Cierra la visita del Fondo al país: "Se están logrando avances importantes"

"Estamos cumpliendo todo", aseguró a LA NACION un importante funcionario que hoy por la mañana fue parte de la reunión de cierre de la cuarta misión del Fondo Monetario Internacional (FMI) a la Argentina, visita que –se estima– desembocará en la aprobación por parte del board del último desembolso de dólares de este año, previo a las elecciones presidenciales.

La misión que encabezó Roberto Cardarelli coincidió con la visión oficial, ya que el Gobierno sumó otro respaldo del organismo tras el breve encuentro que el italiano y Nicolás Dujovne, equipos mediante, tuvieron a las 11 en el quinto piso del Palacio de Hacienda.

"Un equipo del FMI dirigido por Roberto Cardarelli continúa trabajando con las autoridades argentinas en el contexto de la cuarta revisión del plan económico de la Argentina respaldado por un Acuerdo Stand-By con el Fondo", señalaron fuentes del Fondo. "El personal del FMI, incluido Roberto Cardarelli, continuará trabajando desde Washington. Se están logrando avances importantes y se anunciarán más detalles una vez que concluya la misión", agregaron.

"Fue una reunión de rutina, de cierre de misión, como cada oportunidad previa a un desembolso", dijeron en el Ministerio de Hacienda. Participaron Dujovne, el presidente del Banco Central (BCRA), Guido Sandleris, y Cardarelli por el FMI", precisaron las fuentes.

Por el FMI también estuvo en el encuentro Trevor Alleyne, representante del organismo en el país además de otros técnicos. Por Hacienda participaron el viceministro, Miguel Braun, el secretario de Hacienda, Rodrigo Pena, y su par de Finanzas, Santiago Bausili.

"Evalúan el programa y ahí venimos cumpliendo con un programa súper exigente. No tengo dudas de que cuando lo arrancamos muchos internamente deben haber apostado que no lo íbamos a lograr", describió uno de los presentes. "Ahora se llevan todo, lo mastican y se lo presentan al board en junio", cerró. "Se fueron conformes", dijo una tercera fuente, que se mostró segura en el cumplimiento de todas las metas fiscales que se acordaron.

El Fondo se llevó auspiciosos indicios durante esta visita a Buenos Aires. La inflación de abril mostró la primera desaceleración del año, lo que implicó que la política monetaria estaría mostrando los resultados deseados por el BCRA.

El martes pasado, tras su visita a la CGT, Cardarelli había afirmado: "Lo peor de la economía ya pasó", pero reconoció que "claramente hay riesgos". El técnico dijo que el crecimiento debería mejorar y que los índices de inflación tendrían que bajar en los próximos meses.

Por otro lado, el Ministerio de Hacienda anunció anteayer que en el primer cuatrimestre de este año obtuvo un superávit primario –sin contar los intereses– de $10.846 millones, el primer saldo positivo que se obtiene en ese período desde 2011. Se trata de la mitad del compromiso ($20.000 millones) que asumió el Gobierno para la meta del segundo trimestre del año. En el último staff report del Fondo, el Gobierno debió pedir el cambio del sendero para alcanzar el equilibrio fiscal a fin de año.

Por eso, el Gobierno ratificó que mantendrá las retenciones a las exportaciones (a pesar de la baja internacional del precio de la soja) hasta fines de 2020. Además y en el marco de un debilitamiento de la recaudación, subió la tasa de estadística a las importaciones con la que prevé recaudar más de $25.000 millones.

Más allá de la SRA y la CGT, durante esta visita, no hubo reuniones con miembros de la oposición. En la anterior se había reunido con el ex ministro Axel Kicillof.

Completada la revisión, Cardarelli elevará su informe al board del Fondo, que decidirá luego del 15 de junio próximo si libera un nuevo giro por unos US$5400 millones.

Con relación al frente cambiario, la sensación es que la misión del Fondo termina en momentos en que, pese al ruido internacional, el mercado reaccionó positivamente al nuevo esquema de flotación sucia habilitado por el Fondo. Las fuentes oficiales dijeron que no habrá condicionamientos extra por semejante luz verde, una heterodoxia por parte del Fondo y sus funcionarios, partidarios "de que el dólar valga lo que tiene que valer", una fórmula de la ortodoxia que todavía no encontró lugar en la Argentina.