Hoy en día, el sector agropecuario esta pasando por una situación en la que, por el elevado costo de los fertilizantes, sólo logra devolverle al suelo un tercio de lo que se le extrae, lo que significaría una disminución considerable de los rendimientos de nuestros suelos en un futuro no lejano.
Actualmente se observa un balance negativo de nutrientes en las tierras cultivadas de la Argentina, como consecuencia de la cantidad extraída a través de los granos. Poco a poco los suelos van perdiendo su fertilidad.
En nuestro país, la producción de granos creció progresivamente en esta última década, fenómeno acompañado por el consumo de fertilizantes. Sin embargo, este aumento en el consumo está todavía lejos de alcanzar los niveles de reposición de nutrientes.
Según los estudios realizados, los nutrientes generalmente deficientes en nuestro suelo son nitrógeno (N), azufre (S) y fósforo (P), sin dejar de mencionar que en otros cultivos, como trigo, girasol y alfalfa, también hay faltantes de boro y cloro.
Esta merma en la sustentabilidad del suelo se vería reflejada en la economía del productor, ya que en un futuro sus cosechas sufrirían el impacto.
Con el proyecto de ley de arancel cero a los fertilizantes extranjeros buscamos provocar un impacto positivo para el productor agropecuario, ya que la aprobación de la misma produciría una disminución en el precio del insumo en cuestión.
El Estado dejaría de percibir 12 millones de dólares anuales por la eliminación de los aranceles a la importación de los fertilizantes que no se fabrican en el país, pero mantendría o mejoraría al cabo de los años la rentabilidad del campo, ya que se estaría protegiendo el recurso productivo del suelo, a través de una mayor promoción del uso de los fertilizantes.
Si se produjera, por ejemplo, un incremento de 5% en la aplicación de fertilizantes en el país, eso derivaría en un aumento en la producción que a su vez generaría ingresos adicionales por 350 millones de dólares.
Esta iniciativa traería una mayor rotación de los cultivos, con lo cual se vería mejorado el recurso suelo, ya que cada cultivo extrae una serie diferente de nutrientes.
Tal es el caso del maíz, cuya producción tiene costos muy elevados y deja poco margen de ganancias, ya que los fertilizantes necesarios para su cultivo tienen costo más elevado que los de la soja.
No es sólo el productor el que tiene que tener conciencia e invertir en el suelo para mejorar la producción. También el Estado debe promover y facilitar políticas para dar un marco legal que fomente la sustentabilidad, la rotación y la incorporación de nutrientes de producción local y nacional.
El autor es diputado nacional (PJ-Córdoba).