Argelia, un mercado por develar
Un proceso de reforma económica que prevé la privatización de unas 1200 empresas públicas es una oportunidad comercial que la Argentina no quiere desaprovechar. Ese es el panorama que ofrece Argelia: negocios potenciales amplísimos, así como la apertura de nuevos horizontes de cooperación, asociación e intercambio. Una comitiva oficial de nuestro país exploró con funcionarios argelinos las posibilidades de cooperación bilateral, que se parecen promisorias, inclusive en un terreno no tradicional: la tecnología espacial.
Luego de 130 años de colonización francesa, concluidos con la revolución de 1962, Argelia adoptó un esquema de economía socialista centralizada que concluyó con un fracasado intento de industrialización que estimuló el abandono de la actividad agraria. El proceso fue un verdadero fracaso: ni logró el desarrollo industrial soñado ni pudo recuperar su espacio como productor de alimentos, que le había permitido abrir ciertas exportaciones a Europa en el rubro.
Hoy prácticamente la totalidad de los alimentos que consumen los casi 31 millones de argelinos son productos importados.
Desde el colapso de la Unión Soviética y el abandono del unipartidismo, Argelia (tercer productor mundial de gas y uno de los principales en el campo del petróleo), inició un proceso de democratización, transitado con enormes tropiezos por la violencia en la que quedó sumergida por enfrentamientos con la insurgencia islamista.
Pero la paz que no pudo alcanzar el presidente Liamin Zeroual parece tener otra oportunidad con el plan de reconciliación llevado adelante desde hace dos años por el actual mandatario, Abdelaziz Bouteflika, que logró revertir en gran medida la crisis e iniciar un vigoroso proceso de reforma del Estado, con cambios sustanciales en el sistema económico, financiero y educativo.
Estas nuevas condiciones convirtieron a Argelia en un país codiciado por la comunidad económica internacional. Sólo en el segundo semestre de 2000 visitaron el país, segunda nación africana por su superficie, 56.000 hombres de negocios y 946 empresas extranjeras participaron en junio último en la Feria Internacional de Argel.
La Argentina parece haber tomado con seriedad la decisión de no quedar ajena a ese proceso. Y hace pocos días funcionarios argentinos viajaron a Argel para revivir el Comité Mixto Argelino-Argentino, un instrumento de fomento de la cooperación bilateral en materia económica, comercial, científica, técnica y cultural que había quedado virtualmente adormecido en los últimos años, luego de haber alcanzado un punto de gravitación importante cuando la empresa estatal argentina Invap ganó la licitación para la construcción de un reactor nuclear en este país del Magreb, en la década del 80.
Como resultado de esta visita reciente a Argel, encabezada por la secretaria de Estado de Relaciones Exteriores de la Argentina, embajadora Susana Ruiz Cerutti, se han inicialado varios acuerdos, entre ellos un memorándum de entendimiento entre la Fundación Export.Ar y su contraparte argelina (Promex), destinado a promover y desarrollar el intercambio de información, la realización de planes de promoción y de capacitación de empresas de ambos países.
Cooperación espacial
Pero tal vez lo más uno de los aspectos más relevantes de la visita fue el acuerdo alcanzado en cooperación espacial, un rubro en el que la Argentina ha alcanzado un alto grado de desarrollo. "No se trata solamente de un buen negocio para la Argentina porque para que un negocio sea bueno debe satisfacer a todas las partes", señaló a LA NACION el doctor Conrado Varotto, presidente de la Comisión Nacional de Actividades Espaciales, quien también integró la comitiva argentina.
" Argelia tiene las características que configuran lo que nosotros llamamos un país espacial. Son países que por su extensión geográfica, distribución de la población, recursos naturales y exposición a eventos naturales muy fuertes, entre otras cosas, no pueden prescindir de la información de origen espacial para su desarrollo. Nosotros en la Argentina fuimos uno de los primeros en presentar este concepto, que está siendo adoptado por todos los países de estas características", dijo Varotto.
-¿Qué espera Argelia de la Argentina en este campo?
-Esperan, básicamente, que los ayudemos a crear su agencia espacial, que trabajemos juntos en el diseño de los principales objetivos de su propio programa espacial y que, a partir de eso, desarrollemos proyectos conjuntos.
-¿Cómo se traducen los convenios en acuerdos económicos concretos?
-Estas cosas no se pueden plantear en el sistema comercial clásico. El camino que estamos armando se basa en que a los dos nos conviene hacer algo juntos. El impacto económico de la actividad espacial, dirigida al estudio del clima, terrenos y cultivos, la previsión de catástrofes o la explotación minera, no se mide tanto en qué podemos vender sino en la incidencia que esa información tiene sobre el área socioeconómica y por lo tanto en cómo eso se revierte en la recaudación impositiva. Actualmente hay un acuerdo marco que debe firmarse dentro de un lapso breve. Mientras tanto, estamos trabajando en lo que se ha acordado en el terreno técnico y en un tiempo no muy lejano estaremos intercambiando fierros.
El interés de Argelia en la tecnología de punta argentina quedó traducido en una anécdota contada por la embajadora Ruiz Cerutti: "De la hora y media que duró la reunión con el presidente Bouteflika, al menos la tercera parte estuvo dedicada exclusivamente a ese tema", señaló la funcionaria.
Para la embajadora Ileana Di Giovanni, directora nacional de Negociaciones Económicas Internacionales y otras de las integrantes de la misión, "todo este tipo de aproximaciones exige tener un marco normativo moderno y una información muy ágil entre las partes. Estos dos instrumentos, que ya están funcionando, van a abrir muy buenas oportunidades futuras."
Por su parte, el embajador de Argelia en Buenos Aires, Nourredine Ayadi sostuvo que, "por su situación estratégica (puerto de Africa, proximidad de Europa), sus potenciales económicas y su solvencia financiera, Argelia representa para la Argentina un socio privilegiado en la región. Además, el proceso de reformas económicas que encaró mi país le permite gozar hoy de una situación macroeconómica más que envidiable" (Ver recuadro).
Y otro dato significativo: la petrolera estatal argelina Sonatrach, clasificada como la tercera exportadora mundial de gas, prevé invertir 21.000 millones de dólares en los próximos cinco años. Sonatrach, generadora del 80 por ciento de los ingresos del Estado argelino, ha construido una sólida relación con la argentina Techint. Juntas han participado en proyectos ligados a la exploración y revalorización de los yacimientos petrolíferos y gasíferos en Argelia e integran un consorcio que ganó la licitación de un megaproyecto relativo a la construcción de un gasoducto en Perú: el proyecto Camisea.
Además de los acuerdos establecidos, expertos argentinos dieron un seminario en Argel para explicar en detalle la experiencia argentina en materia de privatizaciones en los sectores energético, de telecomunicaciones, financiero y de transporte. Los argelinos esperan, seguramente, aprovecharse de esa experiencia para imitar logros y evitar errores.
El autor es director periodístico de El Corresponsal de Medio Oriente y Africa ( http://www.elcorresponsal.com )
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