Balance: el Brexit trajo más costos y más burocracia
La exportación británica a la Unión Europea cayó un 14% y las importaciones disminuyeron un 24%
Durante más de una década Neil Currie pudo vender las ollas y otros implementos de cocina artesanales de hierro negro desde Shropshire, el lugar de nacimiento de la revolución industrial británica, a clientes en Berlín tan fácilmente como a los de Birmingham, a menos de 50 km al este, pero este año, desde que Gran Bretaña salió de la Unión Europea, las ventas de la fundición Netherton al bloque se han hundido.
Inicialmente el nuevo sistema colapsó
A lo largo de 12 meses las empresas británicas se han estado confrontando con la realidad de la decisión del país de distanciarse de su mayor socio comercial. Inicialmente el nuevo sistema colapsó: productos perecederos quedaban retenidos en puertos, los comerciantes minoristas descubrieron que sus cadenas de provisión eran obsoletas y compañías de transporte por camión dejaron de hacer entregas a toda la isla de Irlanda.
Los peores problemas (sin contar el norte de Irlanda) se fueron aliviando pasados unos meses. Pero lo que queda es un régimen frustrante de costos más elevados, papelería de aduana que consume mucho tiempo e incontables oportunidades perdidas.
Las ventas del sitio en la red de la fundición Netherton a la Unión Europea “simplemente se están yendo”, dijo Currie. Cayeron un 40% este año.
Antes del Brexit la única diferencia discernible en las ventas al continente eran los costos extra de entrega. Organizar el envío tardaba menos de un minuto. Ahora por cada producto diferente que sale de Gran Bretaña -se trate de una prensa de tortilla diseñada especialmente o una de las populares sartenes con manija de madera de roble local- se debe completar un formulario de aduana de cuatro carillas en el que se tarda 20 minutos por cada embarque.
Para los clientes hay un shock más duro. Los ítems cuestan al menos 8,50 libras (US$11,25) más porque los transportistas cobran extra para cubrir la administración adicional de controles e impuestos de aduana. Y cada producto tarda más en arribar a su destino. Además de las ventas online perdidas de compradores individuales, muchas tiendas europeas independientes que compraban los productos de la fundición Netherton han concluido que no vale ni el costo ni el engorro.
“Podemos vender a la gente, podemos hacerlo, pero es más caro”, dijo Currie. “Pero hay una percepción -y creo que esto posiblemente es aún peor-de que es demasiado difícil”.
En los primeros siete meses el nuevo acuerdo comercial redujo las exportaciones británicas a la UE un 14% y las importaciones un 24%, según una estimación del UK Trade Policy Observatory, un grupo de investigaciones. Eso representa alrededor de 44.000 millones de libras caídas en el comercio. La mayoría de las exportaciones se perdieron en enero cuando muchas compañías de logística dejaron de trasladar productos, abrumadas por la cantidad de entregas que se enviaban sin el papelerío de aduana adecuado. Desde esa caída inicial las exportaciones mayormente se han recuperado según muestran las estadísticas oficiales.
Pero el dato no refleja cuánto más tienen que trabajar las empresas simplemente para retener los clientes al volverse menos competitivas.
Uno de los mayores clientes de la fundición Netherton, una tienda de departamentos en Alemania, ha requerido que las ollas le sean vendidas vía un intermediario en Bélgica para no tener que hacerse cargo del trabajo extra de importar directamente de Gran Bretaña. “Lo que por supuesto trae costos adicionales”, dijo Currie. “Todos sabemos que es una locura”.
Marks & Spencer, una gran cadena minorista británica, cerró sus 11 tiendas de alimentos en Francia, citando “complejidades de la cadena de provisión” creadas por el Brexit
El acuerdo comercial asegura a productos hechos en Gran Bretaña acceso sin aranceles ni cuotas a la Unión Europea. Pero el papelerío requerido para cruzar la frontera y demostrar que los productos cumplen con los estándares regulatorios del bloque se han convertido en un problema. Algunas compañías decidieron que no se justificaban los costos extra.
Marks & Spencer, una gran cadena minorista británica, cerró sus 11 tiendas de alimentos en Francia, citando “complejidades de la cadena de provisión” creadas por el Brexit.
El intercambio de bienes con Europa estaba un 16% por debajo de lo que hubiese sido en un mundo sin Brexit, según el último informe del Centro para la reforma europea, un grupo que apoya a la Unión Europea.
Esto es sólo el comienzo de los impactos a largo plazo del Brexit, que se prevé que hará a la economía británica un 4% más pequeña de lo que hubiese sido en otro caso, según la Oficina para la Responsabilidad Presupuestaria. Eso es el doble del efecto negativo para la economía que se prevé que causará la pandemia según su estimación.
“Hemos tenido un año de dos mitades”, dijo Sally Jones, que encabeza el equipo de estrategia comercial y Brexit en EY. Al comienzo las compañías hacían preguntas operativas granulares respecto de cómo mantener funcionando sus negocios bajo la nuevas reglas. Ahora están analizando las cuestiones de largo plazo que requieren cambios sustanciales. Por ejemplo, algunos minoristas que se apoyaban en un centro de distribución único para Europa en Gran Bretaña encuentran que no pueden seguir pagando los aranceles adicionales impuestos al trasladar bienes importados de nuevo fuera de Gran Bretaña. Están analizando abrir otros centros en el continente, relocalizando empleos y dinero.
Es algo que está considerando Luceco, que hace e importa productos de iluminación y cableado de China y los vende a tiendas minoristas. Mayormente vende los productos importados dentro de Gran Bretaña pero alrededor de tres a 4 millones de libras de ventas van a la República de Irlanda.
“Por suerte no es la porción mayor” dijo el jefe financiero de la compañía Matt Webb. Pero “ha sido extremadamente difícil. El papelerío que está involucrado ahora en vender incluso a Irlanda del Norte es prohibitivo”, dijo. Además se deben pagar los aranceles sobre los ítems dos veces: cuando ingresan a Gran Bretaña desde China y cuando salen para Irlanda.
“Siempre supimos que iba a llegar el momento en que tendría sentido para nosotros tener un centro en Irlanda, dijo Webb. “Lo que Brexit ha hecho es acercar un poco ese día”.
Los nuevos costos y desafíos traídos por el Brexit han llegado mientras las empresas tratan desesperadamente de navegar el constante tumulto provocado por la pandemia, que ha llevado a escasez internacional de bienes, costos de transporte exorbitantes y alza de los precios de los commodity, en particular la energía.
En la fundición Netherton lo primero que aparece en la pantalla de Currie cada mañana es un e-mail de su gerente de compras con los cinco principales costos que han aumentado de la noche a la mañana. Luceco también tiene incrementos: solía gastar 2 millones de libras al año en contenedores que traían sus productos de China. Ahora gasta 16 millones de libras. Para los clientes los precios de Luceco han aumentado el 12%.
Más subas
Recientemente los precios de la manteca y los quesos han subido entre el 20 y el 30%, dijo Michael Harte, director ejecutivo de Bridge Cheese, que importa algunos de sus quesos de Europa y vende mezclas especiales a fabricantes y mayoristas de alimentos, tales como compañías de pizza, en Gran Bretaña, en el continente y en el Medio Oriente. Y hay que lidiar con los precios de la energía por las nubes. Bridge Cheese absorbió estos costos extra mientras pudo, pero desde septiembre ha trasladado incrementos de precios de dos dígitos a sus clientes.
En un esfuerzo por mantener bajo control los costos relacionados con el Brexit, Bridge Cheese está dispuesta a exportar solo pedidos grandes debido a que los bienes que van a la Unión Europea ahora tienen que pasar inspecciones veterinarias para certificar que cumplen con la normativa sanitaria y para verificar el etiquetado y el almacenado. Harte dijo que cuesta lo mismo la inspección de un pallet que la de 20.
Una de sus frustraciones es que el Brexit significa que hay un “mercado masivo a las puertas” al que no se puede acceder de manera competitiva con productos especializados, dijo. En los nueve meses hasta septiembre las exportaciones de alimentos y bebidas a la Unión Europea cayeron 14% comparado con el año anterior, según un grupo industrial. Dijo que las exportaciones de quesos han caído 13%.
Y hay más impactos del Brexit por delante. A partir del 1 de enero Gran Bretaña impondrá controles de aduana sobre productos que se importen del bloque. Además en el nuevo año las compañías tendrán que demostrar que sus productos son suficientemente de fabricación británica como para ameritar comercio sin aranceles. A partir de mitad del 2022 comenzarán controles de exportación de frontera adicionales, incluyendo inspecciones físicas de productos vegetales y animales.
El gobierno británico insistió en el éxito de su acuerdo comercial europeo, pero estaba ansioso por trasladar la atención de las compañías a las promesas de comerciar con países más alejados. Los funcionarios han dicho que las verdaderas oportunidades se encuentran en la región indo-pacífico.
Las compañías han buscado clientes más lejanos pero por necesidad y no por su elección. Desde comienzos de año las ventas de la fundición Netherton a los Estados Unidos se han incrementado, pero no han compensado las ventas perdidas en Europa.
Algunos minoristas especializados en Europa se han mantenido como clientes pero las tiendas de implementos de cocina no lo han hecho, dijo Currie. También se mantiene una cohorte de clientes individuales fieles. Muchos de ellos son “verdaderos anglófilos” agregó
“Pero debemos estar perdiendo mucha gente que es un poco indiferente a nosotros”, dijo. “En este momento esas son las oportunidades perdidas y son difíciles de medir”.
Traducción de Gabriel Zadunaisky