Cautela en Wall Street por el fallo que favorece a los holdouts
Los analistas no dan por sentado que Griesa trabará los pagos del Bonar 24
NUEVA YORK.- Wall Street tomó con cautela el fallo del juez Thomas Griesa que habilitó a los llamados fondos buitre a pedir que se congelen los pagos del Bonar 2024, una decisión que, si llega a concretarse, elevará la presión sobre el próximo gobierno para cerrar un acuerdo por la deuda.
Griesa le dio luz verde al grupo de litigantes que lidera el fondo NML Capital para que avancen con un pedido para incluir al Bonar 2024 dentro del mandato judicial de la llamada "saga pari passu" que trabó los pagos externos de la deuda argentina. De prosperar ese planteo, Griesa ampliaría el default "selectivo" en el que se encuentra la Argentina y, a la vez, les daría más poder a los holdouts ante una eventual negociación por la deuda.
La pelea por el Bonar 2024 es una de las pujas paralelas en la justicia de Estados Unidos con las cuales los fondos que litigan en contra del país buscan presionar al Gobierno para cobrar las sentencias que tienen a su favor.
El fallo fue recibido aquí con prudencia. Nadie da por sentado que los litigantes puedan convencer a Griesa de que incluya a ese título dentro de su mandato judicial. Pero ese escenario ahora no puede descartarse. Por eso, el riesgo de que los pagos en el exterior de esos bonos quede comprometido -la fecha que todos miran es la del próximo vencimiento, el 7 de noviembre, el último antes del cambio de gobierno- era, ayer, más alto que al inicio de la semana.
Eso, además, cambiaba de manera marginal el equilibrio en la puja por la deuda.
"Esto, en definitiva, debería ser positivo para los bonos ley extranjera, ya que pone más presión al próximo gobierno a arreglar con los holdouts, ya que le cerraría éste canal de financiamiento futuro", dijo a LA NACION Daniel Chodos, director de Credit Suisse.
Larga novela
Era una visión compartida por otros analistas en Wall Street, donde desde hace ya tiempo se descuenta que la novela por la deuda argentina continuará al menos hasta el año próximo, cuando todos esperan que el nuevo gobierno comience a negociar un acuerdo con los acreedores que rechazaron los canjes de títulos de 2005 y 2010.
De hecho, el mercado no les soltó la mano a esos títulos, y la cotización se sostuvo muy cerca de su valor par.
"El mercado descuenta que no van a trabar el pago", dijo a LA NACION un trader de un banco extranjero,
Distinta era la visión que este diario recogió sobre el Boden 2015, casi todo en manos de Venezuela, y el Bonar 2017, casi todo en poder de la Anses. Ambos papeles, veían aquí, estaban fuera del alcance de la justicia de Estados Unidos, y por eso los litigantes liderados por el fondo NML ni siquiera le han planteado a Griesa que trabe esos pagos. La pelea se centra en el Bonar 2024, y en si se trata de "deuda externa" o "deuda doméstica en moneda extranjera".
Jorge Piedrahita, CEO de Torino Capital, dijo a la agencia Reuters que para él estaba claro que los bonos Bonar 2024 estaban excluidos de la definición de "deuda externa" del acuerdo fiscal que rige a los títulos argentinos, y recordó que Griesa sólo les permitió a los litigantes avanzar con su planteo.
Aun si Griesa decidiera dar lugar al planteo de los litigantes, la Argentina apelaría esa decisión, un proceso que estiraría la puja lo suficiente como para que el próximo gobierno cierre un acuerdo y ponga fin a las idas y venidas de la deuda. Todos, aquí, aún estiman que ése será el desenlace de la pelea con los holdouts.
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