Alicia Ciciliani. “Tenemos que darles certidumbre a los exportadores que promovemos”
La ministra de Producción de la provincia de Santa Fe habla sobre las políticas de incentivo a las exportaciones y propone una mirada sistémica de la competitividad
En el ranking federal de exportaciones, Santa Fe ocupa el segundo lugar, después de Buenos Aires, como los distritos que más contribuyen a la generación de divisas. Entre sus peculiaridades, Santa Fe es, desde 2007, una de las pocas provincias gobernadas por una fuerza distinta de las dos grandes agrupaciones políticas nacionales y la única donde el Partido Socialista ocupa el Poder Ejecutivo. Por todo ello, es interesante conocer la visión del comercio internacional desde la cual se diseña su política de promoción de exportaciones, que desde 2015 está a cargo de su actual ministra de Producción, la contadora Alicia Ciciliani.
P–¿Cuál es su diagnóstico sobre el comercio exterior argentino actual y su proyección futura?
R–La Argentina tiene una balanza comercial deficitaria y primarizada. Por lo tanto, el gran desafío es lograr superávit comercial, exportando productos con agregado de valor. Esto nos permitirá generar las divisas genuinas para pensar nuestro desarrollo en forma sustentable en el tiempo. Uno de cada 4 dólares que exporta el país es originario de nuestra provincia y 1 de cada 3 sale desde un puerto local. Ahora bien, solo 30 empresas santafesinas exportan más del 75% del total y el valor promedio de nuestras exportaciones es de US$430, lo cual está por debajo de la media nacional. Estamos trabajando fuertemente con programas provinciales y junto a la Nación para transformar esta situación, permitir que más empresas puedan agregarle valor a sus productos, llegar a mercados globales y aumentar el valor exportado por tonelada. Tenemos experiencias exitosas de empresas santafesinas que exportan productos con innovación, como válvulas para autos, maquinaria agrícola, productos biotecnológicos, alimentos, carnes, software, dulce de leche, etc. Por lo tanto, el desafío es lograr que estas excepciones se extiendan a la mayoría de las empresas santafesinas.
P–¿Qué opina sobre la agenda de negociaciones internacionales que propone el gobierno nacional?
R–Es muy errática, en el sentido de que pasamos de no considerar importantes las exportaciones de nuestros productos, o generar una dicotomía entre la mesa de los argentinos y la posibilidad de exportar, a abrir nuestro mercado y competencia interna de forma irrestricta. Creemos que tenemos que tener una visión y acuerdo de políticas de Estado de largo plazo, con una estrategia clara en las negociaciones bilaterales y multilaterales, como también tener una fuerte política hacia los distintos sectores productivos para darles competitividad y productividad y poder competir con eficiencia en las cadenas globales de valor. La competitividad es sistémica, no solo debe darse en el interior de las empresas, sino también en la infraestructura logística y las regulaciones. Tenemos que darles certidumbre a los diferentes actores que promovemos que agreguen valor a las exportaciones.
P–¿Cómo evalúan la política nacional en relación con las importaciones?
R–La Argentina tiene que tener una definición de política de largo plazo en un modelo de desarrollo. Las importaciones no pueden estar ajenas a ese modelo de cadenas de valor globales. Para eso, el país tiene que tener una clara normativa en cuanto a las diferentes posiciones arancelarias. Estamos avanzando en eso con la Nación, trabajando en diferentes sectores, como calzado, línea blanca, textil, cuero, alimentos y muebles. Creemos que esa es la manera correcta de trabajar. Para ello, Santa Fe cuenta con un Observatorio de Exportaciones e Importaciones que, junto a la Federación Industrial de Santa Fe, realiza evaluaciones y diagnósticos de forma periódica para definir la política pública sobre la base de datos validados y confiables.
P–¿Cuál es el perfil exportador que buscan darle a la provincia desde su ministerio?
R–Nuestro perfil exportador se basa en la agroindustria. La apertura de los mercados de carne globales abre una perspectiva importante, que requiere una mayor productividad en los pequeños y medianos productores con el fin de atender esa demanda global. Apuntamos a un modelo con agregado de valor, desarrollo de biotecnología y producción de alimentos, todos atributos altamente demandados por los mercados internacionales y que aquí somos capaces de proveer.
P–Una de las innovaciones institucionales de esta gestión provincial fue la puesta en marcha, en 2016, de la agencia Santa Fe Global. ¿Qué significó su creación para las actividades de promoción de exportaciones que desarrolla la provincia?
R–La agencia Santa Fe Global (SFG) es una gran apuesta del gobernador Miguel Lifschitz. Su objetivo general es promover exportaciones con agregado de valor, así como atraer inversiones productivas privadas, tanto locales como extranjeras, apuntando a los sectores disruptivos de la economía provincial. Desde su creación, en 2016, ha llevado adelante 85 acciones de promoción comercial, se facilitaron 46 proyectos de inversión y se monitorearon otros 1175 por más de $59.000 millones.
P–Santa Fe es uno de los pocos gobiernos provinciales con presencia propia fuera del país, ¿qué resultados da la oficina en Dubai?
R–La oficina de promoción de Dubai es un espacio de presencia permanente en la región de influencia de Emiratos Árabes Unidos que debe servir como gestor de negocios concretos para las empresas. Sin dudas que hay que entender este espacio en clave de lo que fue el sector externo argentino, donde en los últimos años hemos perdido volumen y consistencia exportadora. Esto conlleva que la participación de las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes) en la búsqueda de mercados externos no haya tenido el dinamismo esperado, y sobre todo en mercados lejanos y un tanto desconocidos. No obstante, estamos convencidos de que Santa Fe es un socio estratégico para ese mercado, ya que ellos necesitan lo que nosotros hacemos de manera natural y eficiente. De ahí que estamos enfocando la política pública en la preparación a más mipymes a fin de que puedan abastecer una región con alto poder adquisitivo.
P–Por último, ¿cómo le gustaría que sea recordada su gestión ministerial?
R–Me gustaría que sea recordada como una gestión entusiasta por la innovación y la productividad, atributos que deben ser extendidos a todo el sector productivo, a las pequeñas y medianas empresas diseminadas en todo el territorio, tanto las que están cerca de los centros urbanos como las que están más alejadas. Además, quiero que mi gestión logre una simplificación real del Estado, que sea reconocida por el sector productivo como resultado de que comprendemos que el Estado debe ser facilitador y promotor de una productividad sistémica. Si desde el Estado ponemos en valor la palabra "productividad" y lo vemos como concepto sistémico, en donde lo público y lo privado confluyen, vamos a lograr una inserción positiva y con agregado de valor en las cadenas globales.