Clima de cambios inevitables

La 12a Conferencia Mundial de Riesgo País organizada por el grupo francés de seguros de crédito Coface fue escenario para el análisis de la problemática diaria en las operaciones de comercio internacional en la Argentina.

"En 2014, el presupuesto nacional decía que exportaríamos US$ 82.000 millones y era muy alentador, pero a fin de ese año no se cumplieron las expectativas por una diferencia de US$ 22.000 millones. Para 2015 estimamos un cálculo similar de US$ 20.000 millones abajo", arrancó Enrique Mantilla, presidente de la Cámara de Exportadores (CERA). "Durante dos años, el Ministerio de Economía se equivoca en las proyecciones, demostrando que tienen serios problemas para hacer los cálculos del comercio exterior", agregó. Para Mantilla, el mensaje es claro: "Nada cambiará hasta el final de ciclo, ya que, advertidos de esta situación, no hacen nada para modificar la realidad que muestra una diferencia de US$ 20.000 millones en el presupuesto".

Además, pronosticó: "En un mundo con deflación, nadie compra materias primas, por lo que no podemos ser optimistas sin una nueva política exportadora de alta intensidad. Por eso, 2016 será apenas un año de transición".

A su turno, Diego Pérez Santisteban, presidente de la Cámara de Importadores (CIRA), destacó: "Es difícil esperar cambios positivos, pero la buena noticia es que desde 2016 esas modificaciones son inevitables, gane quien gane". Respecto de la actividad, señaló: "La importación tiene un rol claro en la economía para ingresar productos que necesitamos, pero cuando el comercio exterior ayuda al Gobierno a obtener divisas para sostener su saldo fiscal, se desvirtúa todo, modificando roles económicos. Alguien creyó que no pasaría nada, pero esta desnaturalización de roles no es gratuita para el resto de la economía, afectando al total de la economía".

Asimismo, aseguró que por este motivo "cayó la producción industrial, a falta de insumos y materias primas importadas; bajaron las inversiones: pasamos de niveles del 27% en 2007 a 17% hoy, y por supuesto, bajaron las reservas y el producto bruto".

Santisteban también dejó un dato concreto: "Los importadores deben a sus proveedores extranjeros cerca de US$ 5000 millones, mientras que en 2011 se debía cero".

A su turno, Bart Pattyn, CEO de Coface América latina, destacó que "hubo un cambio en la demanda y precios de las materias primas, lo que representa malas noticias para América latina", por lo que "se acabaron los años de vacas gordas". Por su parte, Patricia Krause, economista de la firma para América latina, resaltó que "la región atraviesa una baja de flujo de capitales y reducción del PBI. Los sectores que más riesgos presentan son el agrícola, textil, construcción y automotor". Y además definió a Chile, Colombia, México y Uruguay como "los países con mejor clima de negocios". Ecuador, la Argentina, Bolivia, Paraguay y Venezuela "se encuentran más complicados", dijo.

Al final del encuentro, el economista Enrique Szewach fue determinante al asegurar que "la continuidad del modelo no está disponible, se agotó como demuestran Venezuela y Brasil, por lo que se impone un cambio obligado". Y agregó: "Históricamente, cada vez que cayeron las commodities, la Argentina tuvo que cambiar. No hay chances de continuidad, se desplomaron los precios de productos de exportación de la región".

Recalcó: "El déficit fiscal financiado por el Banco Central quebró a la entidad, el gasto público es incompatible con mejoras en la productividad y hace dos años que el sector privado casi no genera empleos". Y finalizó: "Dicen que salir del cepo es absurdo, pero seguir y esperar resultados diferentes tampoco es una opción disponible".

Carlos Topazzini