Luis Miguel Etchevehere: “No habrá cambios en el esquema de baja de las retenciones de soja”
Citando a Macri, el ministro de Agroindustria transmitió tranquilidad a los productores sobre las cargas tributarias; habló sobre las estrategias para impulsar las exportaciones
Algo que las empresas manifiestan con frecuencia es una sensación de confusión entre la multiplicidad de instituciones oficiales que organizan actividades de apoyo. En esta gestión presidencial se creó una Secretaría de Mercados dentro del Ministerio de Agroindustria, liderado por Luis Miguel Etchevehere, quien en diálogo con la nacion indica cuáles son las estrategias para impulsar las exportaciones del sector, en línea con la consigna de ser el "supermercado del mundo".
P–¿Cómo se reparten las funciones entre esta nueva secretaría y los otros organismos en relación con las políticas comerciales y de promoción de exportaciones?
R–El Ministerio de Agroindustria de la Nación fija las políticas en materia de producción agroalimentaria y trabaja articuladamente con las distintas cadenas de valor y los organismos públicos vinculados para establecer prioridades y fijar metas en cuanto a la presencia de nuestros alimentos en el mundo.
Actualmente, toda la promoción comercial externa tiene una ventanilla única que es la Agencia de Inversiones y Comercio Internacional (Aaici), que actúa como instrumento ejecutor de las estrategias del estado argentino para lograr la inserción en el mundo de los productos argentinos y, en particular, de los alimentos.
Por esta razón, el Ministerio firmó este año un acuerdo con la Aaici para coordinar las acciones de promoción comercial externa y priorizar a los productos con valor agregado en función del trabajo y necesidades que se generan en las diferentes mesas de competitividad que se coordinan desde nuestro Ministerio, que actualmente son más de 30.
Así, quedan perfectamente divididas y complementadas las acciones que lleva adelante cada organismo, logrando más eficacia y mejores resultados.
P–Muchas de las dificultades que enfrenta quien quiere exportar alimentos tienen que ver con organismos que tienen otras prioridades o funciones de control, como Aduana, Senasa, INAL, o la política de transportes y puertos, ¿cómo se trabaja para lograr avances en materia de desburocratización?
R–La simplificación y desburocratización es uno de los ejes centrales de esta gestión. En lo que va del año, hemos presentado el SISA, un nuevo sistema que unifica 4 registros y reduce un 50% la carga de información. Además, pasamos de siete a solo una declaración jurada por año y derogamos junto con los organismos descentralizados 612 normas.
Se está trabajando con las provincias para agilizar todos los registros de productos y establecimientos alimenticios. Se desarrollan guías de trámites para el acceso a cada mercado y por producto, con todos los requisitos y exigencias para ingresar alimentos, se elaboran informes de inteligencia comercial y se asiste en forma personalizada a las empresas para acompañarlas en el proceso que permita lograr una exportación exitosa. Acabamos de lanzar seis Escuelas de Negocios en cinco provincias para formarlas en gestión comercial, empresarial y en todo lo necesario para entender cómo armarse para la exportación.
P–Hay nichos de mucho potencial como la genética bovina donde la Argentina, a pesar de su calidad, tiene una participación muy baja del mercado mundial. En países como Brasil dicen que por los trámites es más fácil comprarle a la Unión Europea (UE) o al NAFTA que a nuestro país. ¿Qué avances se pueden esperar para potenciar estas exportaciones?
R–Debemos impulsar la capacidad del sector agroindustrial argentino de competir en el mercado internacional de manera sostenible, es decir, mediante una integración sinérgica entre las variables económicas, ambientales y sociales. En las 30 Mesas de Competitividad activas del Ministerio, articulamos la búsqueda de soluciones y definimos políticas públicas con todos los representantes vinculados a cada una de las producciones, en forma conjunta. Allí participamos todas las áreas del Gobierno nacional con competencia en las diferentes instancias del proceso productivo, junto a los representantes de todos los eslabones de la cadena. Este ámbito permite ofrecer con mayor eficiencia soluciones con la participación de otros Ministerios u organismos como AFIP, Senasa, Aduana, Provincias, entidades financieras, etc.
P–Hubo muchas versiones sobre cambios en el esquema de derechos a la exportación y luego sobre reducción de reintegros, ¿qué les diría a los empresarios que piden previsibilidad para encarar sus proyectos de inversión o para asumir compromisos comerciales y les preocupa la certeza sobre las cargas tributarias?
R–El Presidente de la Nación declaró en numerosas oportunidades que no habrá cambios en el esquema de baja gradual de las retenciones a la soja. En este sentido, es importante remarcar que la última semana se efectuó una nueva baja de 0,5%, fijando la retención en 26 puntos. Año a año el campo demuestra con inversiones y esfuerzo el compromiso que tiene hacia el país. Por algo está considerado como el motor de la economía argentina. Los números del campo son elocuentes. Este año por ejemplo estimamos contar con un incremento de la cosecha de trigo y, dadas las condiciones del suelo, también prevemos una gran campaña para el maíz y la soja.
P–¿Manejan alguna meta concreta sobre dejar de ser el "granero del mundo" para ser el "supermercado del mundo"?
R–Se está trabajando en el Plan Federal de Exportaciones y en cada Mesa de Competitividad están fijando metas concretas para estimar la oferta exportable de cada producto. Además, Agroindustria cuenta con herramientas de agregado de valor y diferenciación de productos con beneficios concretos para que las empresas avancen en los procesos de transformación y de productos listos para la góndola, como el Sello de Calidad Alimentos Argentinos, de Orgánico Argentino o las Denominaciones de Origen. Estas iniciativas apuntan a visibilizar nuestras economías regionales con mayor énfasis y brindar un vínculo entre nuestro origen geográfico y la calidad de los productos ofertados.
Los alimentos de las economías regionales anualmente superan los 6000 millones de dólares, donde la tonelada exportada es superior a los US$1680. Para lograr ser el supermercado del mundo, nuestro foco debe estar puesto en el valor agregado. Tenemos una capacidad de producción de alimentos para 15 veces la población de la Argentina.
P–¿Cuáles son las principales acciones con las que buscan lograr ese objetivo?
R–Ofrecemos acompañamiento a las empresas hasta alcanzar la exportación con servicios de asistencia integral para las pymes alimentarias (Saipa): capacitaciones, actualización de marcos regulatorios de alimentos, información de mercados y de posibles importadores. En un trabajo coordinado con la agencia, Cancillería, embajadas, y Ministerio de Turismo, este año estamos llevando adelante ocho rondas en distintos lugares de la Argentina para sectores tales como frutas, olivos, miel, lácteos, orgánicos, y otras ocho misiones comerciales a los países más estratégicos. Con la banca pública y con la privada se trabaja en generar esquemas de financiamiento acordes con las necesidades de distintas cadenas. Sin duda, siempre sugerimos a los emprendedores y las pymes que ya exportan acercarse al Estado para que conozcan las herramientas que les podemos ofrecer. Hoy, como nunca, el Estado está al servicio de la gente y, en particular, del sector agroindustrial y exportador.
P–En el caso particular de las carnes, ¿dónde se está poniendo el objetivo del millón de toneladas y qué medidas impulsarán para lograrlo?
R–Cuando salimos al mundo a negociar la apertura de nuevos mercados, ya sea en negociaciones bilaterales o bien dentro de las negociaciones comerciales del Mercosur, priorizamos aquellas actividades o productos que permiten a la Argentina exportar con mayor valor agregado. En las negociaciones del Mercosur, los acuerdos de libre comercio contemplan a los productos procesados, lo cual permite que las pymes accedan en un marco previsible y preferencial.
Hace dos semanas, salió a Japón el primer embarque de carne vacuna y ovina de la Patagonia; la reciente apertura del mercado japonés representa un hecho histórico para nuestro país, y es el resultado de un largo trabajo que venimos realizando en los últimos años, donde ha sido fundamental la creación de un vínculo de confianza que permitió avanzar con solidez, cumpliendo los pasos comprometidos. Hay que tener presente que Japón es uno de los principales importadores de alimentos del mundo, donde las importaciones de carne bovina deshuesada (fresca o refrigerada, y congelada) superaron los US$3100 millones en 2017. Es además uno de los mercados más exigentes, con un público que demanda productos de alta calidad.
También puede ser destacada la firma del protocolo de carne con hueso con China, en el mes de mayo, que permitirá aumentar nuestras exportaciones hacia el principal país de destino de nuestra carne, agregando ahora cortes de mayor valor.
Recientemente, presidimos la reunión Ministerial de Agricultura del G-20 con excelentes resultados para el sector, logrando un importante entendimiento entre todos los países miembros. Al mismo tiempo, hemos tenido la oportunidad de reunirnos de forma bilateral con varios países, como Rusia, Estados Unidos, Japón, China, México, los países de América del Sur, la Unión Europea, entre otros. A todos estos países ya estamos llegando con diferentes productos, y nuestro objetivo es seguir incrementando los volúmenes de exportación.
P–¿Cómo incide el fenómeno de las cadenas de valor globales en la estrategia del Ministerio?
R–Las cadenas de valor global son claves para acompañar este proceso de cambio. Nos parece importante resaltar que en la reunión de Ministros de Agricultura del G-20 se firmó una Declaración en la cual se reconoce que las Cadenas Regionales y Globales de Valor Agrícolas y Alimentarias cumplen un rol importante para aumentar la productividad, diversificar y agregar valor a la producción, como así también para producir y generar ingresos y empleos.
En dicha declaración, los ministros reconocieron la importancia de promover el dinamismo de las zonas rurales a través de todas las herramientas posibles. Las cadenas de valor agroalimentarias son cruciales para permitir a los países, en particular en desarrollo, integrarse en la economía mundial y aumentar su participación en el comercio internacional y en las corrientes de inversión.