Los subsidios como seguro de vida de las empresas
El presidente de la CAC cree que no hay que lamentar la desaparición de empresas ineficientes; la importancia de generar empleo genuino
El presidente de la Cámara Argentina de Comercio (CAC), Carlos de la Vega , fue tajante: el empleo es una de las principales preocupaciones para este año, pero la preservación de puestos de trabajo no debe hacerse a cualquier precio.
"Por supuesto que nos preocupa el empleo, pero no se trata de preservar la actividad de empresarios cuya única vía para sobrevivir con sus empresas ineficientes es que el resto de la sociedad los esté subsidiando. Para eso subsidiemos directamente a los trabajadores, que es más barato. Lo que hay que hacer es generar empleo genuino a través de empresas prósperas, que crezcan, que sean bien administradas y que no vivan de las prebendas oficiales", dijo De la Vega.
El empleo asoma como uno de los temas del año. A la negociación de las paritarias se suman señales de achicamiento tanto de la planta estatal como de distintos rubros del sector privado: la línea aérea Sol, Cerámicas San Lorenzo, las empresas de Lázaro Báez en el Sur, la situación de los empleados del Grupo de medios Veintitrés. ¿Cuál es la visión de la CAC?
Todos los sectores y empresas que menciona, de una u otra manera, tenían subsidios del Estado y podían sobrevivir porque tenían contratos privilegiados otorgados por el Estado. De todas maneras esas actividades son casi marginales. Seguramente en cuanto se normalicen las importaciones por un lado, y empiecen a aparecer proyectos interesantes de inversión sobre todo de capitales nacionales, por otro, se creará un número importante de empleos. No tengo ninguna duda. No debemos lamentarnos porque desaparezcan empresas cuyos titulares sólo saben vivir y desarrollarse en un mercado competitivo cuando reciben un subsidio.
¿Cuál debería ser el rol del Estado? ¿Qué temas debería contener una agenda prioritaria para que el sector privado pudiera generar ese empleo genuino del que habla?
Para la generación de empleo genuino tienen que crecer las empresas existentes y simultáneamente haber mayores inversiones, ya sea en las que están o en nuevos proyectos. El requisito fundamental para eso es que el empresario conozca con toda claridad cuáles son las políticas económicas que se aplicarán en el mediano plazo. Tener un horizonte de certidumbre de cuáles serán las reglas de juego y sobre esa base cada uno sabrá hacer sus cuentas, medir sus riesgos, y si el panorama es propicio, no tengo dudas de que aparecerán los inversores nacionales y extranjeros que harán crecer la actividad económica y consecuentemente el empleo. Ese es el requisito más importante. Por otro lado, es evidente que el Estado también tiene un rol como promotor de algunas cosas, pero hacer promoción no quiere decir dar subsidios sino establecer reglas de juego que permitan a los industriales, por ejemplo, protegerse del dumping que hacen algunos países con sus exportaciones -no los menciono pero son los clásicos-. Ese es un tipo de protección que se necesita.
Por otra parte, si queremos desarrollo industrial, todos sabemos que ningún país en el mundo fabrica todo lo que se necesita. Entonces, tal vez, la Argentina deba darse un debate importante, fundamental, sobre qué industria queremos. Hay distintas opiniones. Están quienes creen que tenemos que inclinarnos por favorecer lo que es la transformación de los productos agropecuarios, las materias primas, etc, en productos terminados para consumo interno y para exportar. Hay otros que piensan que es más beneficioso inclinarnos por industria de base tecnológica. Sería bueno que nos diéramos ese debate y sepamos hacia dónde queremos ir.