"La venta de maquinaria agrícola no se recupera sino que ha descendido respecto del año anterior, que ya era recesivo y uno de los peores que recuerda la industria argentina", señala una fuente de la Asociación de Fabricantes Argentinos de Tractores y otros Equipos Agrícolas y Viales (AFAT), sobre la base de los resultados de las últimos registros de ventas.
La cuenta es sencilla: desde enero a septiembre de 1999 se vendieron 1828 tractores; en igual lapso de este año se comercializaron 1460, lo que equivale a una disminución del 20%. En cosechadoras, las cuentas dan un peor resultado: en los primeros nueve meses de 1999 se vendieron 440 unidades y en el año actual, sólo 341, con una caída del 22,50 por ciento.
Estas cifras están muy alejadas de la venta potencial de tractores que, con un país en condiciones normales, debería ubicarse en las 7000 - 8000 unidades por año.
"El ambiente no es propicio para invertir, hay un clima de crisis y no se vislumbran posibilidades de mejoría. Entonces, quien tiene que priorizar recursos frente a una siembra, pone en primer lugar las semillas y a los agroquímicos y recién después considera el recambio de la sembradora, del pulverizador o del tractor", agrega.
Esta realidad de escasa inversión contrasta con las intenciones de muchos productores que querrían tecnificarse: "La mayoría se da cuenta de que tendrán más posibilidades de sobrevivir y crecer los que trabajen con tecnología de alta productividad para compensar los precios bajos, pero muchos no pueden concretar ese objetivo por su débil situación económica", razona.
En un plano más inmediato, hay otro argumento para el aggiornamento del parque de tractores y maquinarias: el consumo de gasoil, uno de los insumos críticos para cualquier explotación. Los tractores de más de 6 - 8 años de antigüedad tienen motores de vieja generación, mucho menos eficientes que los actuales en el aprovechamiento del combustible. Y cuando se emplean equipos muy antiguos, el mantenimiento y las reparaciones pueden equivaler al valor de la cuota por la adquisición de un equipo nuevo.
Los créditos no eliminan la distancia entre la oferta y la demanda. Si bien hay muchas líneas para compra de maquinaria, no todos los productores las pueden tomar porque su calificación bancaria no lo permite o porque no pueden asumir nuevos compromisos a partir de la deuda actual.
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Mientras tanto, a las empresas fabricantes de maquinaria no les va mejor que a los productores: "Mantienen una actitud expectante esperando que la situación cambie; piensan que esta grave realidad no se puede perpetuar", especula la fuente de la asociación.
"Por otro lado, enfrentan a un comprador muy selectivo, que demanda la mejor tecnología y el mejor precio; los pocos que compran no buscan solamente descuentos, sino que exigen un adecuado equilibrio entre equipamiento de última generación y costo. En ese sentido, hay mucha oferta en la Argentina por la gran competencia, con distintos rangos de precios", agrega. "Cada venta se negocia mucho. Los vendedores no están sentados detrás de un escritorio esperando que vengan los compradores, sino compitiendo fuertemente entre empresas para captar negocios y ganar cada operación", añade.
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De cara al futuro, el informante muestra cierta esperanza. "La crítica situación del campo es algo que tiene que cambiar. El sector productor se está deteriorando rápidamente, se está endeudando fuertemente y algunos dejan de producir, para pasar a condiciones de remate. Este presente no se puede mantener así varios años", vaticinó.
Agregó que al sector industrial no le conviene una demanda concentrada en pocas empresas grandes sobrevivientes de la crisis, sino un mercado diversificado con muchos clientes, con productores de distintas escalas y actividades agropecuarias.
En síntesis, la fuente informó que los fabricantes e importadores de maquinaria agrícola sufren el mismo proceso de ajuste que viven los productores, están reduciendo gastos en todo lo posible y diversifican la oferta, brindando gran competencia.
Todos pelean mucho las operaciones e impulsan a sus concesionarios a moverse y a que ofrezcan soluciones prácticas a los potenciales compradores.