Michael Wesley: “Necesitamos ser más creativos para ser socios con la Argentina”
El profesor especialista en relaciones internacionales de la Universidad Nacional de Australia habla sobre la incidencia de China en la región Indo-Pacífico y el mundo
Comparados históricamente, Australia y la Argentina tienen mucho en común: un territorio extenso, población inmigrante, recursos naturales y motores productivos similares. Sin embargo, Australia exhibe hoy lo que la Argentina no puede: cerca de 30 años de crecimiento económico sostenido. Para entender el porqué de ese crecimiento y los desafíos que enfrenta la región Indo-Pacífico –y el mundo, en general– por los enfrentamientos comerciales, la nacion habló con Michael Wesley, profesor especialista en Relaciones Internacionales de la Universidad Nacional de Australia, que visitó Buenos Aires el mes pasado.
P–¿Cuál es la clave del éxito australiano?
R–Diría que hay elementos de una reforma comercial que han sido importantes: la liberalización del sector financiero, la flotación del dólar australiano, la regularización del sistema financiero... todo eso contribuyó, pero el elemento principal es China y el desarrollo de una relación fuerte con China. Australia produce una gran cantidad de los minerales y la energía que China necesita a medida que crece. También estamos relativamente cerca y tenemos buenas rutas comerciales, así que estamos muy bien establecidos. Hemos visto un aumento considerable en los términos de intercambio en los últimos 20 a 30 años. Eso fue de mucha ayuda también.
P–El papel de Australia como líder en la construcción de confianza entre los países de la región Indo-Pacífico sigue siendo fuerte. Pero ¿cómo está Australia lidiando con China y el aumento de su poder?
R–China se ha vuelto indudablemente mucho más aventurera al proponer nuevos esquemas, nuevos marcos y nuevas instituciones, y se siente casi como que el resto de la región está perdiendo mucho tiempo respondiendo a lo que China está proponiendo. Así que creo que está teniendo un efecto en la remodelación de la región y el lugar que ocupaba Australia. Hubo un tiempo en que Australia era un emprendedor de nuevas ideas, pero lamentablemente ya no es el caso. Hubo un tiempo en el que Japón tenía nuevas ideas y ya no es el caso. Creo que nos encontramos en una fase de la historia en la que China está participando en muchas iniciativas nuevas, sin embargo, me parece que han surgido algunas preocupaciones sobre si las iniciativas de China son beneficiosas para todos.
P–Por supuesto, y luego está la guerra comercial entre China y Estados Unidos. ¿Cuál es el impacto para la región?
R–Creo que el presidente Trump está creando oportunidades con China. Lo que Estados Unidos está tratando de hacer es usar su poder para renegociar las relaciones económicas con Asia. El resultado ideal para Trump sería que Estados Unidos permanezca en una posición sólida en Asia para lograr que su país también logre un mejor equilibrio en términos comerciales con los países asiáticos. Es difícil ver cómo Trump puede hacer eso sin una gran intervención en las relaciones comerciales, con restricciones y todo lo demás. Probablemente, Estados Unidos continúe con su comportamiento errático, lo que luego le puede dar a China la oportunidad de asumir el rol de la fuerza estabilizadora.
P–En ese sentido, ¿cuál es entonces el diagnóstico para la Organización Mundial del Comercio?
R–Creo que la OMC luchará sola, no espero ninguna reforma masiva u otro ámbito multilateral exitoso.
P–La Argentina está abriéndose al mundo y busca posibilidades para ingresar a nuevos mercados. Para hacerlo, Australia se muestra como un punto estratégico, ya que podría utilizar sus acuerdos comerciales para llegar a más mercados asiáticos. ¿Es posible que tanto Australia como la Argentina trabajen y sean complementarios en lugar de competir?
R–Hay bastantes similitudes entre ambas economías. Parece que producimos el mismo tipo de cosas... Creo que, en términos sectoriales, lo que la Argentina y Australia podrían hacer juntos, especialmente cuando el comercio global está bajo tal desafío, es potenciar las relaciones entre los sectores mineros, en agroindustria; los sectores empresariales deberían hablar mucho más para pensar en los desafíos que se pueden enfrentar como oportunidades. Probablemente podríamos aprovechar esas similitudes en las economías en lugar de competir. En Australia vemos a las economías latinoamericanas como competidoras más que como socias y necesitamos ser mucho más creativos para ver a la Argentina y a otras economías latinoamericanas como posibles socios.
P–El mundo, y especialmente la región Indo-Pacífico, se está haciendo China-dependiente. ¿Cómo se puede ralentizar esa dependencia?
R–La única forma de reducir el nivel de dependencia de China es desarrollar otras alianzas económicas. El hecho es que China ha crecido tanto que nuestras economías continuarán integrándose de maneras muy poderosas. No hay otra China esperando en la fila... La India, por ejemplo, está creciendo, pero es un socio comercial muy diferente: no necesita lo que producimos en tal cantidad. Es una cuestión de intentar reducir el riesgo, pero el riesgo nunca se mitiga por completo.
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