"Los argumentos técnicos están"
Bob Pearson, "el padre" del bitren, sostiene que la Argentina, como Australia, puede aprovechar este transporte. Sólo en San Luis fue reglamentado su uso
La incorporación del bitren, en 1979, cambió la historia del transporte en Australia al reducir los accidentes mortales en las carreteras, la cantidad de camiones (entre 15.000 y 20.000 menos) en las rutas, la emisión de gases de efecto invernadero en por lo menos 11 millones de toneladas, y al favorecer el ahorro de unos US$ 12.500 millones en gastos de transporte. Bob Pearson, "padre" del bitren, dialogó con LA NACION.
—¿Por qué piensa que en la Argentina la experiencia de los bitrenes puede resultar positiva?
—De acuerdo con lo que he visto y conozco de la Argentina es muy similar a Australia en su aspecto geográfico y en relación con sus rutas he observado que los recorridos interiores de algunas provincias que visité, caso de San Luis, donde ya se está llevando adelante esta experiencia, se encuentran en buenas condiciones para que transiten los bitrenes por ellas. Es la primera vez que vengo a Córdoba –participó del 16° Congreso Argentino de Vialidad y Tránsito celebrado el año pasado– y voy a estar visitando la provincia de Misiones. Esta es una historia que se puede ir construyendo de a poco y por partes.
—¿Qué balance nos puede hacer de los bitrenes en Europa?
—Estuvimos en una conferencia el mes pasado, en Estocolmo, donde se mostraron las tendencias de los vehículos de cargas en los distintos países y en general no se sigue lo que se está haciendo en Europa hoy porque ellos tienen sus propias dificultades y características. Todos los vehículos son diferentes, pero sí se puede decir que la tendencia y la parte en común está focalizada en el empleo de la tecnología, su uso y aplicación en los camiones para un mejor aprovechamiento de la infraestructura existente, ya sea porque no hay plata para hacer nuevas obras, o porque no hay lugar, que es lo que está pasando en Europa hoy frente a la crisis, para hacer nuevas rutas.
—Por eso la clave está en usar la tecnología en los vehículos pesados.
—Sí, para utilizar mejor las rutas existentes en los países desarrollados, que aunque no estén pasando por un buen momento económico cuentan con buena infraestructura, y en los países emergentes que son vistos como futuros mercados. En Sudáfrica, por ejemplo, se están utilizando una modalidad de transporte terrestre muy similar al de los bitrenes. Lo mismo que la provincia de San Luis está haciendo punta aquí, en una región clave localizada en el corredor interoceánico, paso obligado de Chile y Brasil y siendo un nodo para el transporte industrial y agropecuario. El primer bitren argentino tiene un desarrollo similar a los que circulan en las rutas de los Estados Unidos, Australia y Brasil.
—¿Es más costoso el bitren que un camión convencional en Australia?
—El vehículo es más costoso no tanto en el tractor pero sí porque se tiene que comprar un segundo trailer, sin embargo, el ahorro está en que utiliza apenas un poco más de combustible que el actual, los sueldos de los choferes son un poco más caros, pero aún así lleva el doble de la carga, por lo que termina siendo rentable para el operador en relación al volumen de carga neta que está transportando. A diferencia de un camión convencional, los bitrenes dañan menos el pavimento porque el peso que puede llevar cada eje es de 8,5 toneladas, frente a las 10,5 toneladas de los rodados convencionales. La clave está en la gran cantidad de ruedas que pueden incorporar, lo que le permite distribuir el peso de manera equilibrada. Con motores de 431 HP, pueden acelerar de manera rápida y circular a 80 km/h.
—¿Fue difícil de convencer a las autoridades de sus beneficios?
—Por un montón de situaciones y características, la gente primero y luego los Estados fueron aceptando la modalidad de los bitrenes y así fue que se echaron a rodar. Y efectivamente fue complicado, pero cuando se tienen los argumentos técnicos es mucho más fácil de convencer. En cambio, los argumentos políticos ya son un poco más complicados.
Redacción Expotrade