Soy asesor de los CREA Balcarce, Frontera y Mar Chiquita. El pasado año realizamos un módulo del programa malezas de Aacrea en la zona de Mar del Plata. Ensayamos diferentes tecnologías para el control de rama negra (químicas, sistémicas como cultivo de cobertura y labranza convencional). Participó también Aapresid a través de su programa REM. ¿Cuál fue la conclusión técnica? Que importó más la buena práctica, la forma de aplicación y momento apropiado, que las moléculas en sí. Y que los cultivos de cobertura generan sinergias que debemos seguir analizando.
Fue muy alentador visualizar que no hay una única solución sino varias, y lo que no podemos negociar es la buena praxis. Hacer las cosas bien siempre "garpa". Los herbicidas en un sistema sostenible son un recurso más y no el único para generar controles adecuados.
El programa malezas de Aacrea sigue adelante y en el ciclo 2016/17 estamos evaluando alternativas para control de raigrás cuya presencia está aumentando en los últimos años en los sistemas del sudeste de la provincia de Buenos Aires. En cada región CREA una maleza "driver" implica múltiples encuentros para buscar soluciones consensuadas. Y también a nivel nacional un nuevo censo de malezas servirá para observar la evolución desde el realizado en 2014.
Ahora bien, ¿por qué los controles de maleza siguen teniendo dispares resultados en los diferentes potreros? ¿Por qué se piensa que debiera existir una solución única y mágica para un sistema complejo? ¿Será acaso la necesidad de resolver todo en un tweet (140 caracteres)? La mentalidad del productor es la clave para responder a estas cuestiones.
Esa mentalidad debería incluir a productores con pasión por lo que hacen y que le agreguen una pizca de "faros largos", compromiso, capacidad de análisis y orden que son cualidades claves para minimizar el efecto de las malezas dentro de ambos sistemas (el de producción y el mental). Con estas personas me gusta laburar.
También es necesario buscar que el conocimiento empírico se transforme en capacidad de generar emprendimientos sostenibles, basados en valores y atravesados por la insustituible pasión.
El productor está pendiente de la situación financiera, fiscal, familiar, humana, económica y productiva de la empresa y añora la producción simplificada, más extensiva. En este contexto de presiones múltiples hay que destacar la función del asesor, que consiste en aliviar, seleccionar información y generar un ambiente tal para que los integrantes de un grupo hallen alternativas de solución a una problemática individual y eliminen la maleza mental de sus pares (y como consecuencia el inconveniente empresario productivo correspondiente). Nadie sabe tanto como lo que sabemos juntos.
Termino con los desafíos próximos: aprovechar la necesidad de registrar aplicaciones para certificar la producción, revalorar la sinergia de los sistemas mixtos como solución a problemas de cada producción aislada, agudizar el ingenio para comunicar y dar certezas y tranquilidad a la sociedad.
Andrés Candelo