendríamos que organizarnos en consorcios siguiendo los modelos de las fundaciones de la aftosa. Se requiere la participación activa de todos los interesados, los municipios y la provincia".