Carlos Zarlenga: "Este año los precios de los autos aumentaron entre 80% y 90%"
Las ventas de autos continuarán a la baja durante 2019. Así lo aseguró Carlos Zarlenga, presidente de GM para el Mercosur, quien prevé un mercado de entre 640.000 y 700.000 unidades para el año que viene, frente a las 800.000 unidades que se esperan para este año, lo que implicaría una caída de entre 12% y 20%.
Además, aseguró que los precios "aumentaron entre 80% y 90%" pese a los "incentivos" que ofrecieron las marcas, en referencia a las bonificaciones que buscaban empujar las ventas.
"Estamos viendo un crecimiento de entre 10% y 12% en Brasil, tomando una industria de 2,85 millones de unidades. En la Argentina, 2019 es más difícil predecir, van a ser dos mitades: la primera parecida al último trimestre de 2018 y, a partir de ahí, dependiendo de cómo evolucione la incertidumbre electoral y qué pasa con la recomposición del salario real, quizás tengamos una segunda mitad más fuerte. Será de entre 640.000 y 700.000 unidades", explicó el ejecutivo en diálogo con medios argentinos.
Minutos antes, desde el escenario había anunciado un plan de siete lanzamientos para el año que viene, entre los que se incluye el Cruze conexión 4G / WIFI, que saldrá desde la planta de Rosario, y se develó a modo de anticipo la Tracker Midnight.
"Enero va a tener la misma estacionalidad de siempre contra diciembre, pero hay que tomar de referencia los valores actuales, que no llegan a 40.000", añadió, y dijo que espera aumentar entre 12% y 18% las exportaciones hacia Brasil.
-¿Se acabó la guerra de ofertas o seguirán el año que viene?
-Lo que se ve es la sintonía de un año en el que los precios aumentaron casi 80 o 90%. Son los números de transacción año a año. Lo que se ve con los incentivos es una sintonía fina del punto final, pero los precios han aumentado significativamente.
-Con respecto al segundo semestre de 2019, ¿por qué se confía en la reactivación?
-El nivel de actividad de la industria de ahora tiene mucho que ver con el desfasaje del salario real, los precios y el tipo de cambio. Si el peso se mantiene relativamente estable, y creo que eso puede ocurrir, con alguna recomposición salarial, eso puede levantar el nivel de actividad. La segunda mitad de este año anualizada está en 600.000 unidades, con lo cual se arranca de un número bajo.
-¿Está en riesgo en la empleabilidad?
-Vamos a ver. Si los volúmenes que se dan son los que estamos previendo, sobre todo en Brasil, creo que no. Pero hay incertidumbre en ambos países.
-¿Cuánto se van a aumentar las exportaciones a Brasil?
-Al mismo ritmo que el mercado, quizás un poco más porque este año hubo ajuste de inventario, entre el 12% y el 18%.
-¿Hay conversaciones con el Gobierno para algún tipo de plan de reactivación de la industria?
-La conversación está en cómo exportar más sobre todo a Brasil. Las dos medidas que tomaron este año, respecto de los reintegros a las exportaciones y el impuesto de los $3 por dólar, impactan y vamos a ver cómo evoluciona esa discusión.
-Los autopartistas dicen que perdieron con estas medidas un 12,5% de competitividad entre lo que dejan de percibir por los reintegros y lo que le sacan por retenciones. ¿Cómo se da en el auto terminado?
-La cuenta completa debe incluir la devaluación, porque hay un componente en pesos importante de costos. Depende de qué producto.
-¿Se buscarán nuevos mercados más allá de Brasil?
-Tenemos una industria con capacidad instalada para fabricar 4 millones de unidades y sin embargo no se reciben inversiones netamente exportadoras. Lo que se exporta son proyectos que tienen primero un asidero en el mercado local [Mercosur] y después se vende afuera el remanente de volumen. ¿Por qué? La respuesta es fácil: por la competitividad, que se logra peleando peleas difíciles, de reducción impositiva, de mayor eficiencia laboral, logística y reducción del costo de transporte. De la puerta de la planta para adentro, los procesos y la ingeniería son iguales a los de cualquier lugar del mundo.
-En esa búsqueda de competitividad, ¿hace falta una reforma laboral, sobre todo para que lleguen nuevas inversiones?
-Hace falta para que haya más competitividad y de ahí, con competitividad, tenés inversiones que buscan exportar. Pero sin duda eso y todas las reformas estructurales son necesarias. Creo que el Gobierno en Brasil tiene una nueva agenda de reformas, que comienza el primero de enero, y estamos expectantes.
-¿Cuándo se van a lograr equilibrar los stocks?
-En GM comenzamos a ajustar volúmenes ya en el primer trimestre, cuando esperábamos que iban a acelerarse los incrementos de precios y creíamos que iban a tener un efecto de elasticidad, pero siempre estuvimos corriendo a la baja y por más que seguís ajustando se te arman los stocks. Pero está más estabilizado, por lo menos la predicción, y está alineada la producción con eso. Yo estimo que en los próximos tres meses a lo máximo se va a normalizar.
-¿Y eso hará que desaparezcan los precios modificados?
-No, porque va a seguir habiendo aumentos de precios y se van a regular entre incentivos y precios de la forma más eficiente. Yo siempre miro el precio de transacción en eso, pero no quiero dejar muy descolocado el precio de lista del de transacción porque si no se genera mucha ineficiencia en la red. Ese fenómeno también se irá normalizando.
-¿Con los precios actuales se es rentable?
-Hay un desfasaje todavía con el dólar a $39, pero no es lo mismo que a principios de septiembre, cuando había un rojo muy importante.
-¿Qué golpea más, un dólar alto o la tasa de interés?
-Desde el punto de vista de la rentabilidad de la industria, el dólar impacta más que la tasa de interés. Sin embargo, la tasa de interés genera un parate en el nivel de actividad, porque el cliente no tiene la opción de financiar el auto.
-¿Cómo sigue el plan de suspensiones en Rosario?
-Nosotros hemos mantenido el nivel de empleo e intentamos hacer los ajustes de volumen y producción sin impactar al empleo. Ese es el programa que iniciamos y termina el 31 de enero. Creo que la situación de la industria en Brasil es positiva, pero hay que esperar, no vale la pena hacer la predicción de qué ocurre de acá a dos meses, es mejor esperar para ser prudente. Hicimos todo el esfuerzo para no reducir personal.