En Carruajes de la Argentina, Luis Mario Loza describe desde la galera hasta el sulky
Sin duda alguna, don Enrique Udaondo, a quien evocamos en esta sección en el 50º aniversario de su muerte, fue uno de los grandes argentinos preocupados por la preservación del patrimonio nacional. A su empeño se debe sin duda el pabellón donde se exhiben los distintos tipos de medios de transporte en el museo que lleva su nombre, en el partido bonaerense de Luján. Pero Udaondo fue además un estudioso del tema de los carruajes, por no decir el primero. Sin duda, la labor de Udaondo fue continuada en lo que hace a investigaciones por José Torre Revello y, más recientemente, por la magnífica obra de Cristian Werkenthien, quizás esta última la más completa en la materia en la Argentina.
Luis Mario Loza acometió la tarea de escribir un libro sobre el tema, al que le ha dedicado largos y fecundos años como asesor y experto en la clasificación y restauración de carruajes y jurado en diversas competencias nacionales; además de ser la palabra autorizada en los remates anuales en la Exposición Rural de Palermo y en una casa dedicada al tema en la ciudad de Buenos Aires.
Conocedor de "cocheras" privadas, recorrió buena parte del país en busca de esas piezas para subastas o a modo de conocimiento y el recordado don Alberto Labiano, fallecido hace largos años, lo consideraba la persona que tenia "más derecho y autoridad" por su "experiencia y dedicación".
La obra, con el sello Ediciones Maizal, de excelente factura y estupendamente ilustrada, pasa revista a modo de catálogo descriptivo desde la carreta a las galeras, mensajerías, berlinas, sulkys, volantes, carrozas, coches de caza, amansadoras, break, canastos, etcétera; lo que la convierten en algo verdaderamente novedoso. Los prólogos, con autorizadas palabras de Gill M. Ryder y Guillermo Gibelli, referentes en el ámbito mundial y local, prestigian ciertamente la publicación.
Sin ser el autor un historiador, ha abrevado en algunos textos de interés sobre aquellos medios de transporte y ha encontrado en la iconografía una buena cantidad de aportes como para ilustrarla con acierto.
Luis Mario Loza, con Carruajes de la Argentina, intentó recorrer un camino poco transitado en la investigación histórica argentina, y su mérito radica en que lo ha logrado.
Sin duda en otras ediciones, que las habrá, el libro podrá ser ampliado con mayores y señalados aportes a un tema que de por sí se lo merece.