Chile. El aeropuerto se convirtió en un dormitorio de campaña para argentinos
Catres dispuestos en filas como las camas de un hospital, gente durmiendo en los pisos o acumulada alrededor de los mostradores de las aerolíneas ansiosa por recibir alguna información. Las imágenes que llegan desde el aeropuerto de Santiago de Chile revelan que, por los cientos de argentinos varados desde hace días, el lugar se convirtió en un dormitorio de campaña.
"Nosotros tenemos catres, pero hay gente que duerme en el piso, arriba de las mesas o en los asientos", contaba ayer a LA NACION Agustina Santamarina, de 26 años, que ya pasó una noche en el aeropuerto de Santiago y tiene por delante al menos una más.
Según les comunicó la aerolínea Latam, en la que ella y su marido tienen pasajes, la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC) restringió el ingreso de vuelos provenientes de Santiago a uno por día, hasta el 27 de marzo.
El anuncio reciente del presidente Alberto Fernández, que dijo en una entrevista televisiva que se suspenderán los vuelos de repatriación, sumó una nueva dosis de angustia en el lugar.
Si bien Cancillería no precisó cuál es el número de argentinos varados en Chile, admitieron que la situación es "muy complicada". Además, anunció que dispusieron de dos buses que partirán de Valparaíso para traer de regreso a 126 personas. Sin embargo, quienes están en el aeropuerto son pasajeros en tránsito y no pueden ingresar a la ciudad, sino que deben esperar a ser ubicados en algún vuelo.
Santamarina dejó el país el 9 de marzo pasado, con destino a la Polinesia Francesa, donde tenía planificada la luna de miel con su marido. Pocos días después su agente de viaje le avisó que debían volver. Luego de muchas idas y vueltas lograron salir de la isla en la que estaban vía Nueva Zelanda, para hacer luego una escala en Santiago y regresar a Buenos Aires.
Ya cuando esperaban para embarcar en Auckland, Nueva Zelanda, les avisaron que el aeropuerto de Santiago estaba colapsado y no recibía más argentinos. Finalmente los dejaron subir al avión -previo envío de carta en el que señalaban que estaban dispuestos a cumplir la cuarentena en un domicilio particular de Chile- y al llegar se encontraron con el escenario que les habían pronosticado.
"Estamos todos aglomerados, no tenemos barbijos, el alcohol en gel es el que cada uno tiene. Si bien se limpian, los baños tienen mucho uso", relata. Si se le pide resumir en una palabra el humor de la gente en el lugar, dice "cansada". "Hay muchos que, como nosotros, están volando hace días. Ahora mismo son las tres de la tarde y hay gente durmiendo; estamos todos desfasados de horario, agotados de no saber si subís al avión o no, si sale o no sale", resume.
Los catres son del aeropuerto -las cajas en las que llegan indican que fueron comprados de emergencia- y si alguien encuentra alguno disponible, lo puede tomar. Las mantas y las almohadas, en cambio, las reparte la aerolínea Latam a quienes las soliciten. La empresa también dispuso un puesto con comida y bebida.
Si bien señala que también hay algunos brasileños y que sabe de un vuelo que partió hacia Montevideo, Santamarina calcula que alrededor del 80% de los pasajeros varados en el aeropuerto chileno son argentinos.
Las historias del aeropuerto de Santiago se replicaron en las últimas horas en distintos hilos de Twitter, donde pasajeros subieron fotos y pidieron ayuda al Gobierno argentino. En Cancillería señalan, sin embargo, que están tratando de resolver la tensión generada entre la demanda de los argentinos que quieren regresar y el riesgo sanitario que consideran que implica regresarlos a todos al país al mismo tiempo.
El razonamiento estratégico sería que si están contagiados no entren acá todos juntos. Pero andá a saber cuántos no tenían el virus y ahora lo tienen por vivir cuatro días adentro de un aeropuerto. pic.twitter.com/Lxt5RRGt02&— Josep (@santamarinajose) March 25, 2020
Si estás varado en el extranjero, compartí tu testimonio con LA NACION en este Google form.