Fernando Landa: “La restricción financiera condiciona todas las soluciones que se proponen”
El nuevo presidente de Cámara de Exportadores de la República Argentina dice que buscan reemplazar la queja por propuestas y que hay espacios para avanzar con algunas alternativas
Fernando Landa es el nuevo titular de la Cámara de Exportadores de la República Argentina (CERA); reemplazó a Enrique Mantilla que dirigió la entidad durante 26 años, quien fue designado presidente honorario y dirige el Instituto de Estrategia de la CERA. “Hay diferencias entre lo coyuntural y lo estructural -afirma Landa ante LA NACION para referirse a las preocupaciones del sector-. En el primero la restricción financiera condiciona todas las soluciones que se proponen”.
Desde la CERA sostienen que hay que avanzar en una “estrategia” exportadora, más abarcadora que un plan. “La Argentina necesita plantear en forma consensuada en su tablero de comando la situación de la competitividad que está dada por diferentes aspectos como el acceso al crédito, la innovación, el capital humano o la infraestructura. Si uno mira los datos internacionales se da cuenta de que hay un problema a solucionar. Son todos factores que en la toma de decisiones de inversión afectan”, señala Landa.
-¿Cómo percibe, cómo describe el ambiente entre exportadores?
-Respecto de las exportaciones, al menos en lo verbal, hay consenso entre los representantes de todos los ángulos políticos del país. También es cierto que estamos limitados por el contexto macro y hay también factores externos, como la crisis logística internacional, las trabas y demoras en la operación portuaria o el aumento de la demanda de bienes durables de Estados Unidos. Estructuralmente también hay cambios fuertes y a eso se suma una situación compleja dominada por el vínculo entre China y Estados Unidos. También en Latinoamérica la situación es muy delicada; la Cepal ha descripto que se crece lentamente; la inversión está por debajo de la media mundial. Hay una crisis de confianza en toda la región y eso no es menor.
- ¿Y los factores propios?
- Hay diferencias entre lo coyuntural y lo estructural. En el primero la restricción financiera, condiciona todas las soluciones que se proponen para aumentar las exportaciones.
-¿Se refiere al programa de Cancillería, a los proyectos de leyes presentados?
-Si uno mira el plan que se presentó, el diagnóstico es correcto. Pero hay que decir que no hemos tenido éxito en aumentar las exportaciones de forma sustancial ni en diversificarlas. Los ocho meses computados están impactados por los precios internacionales de las comodities; en los otros sectores las operaciones incluso están por debajo. Estas medidas que se proponen no consideran todos los factores. Incluso aceptando todas las restricciones que tenemos, si no avanzamos en otros aspectos, no vamos a lograr el objetivo tal y como lo planteamos de llegar a US$100.000 millones de exportaciones. Desde la Cámara pensamos más que en un plan, en una estrategia.
- ¿Cuál es la diferencia?
-Cuando se habla de estrategia es de mayor envergadura; la clave es la competitividad argentina. La Cámara ha hecho propuestas; la Argentina necesita plantear en forma consensuada en su tablero de comando la situación de la competitividad que está dada por diferentes aspectos como el acceso al crédito, la innovación, el capital humano o la infraestructura. Si uno mira los datos internacionales se da cuenta de que hay un problema a solucionar. Son todos factores que en la toma de decisiones de inversión afectan; hay que ver cómo vamos y cómo mejoramos estos temas que son transversales. Está claro que la macro condiciona. Por ejemplo, nosotros planteamos la idea de un fideicomiso para financiar las exportaciones, constituido quizá con capital privado más aportes del BID. Era dar una alternativa de inversión con una tasa relativamente razonable, pero hoy es imposible. Algo que se puede montar no se puede concretar.
-Dijo que, sin embargo, hay otros aspectos en los que se puede avanzar. ¿Cuáles?
-Es que, aun en este contexto, hay cosas que se pueden hacer. Insistimos en que hay que convertir las quejas en soluciones. Por caso, se puede avanzar en la facilitación del comercio aduanero, donde hay mucho para trabajar. En la anterior gestión nacional se anunció el Comité Nacional de Facilitación del Comercio, pero todavía no se hizo. Otro tema es el contexto logístico que es muy complicado; deberíamos tener cierta agilidad como para que no se venzan plazos aduaneros y generen costos extras.
-¿Cómo está el pago de los reintegros?
- Hay atrasos. En los anuncios se plantean objetivos de dar financiación, una parte es vincular lo que tengo de pago de impuestos a las exportaciones con lo que me dan. Ese es un punto importante. Son todos aspectos posibles de ser trabajados; no necesariamente requieren que la macro se haya solucionado del todo.
-Hay empresarios y economistas que sostienen que hoy la brecha cambiaria pesa más que las retenciones en las exportaciones, ¿qué análisis hace?
-El factor más importante es la incertidumbre, en todo sentido. Si hay algo de lo que requiere la exportación es de seguridad, sino es complicado no solo para el que vende sino para quien compra. Hay temas para ir pensando en el mediano plazo. Hay que trabajar seriamente en el tema ambiental; la Argentina forma parte del G20 y debe tener una posición al respecto. Hay modelos discutibles al respecto porque es necesario tener un valor consensuado de la emisión de carbono, no pagar el de un tercer mercado. Es un tema de discusión internacional en el que necesitamos tener posición.
-¿En qué cree que avanzaron de lo que reclaman?
-Hemos conversado mucho de las economías regionales. Se hicieron algunas bajas de retenciones, pero hemos hecho presentaciones porque hay otras que siguen. Por ejemplo, el maní que es un clúster muy competitivo o el maíz pisingallo; en la industria forestal pasa con el quebracho. Son clústers que se lograron y hay que acompañarlos. El sacrificio fiscal que significa defenderlos es mínimo. La Argentina no tenía maíz pisingallo, hoy ocupa una posición y hay que defenderla. Esas son las batallas en las que me gustaría que estuviéramos todos en línea. No dejo de entender las restricciones financieras, pero hay aspectos que no son compatibles con las decisiones que se toman.
-¿Las restricciones a las exportaciones de carne entran en ese análisis?
-Con ese tema, en su momento, hicimos un planteo. No estábamos de acuerdo; filosóficamente contradice lo que el Presidente había dicho en México de aumentar las ventas al mundo. Esta tensión entre política alimentaria y exportación de un producto la tenemos que resolver de una manera madura, no podemos vivir en la coyuntura. Es parte de la diferencia entre un plan y una estrategia; fijar a dónde quiero estar de acá a cinco años, qué condiciones hay, qué problemas, cómo resuelvo el puerto de Buenos Aires, cuál es el calado… Si vemos que vamos a hacer algo contradictorio con nuestra estrategia hay que parar y pensar.
-Mencionó el puerto de Buenos Aires, ¿cómo evalúan la estatización de la hidrovía?
-Lo logístico es un tema integral; el país tiene exceso de transporte por vía terrestre y esa es una complejidad que resolver. Cada modalidad es un elemento. Debemos garantizar una logística confiable y segura, sino todos los jugadores dudan. Un armador analiza cuánto demora en el puerto de Buenos Aires y saca de competencia a una empresa por el costo del flete. Si quiero ser federal, atender a las economías regionales con capacidad de crecimiento, hay que atender a todos los ingredientes que necesitan. Hay que entender la problemática a fondo, tiene que ser una miradora superadora. El rol de la Cámara priorizar los temas transversales que hacen a la estrategia exportadora.
-El Mercosur atraviesa un año de conflictos, ¿cómo ve la estrategia argentina?
-Tiene un problema de avance importante; tener aranceles es una especie de contradicción, es uno de los desafíos a resolver. En lo que hace a la negociación con China, miramos a Uruguay pero también hay que mirar a China; si los vecinos avanzan solos es porque los chinos también lo hacen a pesar de que va en contra de los sentimientos de la Argentina y de Brasil. Hay que pensarlo también. Hay que analizar qué posición está tomando China en el Atlántico.
-La pandemia abrió una discusión sobre las cadenas de valor, ¿hay una desglobalización?
-Más que desglobalizar se trata de acercar un poco más las cadenas de valor. La Argentina tiene gente, pero hay que avanzar en tecnología y know how. Construir know how no es de un día para el otro; nuestra ubicación geográfica no es la más favorable del mundo, hay que pensar en qué forma insertarnos en cadenas de valor más largas, qué talentos podemos utilizar, de qué forma aplicar lo que tenemos. Necesitamos incentivos que no son necesariamente subsidios; claro que los impuestos distorsivos no ayudan. Hay que avanzar en cómo hacer para construir clústers, tenemos que ver las mejores prácticas. La Argentina es proveedora de mejores prácticas en cadena agroalimentaria, pero en otras tenemos que aprenderlas. Esa es una dimensión importante y hay que tenerla como parte de la estrategia.
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