"Eso de vivir con lo nuestro es del pasado"
Gabriel Aramouni entiende que es preciso fomentar la cultura exportadora desde el colegio secundario
No sólo es posible educar con mentalidad exportadora, sino también absolutamente necesario. Y la tarea, para ser exitosa, debe comenzar en el colegio secundario.
Gabriel Aramouni, director del Centro de Educación Empresaria de la Universidad de San Andrés, dice que no hay alternativa en un mundo globalizado como el actual, en el que, más allá de algunas modificaciones que puedan darse a partir de la última crisis, como el aumento de los marcos regulatorios, "no hay más remedio que pensar globalmente".
"La forma de pensar globalmente -dice- implica desde el colegio secundario hacerles saber a los jóvenes que se insertarán en la vida profesional, en cualquier disciplina, que el punto es mirar al mundo. No hay ningún país que se pueda desarrollar sólo mirando hacia adentro. Eso de que vivimos con lo nuestro es del pasado. Vivimos con lo nuestro hacia afuera. En San Andrés, desde antes del ingreso a la universidad, hay una cátedra de entrepreneurship muy activa que desarrolla programas de fortalecimiento de ese espíritu emprendedor para quienes están terminando el secundario. Después los seguimos a lo largo de toda la carrera universitaria y en su posgrado. Respecto de una cultura de mirada global, diría que es uno de los elementos que nos distinguen. Somos una universidad que busca ser de clase mundial, y para serlo hay que estar dispuesto a mirar afuera y a competir con el afuera."
-A pesar del aumento de las exportaciones de los últimos años, se habla de forma recurrente sobre la falta de cultura exportadora del país.
-Para desarrollar sus negocios en el exterior, la Argentina tiene que tener una cultura exportadora que de alguna manera debe estar propiciada por los planes de estudio y por el propio gobierno. Creo que se va logrando. Hay clusters que lo han hecho, como el del vino, que después de muchos años de trabajo consiguió mejorar gracias a la articulación del sector público y el privado, y de una campaña de apertura que lo hizo sostenible y creíble. No basta con decir hay que salir al mundo y tener un buen precio y una commodity ; lo importante es hacer la segunda, tercera, cuarta y quinta operación.
-¿Cuáles son los objetivos del Centro?
-Contribuir con la generación de conocimiento para la acción, básicamente del mundo de las organizaciones, tanto públicas como privadas, desde las grandes multinacionales y multilatinas o nacionales hasta las pequeñas y medianas empresas que están en proceso de internacionalización. Nuestro objetivo es cooperar con el desarrollo de la competitividad de las organizaciones argentinas y de la región, y eso se logra con programas de formación muy específicos, hechos a la medida de las organizaciones, para construir conocimiento colectivo. Muchas veces se habla de la relación entre la universidad y las empresas y se declama ese principio, pero es importante que haya vínculos entre ambos mundos. ¿Cuál es un vínculo realmente práctico que da algún sentido concreto de esta declamación? Que ambas trabajen en común para descubrir un mejor conocimiento, que no está sólo en la academia, sino que también está en el mundo del obrar cotidiano. Las empresas saben mucho; el tema es tratar de hacer explícito el conocimiento implícito. El trabajo de la academia, junto con la empresa, es descubrir las teorías que están detrás de las prácticas.
-¿Cómo armonizan lo que la teoría señala como ideal y lo que la realidad muestra, con índices de competitividad bajos y de corrupción altos?
-La educación ejecutiva es un arte: cómo poder desarrollar mejores competencias de las organizaciones en un entorno muy complejo, como el de la Argentina. Pero en verdad, cuando se desagrega el Indice de Competitividad del Foro Económico Mundial se ve que nuestro país no está bien, no lo ha estado en los últimos años, incluso ha decrecido en algunos puntos, como transparencia, clima de negocios o situación institucional. Pero por otro lado se ve que sigue mejor posicionado que otros países de la región en temas como educación, capacidad de management y tecnología. De lo que se trata es de ayudar a fortalecer a las empresas aquellas capacidades que dependen de sí, promoviéndoles actitudes de innovación y liderazgo, fortaleciendo sus capacidades de gestión para que puedan lidiar con un contexto complejo.
-¿Qué es lo que demandan hoy las empresas en la Argentina?
-El gran tema de la educación ejecutiva es la transferencia del aprendizaje a la organización. La compañía demanda metodologías creativas e innovadoras no sólo para el dictado de los temas, sino también para motivar a la gente en el trabajo. Lo que nos están demandando es comprender mejor los escenarios en los que se desarrollan sus negocios, tanto los locales como los de la región, que la universidad los ayude a tener una buena lectura de los contextos y a proyectar estratégicamente un escenario futuro. Hay demandas vinculadas con temas de planeamiento estratégico. El otro gran conjunto son las herramientas o mejores prácticas vinculadas con el management , con la gestión, hoy principalmente orientadas a temas de procesos, de logística, finanzas y marketing . Además, se trabaja mucho en cómo generar liderazgo e innovación. Esos son los grandes pedidos de las compañías.
Claramente, el talento de la gente es lo que hace que se pueda sobrellevar un momento crítico como éste, por eso todo el tema de liderazgo es clave para conducir equipos, para planificar, y por otro lado buscar alternativas de innovación, cómo motivar en la gente el desarrollo del espíritu emprendedor, cómo descubrir nuevos negocios. Porque en el país aún hay buenas oportunidades y debemos hacer lo imposible para no perder un tren que nos vuelve a dar la historia para 2010.
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