Impulsado por la oficina de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en la Argentina, se está llevando adelante el proyecto "Offside: ¡marcando la cancha!", que apunta a combatir el trabajo infantil en el sector agropecuario, que en el país afectaría a casi 41.000 niños.
La iniciativa reúne a una veintena de organismos públicos y privados para abordar un problema que afecta a dos de cada diez niños y niñas que viven en zonas rurales.
En todo el mundo hay más de 152 millones de víctimas del trabajo infantil. De esa cifra, 108 millones trabajan en el sector agropecuario.
En la Argentina, 206.635 niños y niñas de 5 a 15 años trabajan en zonas rurales. Allí, el 19,8% de los niños y niñas realizan al menos una actividad productiva. Todo esto se desprende de los resultados de la última Encuesta de Actividades de Niños, Niñas y Adolescentes (EANNA), elaborada por el INDEC junto a la Secretaría de Gobierno de Trabajo y Empleo en 2018. Considerando el porcentaje de niños y niñas que hacen al menos una actividad productiva, el trabajo infantil en el agro afectaría a casi 41.000 chicos.
Según se informó, si bien el proyecto se enmarca en el Plan Nacional para la Prevención y Erradicación del Trabajo Infantil y Protección del Trabajo Adolescente (2018-2022), su foco está puesto en las provincias de Buenos Aires, Santa Fe y Mendoza, "con particular énfasis en tres sectores productivos: ajo, algodón y tomate" .
Offside, que tendrá un plazo de cuatro años, buscará "generar conocimiento e información, para incidir en la formación política y concientización para funcionarios públicos de todo el país, además de la sociedad civil, incluidas las comunidades y familias rurales. A su vez, se propone desarrollar capacidades para asegurar políticas, programas y/o servicios específicos que contribuyan a prevenir y erradicar el trabajo infantil, así como a promover el trabajo adolescente protegido en el sector agropecuario".
María Eugenia Figueroa, especialista en desarrollo rural y coordinadora nacional del proyecto Offside, señaló que el país ya cuenta con avances como el plan nacional y ley 26.847 que prohíbe y penaliza el trabajo infantil.
"Pero a pesar de estos esfuerzos, el problema persiste", dijo, "porque miles de niñas y niños de todo el país siguen involucrados en tareas productivas propias de los adultos, con consecuencias muy graves en su salud, educación y trayectorias laborales futuras".
Entre las instituciones que integran la iniciativa, financiada por el Departamento de Trabajo de los Estados Unidos (USDOL, por sus siglas en inglés), se encuentran el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca y la Secretaría de Gobierno de Trabajo y Empleo; el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa); la Comisión Nacional para la Erradicación del Trabajo Infantil (Conaeti, perteneciente al Ministerio de Producción y Trabajo); los gobiernos provinciales de Buenos Aires, Santa Fe y Mendoza; la Unión Industrial Argentina (UIA); el Registro Nacional de Trabajadores Rurales y Empleadores (Renatre), la Unión Argentina de Trabajadores Rurales y Estibadores (Uatre), Confederaciones Rurales Argentinas (CRA); la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), entre otros.
La Universidad Nacional de Cuyo y la Universidad Nacional Arturo Jauretche también acompañan el proyecto que ya lleva seis meses de desarrollo.
LA NACIONTemas
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