El Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV) homologó los estándares de calidad para los productos de Luján de Cuyo
MENDOZA.- Una suerte de disciplina espartana fue impuesta al cultivo de la vid a partir del reciente reconocimiento nacional de la denominación de origen controlada (D.O.C.) Luján de Cuyo.
El Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV) homologó los estándares de calidad para la producción de uvas con destino a vinos de alta gama que podrán llevar en sus etiquetas esa nomenclatura exclusiva del terruño y distintiva en el mundo entero.
Pero la sigla D.O.C. Luján de Cuyo es casi una condecoración al mérito de cultivar con paciencia y esmero que sólo puede obtenerse si se cumple con un cúmulo de obligaciones y procedimientos técnicos en el terruño y la bodega.
Alcanza a los viticultores e industriales que decidan voluntariamente integrar el Consejo de Denominación de Origen de esa zona vitivinícola.
Las zonas vitivinícolas de San Rafael y Valle de Famatina, en La Rioja, acordaron un sistema similar, pero Luján de Cuyo es la primera denominación reconocida en el país por el INV.
Hasta ahora se adhirieron las bodegas Norton, Chandon, Cabrini, Nieto Senetiner, Cavas de Weinert, Leoncio Arizu, Lagarde, Cavas de Perdriel, Etchart y Robino, pero en el futuro podrán sumarse otras.
Asociación voluntaria
Esas firmas conforman una asociación voluntaria inspirada en la intención de bodegueros y viticultores de redoblar la apuesta a la calidad convencidos de que el potencial de Luján es uno de los más promisorios de la Argentina.
Su reglamento interno refleja la intención de lograr en el viñedo y la bodega una conciencia responsable por acercar al producto al nivel de excelencia internacional.
La limitación de la producción es una de las consignas básicas. Se podrán cosechar hasta 10.000 kilos por hectárea y por año pese a que cualquier variedad noble de vid puede tener rindes de hasta 30.000 kilos por hectárea.
No es una referencia caprichosa porque con esa ecuación la vid adquiere una singular concentración de aromas, sabores y colores que darán una materia prima inigualable para vinos de calidad superior.
Los viñedos con rendimientos superiores al tope fijado serán descalificados por un comité de regulación integrado por técnicos del consejo de denominación de origen y los viticultores responsables perderán el derecho de contar con materia prima para elaborar vinos protegidos D.O.C.
El mismo reglamento impone cuidados extremos en la vendimia. La recolección de uvas deberá realizarse con el mayor esmero, dedicando a la elaboración la uva sana con el grado de madurez adecuado para lograr vinos armónicos.
El transporte deberá hacerse de manera que no se deteriore su aptitud enológica y reduciendo al mínimo el tiempo entre el corte de los racimos y su recepción en las bodegas.
Ya lo dijo el ingeniero Alberto Arizu, presidente del Consejo de Denominación de Origen de Luján y ejecutivo de la bodega Leoncio Arizu: "Las exigencias de las denominaciones de origen impiden que los viñateros de las tierras más selectas se duerman en los laureles".
Agregó: "Sólo tiene derecho a tal nombre aquel vino que proceda de una vid concreta, cultivada a la edad correcta, podada debidamente que logra un tenor alcohólico exacto y alcanza un nivel de aromas y sabor que se establece en la degustación".
El sistema de cultivo admite una densidad de hasta 5500 plantas por hectárea con el sistema de conducción de contra espaldera baja de tres alambres con una separación entre hileras de 1,80 metro y entre cepas de 0,80 a 1 metro.
En cuanto a la poda de formación se reconoce el sistema mendocino con 3 cargadores y 2 pitones y una carga máxima de 10 a 12 yemas por cepa.
Entre las labores culturales en el viñedo recomiendan 4 araduras anuales, hasta 14 riegos anuales y desbrote de la planta además de tratamientos fitosanitarios con azufrado y sulfatado para prevenir enfermedades y hongos.
En el proceso de vinificación también se reglamentaron controles de calidad como el límite de obtención de 70 litros de vino flor por cada 100 kilos de uva molida, una graduación alcohólica mínima de 13 y un período de guarda de 24 meses de los cuales 12 deben destinarse a la crianza en vasijas de roble y el resto en botella.
Fiscalización
Una comisión vitícola realizará la fiscalización en el viñedo durante el ciclo de brotación y maduración de la vid mientras que una labor similar dentro de la bodega será asignada a la comisión de enología.
Finalmente la comisión de degustación hará la evaluación organoléptica de cada vino elaborado bajo las condiciones D.O.C. y deberá dar su aprobación final antes de que salgan al consumo.
Debido a su óptima adaptación a la zona, la uva Malbec fue seleccionada como la preferida entre las variedades tintas protegidas por la denominación aunque se incluye también a las uvas Cabernet, Merlot, Pinot negro y Syrah.
Entre las blancas se recomienda elaborar Chardonnay, Semillón, Sauvignon, Riesling y Pinot blanco.
La zona de la denominación de origen controlada Luján de Cuyo está delimitada por los 33° 20´ y 33° 57´ de latitud Sur y entre los 68° 48´ y 69° 05´ de longitud oeste a una altura de 800 a 1100 metros sobre el nivel del mar en el piedemonte cordillerano andino.
Los distritos y parajes con viñedos que se encuentran dentro de esa demarcación son ciudad de Luján, Mayor Drummond, Vistalba, Las Compuertas, Carrodilla, La Puntilla, Chacras de Coria, Perdriel y Agrelo.
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