Jaque a las ventas externas del país
El Estado, sin financiamiento internacional, necesita las divisas de las operaciones para reflotar sus reservas
Descartada la posibilidad del financiamiento externo, el Estado echó mano a la otra fuente de divisas, las exportaciones, y obligó a los operadores a que ingresen en el país los dólares del comercio exterior.
La urgencia es tal que, además, exigió que la liquidación de divisas se hiciera en ciertos plazos.
La Resolución 13/2002 del Ministerio de Economía fija lapsos de entre 15 y 180 días, según el producto, y exceptúa aquellas operaciones financiadas mediante un crédito bancario. De ese modo, los exportadores podrían mantener las facilidades de pago con sus clientes, mientras se salda la necesidad de divisas con el crédito.
Pero, ¿puede la banca financiar a los exportadores?
Consultados por La Nación , distintos especialistas en comercio exterior de los principales bancos -que solicitaron reserva- analizaron los alcances de la norma.
Arbitrario
"Esta resolución les dice a los exportadores: "Señores, ustedes cuando embarcan tienen tantos días para ingresasr divisas al tipo de cambio oficial que exista en ese momento"", señaló un directivo.
Pero los plazos estipulados por la Secretaría de Industria y Comercio pecan de cierta arbitrariedad.
Respecto de la rutina del comercio internacional, la Argentina acortó 16 veces los plazos de liquidación de divisas, por ejemplo, para los bienes de capital: exige 180 días, contra los ocho años que se manejan en el exterior.
Por eso, una de las opciones más "lúcidas" en momentos de pruebas de ensayo y error sería "reflotar los plazos máximos que fijaban las regulaciones del Banco Central anteriores a 1991, que establecían hasta ocho años y medio el tiempo para la liquidación de divisas por exportación de bienes de capital, tres años para bienes semidurables y un año para otros", sugirió otro ejecutivo.
¿Cómo hace el exportador para liquidar divisas? O las obtiene de su importador al cancelar la operación o recurre a un banco.
Ante el supuesto de que los plazos perentorios no sean viables para los clientes del exterior, la Secretaría de Comercio concede la posibilidad de la financiación banacaria. "Así, el Banco Central se queda tranquilo con las divisas porque el banco financia y asume el riesgo del cobro del exterior", coincidieron.
La esencia de la resolución sería "permitirles a los exportadores pactar plazos justos con sus importadores, superiores a los estipulados, para que no vayan a comprar a otro país."
"La condición es que intervenga el banco monetizando el crédito del importador externo para que los exportadores argentinos puedan cumplir con la obligación del control de cambios", expresó el gerente de comercio exterior de una importante entidad financiera.
No obstante, resulta evidente que la característica intrínseca de la norma disminuyó la competitividad argentina al restringir los tiempos para cancelar la operación.
Mientras algunos interpretaron que la resolución encierra la "voluntad de la Secretaría de Industria y Comercio de no ser tan restrictivos respecto de la liquidación de divisas, permitiendo la financiación bancaria", otros la condenan argumentando que esta norma anula uno de los perfiles de la ventaja comparativa exportadora, que consiste en brindar las facilidades de pago a sus importadores".
Sin crédito
Pero un interrogante mayor sobrevuela, y se refiere a si la banca está en condiciones de financiar operaciones de exportación.
Los más cautos arriesgaron que "los bancos van a respaldar las operaciones porque si su cliente pierde una venta a causa de los plazos, el banco pierde a su cliente".
Otros anclaron sus esperanzas en que "la banca internacional está acostumbrada a estos vaivenes y nos va a financiar".
No obstante, la lacónica y mayoritaria respuesta fue que "no podemos financiar a los exportadores... recién ahora se están liberando pagos de líneas atrasadas. Si debemos, difícilmente nos presten. Además, estamos en otros incendios", aludió un banquero con relación al "corralito".
La encrucijada que se abre entonces es, por un lado, la imperiosa necesidad de fortalecer con divisas al Banco Central y, por el otro, generar las condiciones -en términos de plazos de pago- en los mercados internacionales para que no se pierdan.
"La Argentina debe recuperar divisas lo más rápido posible, porque hoy los bancos no pueden enfrentar una corrida -si se llegara a levantar el "corralito"- porque no hay dólares en el mercado. Pero la norma se opone a las ventajas competitivas del comercio exterior: no sólo influye la calidad y el precio de un producto, sino sus facilidades de pago que, por ahora, se están vulnerando", sostuvo otro especialista.
A estas alturas, pocos exportadores pueden servir a dos dioses:fortalecer las reservas del Estado y ser flexibles con sus clientes del exterior.