China y su acuse de recibo de la estrategia de Trump
Actividad. La pelea comercial entre EE.UU. y el gigante asiático comienzaa afectar la economía; las reacciones frente a una realidad que cambió
PEKÍN.- La dirigencia china se comprometió a asegurar la estabilidad económica en momentos en que su pelea comercial con Estados Unidos comienza a afectar el crecimiento, dando señales de que podría dar mayores estímulos. Días atrás, tras una reunión del Politburó (cuyos miembros son los principales árbitros del poder en China), una declaración emitida por los medios estatales dejó en claro que la pelea con la administración de Donald Trump es una gran amenaza para el crecimiento y la estabilidad, complicando cuestiones como el control de la deuda. La economía china "enfrenta nuevos problemas y nuevos desafíos" dice la declaración. "Hay cambios obvios en el medio externo".
Casi al mismo tiempo que se daba a conocer esa declaración, los datos mostraban que la actividad económica vaciló en el mes de julio, con lo cual se incrementaron las señales de que las tensiones comerciales comenzaron a afectar el crecimiento económico.
La tasa de crecimiento económico china ha estado en un descenso controlado durante la mayor parte de esta década, apuntalada en algunos momentos por inyecciones de crédito barato, que contribuyeron a convertir la deuda en una amenaza a largo plazo para la economía. Con el crecimiento aún oscilante, el presidente Xi Jinping apuntó a la deuda y a otros riesgos financieros en los últimos dos años, buscando dar a la economía una base más sólida.
Esa estrategia ahora está pasando factura. Se acumulan señales de que la expansión económica pierde impulso, desde una baja de la inversión en las fábricas a un consumo anémico de los hogares y un aumento de las quiebras corporativas.
La pelea comercial con Estados Unidos pone aún más en riesgo el crecimiento. En las últimas semanas el banco central de China ha estado bombeando fondos al sistema financiero del país. Las autoridades municipales están relanzando proyectos que habían sido suspendidos debido a políticas anteriores de austeridad.
Con medidas de relajamiento del ajuste en marcha, la reunión de alto nivel del Politburó sentó las bases para seguir avanzando en ese sentido. La declaración anunció medidas tendientes a alentar la actividad económica, tales como una mayor inversión estatal en carreteras, ferrocarriles y otros proyectos de infraestructura, y para mantener las condiciones de liquidez "razonables y adecuadas", lo que significa crédito más accesible.
La declaración oficial buscó también disipar las preocupaciones de que Pekín podría tomar medidas en respuesta a la ofensiva comercial de la administración Trump, apuntando contra empresas estadounidenses. "Los derechos legítimos de las compañías extranjeras en China serán protegidos", se afirmó.
En julio, el Ministerio de Comercio chino, que controla las inversiones extranjeras, instruyó a los funcionarios locales para que evalúen como está afectando a las empresas estadounidenses que operan en China la mayor ronda de suba de aranceles de EE.UU. que hubo hasta la fecha -25% de aranceles a bienes chinos por valor de US$34.000 millones-, según funcionarios chinos. En particular, los funcionarios buscan señales de compañías que potencialmente puedan sacar sus instalaciones de China. Eso sería un golpe a los esfuerzos de Pekín por atraer capital foráneo y mantener empleados a los trabajadores en momentos de crecientes problemas económicos.
Las últimas encuestas hechas entre fábricas y proveedores de servicios mostraron baja demanda doméstica. Economistas dicen que algunas compañías que adelantaron entregas para anticiparse a la suba de aranceles pueden haber bajado la producción y reducido la inversión. "Los efectos de los aranceles comenzaron a sentirse este mes", dijo Liui Zukezhi, economista del Bank of Communications.
El subíndice de importaciones, por ejemplo, cayó a su nivel más bajo en 23 meses, mientras que el subíndice de exportaciones se mantuvo sin cambios gracias a la baja del yuan, dijo Julian Evans-Pritchard, economista de Capital Economics.
Junto con los roces comerciales hubo problemas causados por el clima, tales como calor extremo y tifones contribuyeron a la desaceleración económica, según analizó Zhao Qinghe, analista del ente oficial. Lo cierto es que tanto la producción como la demanda se debilitaron en julio.
"Los datos de hoy son coherentes con nuestra visión de que la economía china va camino a desacelerarse aún más en este trimestre y en el próximo, lo cual llevará a nuevas medidas de relajamiento del ajuste" dijo Evans-Pritchard.
Preocupación y reacción
Pekín ha aumentado sus esfuerzos por promover el crecimiento económico en las últimas semanas, señal de que aumenta la preocupación del gobierno por la baja del crecimiento al aumentar las tensiones comerciales.
El gabinete nacional alentó la semana pasada a las autoridades municipales a recurrir rápidamente al mercado de bonos. El banco central prestó más de 500.000 yuanes a los bancos, la mayor de las inyecciones de este tipo desde que comenzaron a realizarse, en 2014, con lo que busca conseguir que ofrezcan crédito.
Los esfuerzos de China por controlar la deuda pesaron sobre la demanda interna y las recientes medidas de relajamiento de la policía económica pueden elevar el estado de ánimo al mediano plazo pero tendrán su costo, según el análisis de Betty Wang, economista de ANZ.
"Si bien esto probablemente mejore el ánimo interno al mediano plazo, estamos atentos a ver si China volverá a su práctica de impulsar la economía desde el Estado", dijo Wang.
Grace Zhu y Liyian Qi
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