Más impacto entre las empresas medianas
Los efectos de las medidas de la AFIP se sienten a mayor cantidad de operaciones y menor estructura profesional
Necesitaremos un tiempo para poder mirar en perspectiva los efectos de las declaraciones juradas anticipadas de importación (DJAI) y evaluar cuán beneficiosa o no fue este régimen en términos de bienestar general.
No es novedosa. Este tipo de declaración anticipada de información tiene un antecedente en nuestro país, de fines de los 80, con la declaración jurada de necesidades de importación (DJNI), de espíritu restrictivo.
En esta ocasión está concebida con mayor transparencia y enmarcada dentro de lo que se denomina "ventanilla única electrónica" lo que la dota, en teoría, de una capacidad de integración de gestión de diversos organismos gubernamentales con competencias de distinta índole en las operaciones de comercio exterior, prometiendo simplificación para el operador y sintonía con la normativa de la Organización Mundial de Aduanas, tendiente a asegurar y facilitar el comercio mundial.
Esta medida, que tendrá impacto en toda la economía, alcanza en principio a la mayoría de las destinaciones definitivas de importación para consumo y es oportuno evaluar en primer término los efectos sobre la actividad importadora, la cual pareciera ser la más afectada.
Las DJAI son un nuevo engranaje en la cada vez mas compleja maquinaria del proceso de importación que se suma (y no reemplaza por el momento) a las licencias automáticas previas de importación (LAPI), y a las Licencias No Automáticas (LNA), y representan un cambio de paradigma en la operatoria de importación, básicamente porque condiciona por su plazo de autorización y porque resta flexibilidad a la cadena de suministros.
En este sentido parece que lo más práctico es determinar el impacto para luego tomar acción.
Entre los más afectados están aquellos importadores del segmento de empresas medianas, con un flujo continuo de importaciones a consumo que no cuentan con una estructura profesional adecuada en materia de control de cumplimiento de normas aduaneras y cambiarias, y con poca flexibilidad para adaptar sus procesos internos.
A diferencia de las grandes empresas que tienen mayor poder de negociación frente a prestadores del comercio exterior, las medianas tendrán una combinación de un volumen de operaciones mucho más importante que las pequeñas, pero sin la capacidad de negociar los costos adicionales que trae aparejados el nuevo régimen como la que tienen las grandes empresas.
Para ilustrar, mencionamos la razonable pretensión de los despachantes de aduana de cobrar honorarios por la oficialización de las DJAI. Tomamos conocimiento que existen propuestas para consensuar una tarifa uniforme de alrededor de los US$ 200 + IVA por DJAI, y dependiendo del alcance del servicio, podría incluir hasta las gestiones para el levantamiento de las observaciones.
Otra consecuencia derivada es el costo de oportunidad por la imposibilidad de realizar ajustes de aprovisionamiento de corto plazo, o por decisiones asociadas al cambio de prestadores. Tengamos en cuenta que las DJAI oficializadas por un despachante sólo podrán ser convertidas en destinaciones de importación a consumo por él mismo.
También consideremos que la posibilidad de cargar DJAI "extras" a modo de resguardo, lo que a priori no sería reprochable desde el aspecto aduanero, no es gratuito y se desconoce si en el futuro algún organismo adherido podría condicionar sus aprobaciones a los volúmenes o montos presupuestados.
Condición
Por otro lado, los pagos anticipados e incluso todos aquellos de importaciones a consumo que no tienen registro aduanero no se pueden efectuar hasta contar con una DJAI en estado de "salida" (aprobada).
Lo mismo ocurre con las cartas de crédito y todos aquellos créditos documentarios con aval bancario.
El control de las operaciones cambiarias relacionado con el pago de importaciones se intensificó: una inconsistencia detectada por parte de la AFIP entre el volumen de carga anual y el Indicador Mínimo de Trabajadores demorará la aprobación de una DJAI, lo que impedirá todo pago desde esta plaza al exterior.
Estas situaciones afectan negativamente el lead time del proceso de importación.
La adhesión de otros organismos podría implicar requerimientos de las autorizaciones, registraciones o certificaciones que habitualmente solicitan al momento de su intervención en las destinaciones de importación para consumo, lo que podría extender tiempo del proceso de importación de los que tramitan dichas habilitaciones de manera concomitante con la orden de compra o durante la etapa de producción, lo que duplicaría plazos de espera.
Los proveedores de bienes que habitualmente embarcaban mercaderías que diferían en cantidad o especie con respecto de las órdenes de compra por sobre las tolerancias ahora impuestas, o que por su estrategia de especialización de la producción a nivel global enviaban bienes originarios de países diferentes a los aceptados en las notas de pedido, de ahora en más podrán afectar negativamente el normal desarrollo del proceso de nacionalización.
Aquellos importadores con rápida adaptación, provistos de sistemas de actualización normativa, con capacidad de negociación y fluida comunicación con sus proveedores y habituados al control interno del cumplimiento de normas aduaneras y cambiarias, sentirán menos el impacto.
El autor es consultor senior en Customs and Global Trade de Deloitte Latco.
- 80
En esa década existía la declaración jurada de necesidades de importación.
- A-5274
Es la comunicación del Banco Central que incorporó nuevas exigencias para el pago de importaciones.
- 200
Dólares sería la tarifa por DJAI que estarían consensuando los despachantes.
Juan C. Zezza
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