En el Congreso norteamericano. Cavallo culpó a EE.UU. y al FMI por la crisis de 2001
Sostuvo que prefirieron la bancarrota de la Argentina
WASHINGTON.- Cuatro años y medio después de su segunda salida precipitada del Ministerio de Economía, Domingo Cavallo acusó al Fondo Monetario Internacional (FMI) y a Estados Unidos por la crisis argentina, planteó que el Gobierno debe permitir la libre flotación del peso y recomendó eliminar los controles de precios y tarifas.
Cavallo fue invitado al poderoso comité de Relaciones Exteriores del Senado estadounidense por su presidente, el republicano Richard Lugar, para que expusiera su visión sobre "la seguridad jurídica en América latina" junto a otros ex funcionarios y analistas de Brasil, Venezuela y Estados Unidos. El superministro de los presidentes Carlos Menem y Fernando de la Rúa vislumbró serias dificultades en el futuro de Hugo Chávez y Evo Morales, pero también aprovechó para defender su gestión en la última etapa de la Alianza. "Estados Unidos y el FMI podrían haber ayudado, pero prefirieron que la Argentina se fuera al infierno", dijo en inglés, ante los senadores, mientras él buscaba una salida para evitar el derrumbe.
El senador republicano Norm Coleman le replicó casi de inmediato. "La responsabilidad [por la crisis argentina] no fue de Estados Unidos o del FMI; fue por el descontrol fiscal", expresó.
Después, ante la prensa, Cavallo reiteró su planteo, pero cargó sólo contra el FMI y su ex director gerente, Horst Köhler. En octubre de 2001, afirmó, el FMI "empezó a trabajar en un supuesto sistema de bancarrota de las naciones y prefirió ver que la Argentina se fuera a la bancarrota y no le dio ningún apoyo".
Cavallo, que conduce ahora una consultora en Buenos Aires y Nueva York -DFC Associates-, también responsabilizó a la gestión de Eduardo Duhalde por las pérdidas que sufrieron los ahorristas bancarios y las empresas concesionarias de los servicios públicos. Se cuidó de criticar al gobierno de Néstor Kirchner, aunque planteó ciertas sugerencias.
"Todos los problemas que la Argentina tiene en el sector energético y que de alguna manera los está trasladando a Chile, a Uruguay y a otros países vecinos son consecuencia de la forma desordenada como se salió de la crisis, de esa combinación de la pesificación con una gran devaluación", esgrimió.
Ante una consulta de LA NACION, Cavallo dijo que si se pretende "mantener un precio bajo de la electricidad para el sector más humilde, lo que es muy comprensible, podría pensarse en una tarifa social, como la que se estuvo analizando".
Cuando un periodista mexicano le preguntó si su país había salido del "infierno", Cavallo respondió que no: "La Argentina tiene todavía muchos problemas que son consecuencia de la forma cómo se produjo la crisis". Además, dijo que la combinación de la pesificación y la devaluación "no sólo perjudicó tremendamente a los ahorristas argentinos, a los futuros jubilados de la Argentina, sino que también desalentó, desde entonces hasta ahora, la producción de energía en la Argentina".
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