Nuevo contexto, nuevos desafíos
Para aprovechar las oportunidades del nuevo escenario internacional es preciso fortalecer el comercio regional
El incremento de las exportaciones, con base en un mercado interno pujante, es uno de los ejes de este modelo de desarrollo con inclusión iniciado en 2003 por Néstor Kirchner y profundizado por la presidenta Cristina Fernández de Kirchner. La Argentina logró aumentar sus exportaciones, alcanzando un promedio de incremento del 23% en los últimos dos años; las ventas de manufacturas de origen industrial superaron a las de origen agropecuario y casi duplicamos los destinos a los que les vendemos más de US$ 100 millones, entre otros logros.
Ahora, el nuevo contexto mundial nos impone nuevos desafíos, pero también nuevas oportunidades y como nunca estamos en condiciones de aprovecharlas. Para eso debemos fortalecer el comercio regional y tenemos el Plan Industrial 2020 para duplicar las exportaciones en 10 años.
Desde el Ministerio de Industria implementamos políticas activas que impulsan las exportaciones de manufacturas (sobre todo las industriales) para obtener un superávit no sólo de dólares sino también de trabajo: incentivamos al que produce y exporta a que produzca más, impulsamos la agregación de valor a nuestros recursos naturales y estamos en el camino de, como dice nuestra presidenta, "industrializar la ruralidad".
Por caso, el programa de créditos del Estado Nacional que financia inversiones productivas con tasa fija en pesos del 9,9% -que prioriza los proyectos elegidos, entre otras cosas, por su capacidad de incrementar las exportaciones- ya cuenta con 269 proyectos aprobados que aumentarán anualmente en $ 12.000 millones las exportaciones.
El Plan 2020 marca los lineamientos para alcanzar, en la próxima década, exportaciones por US$ 168.000 millones. Buscamos dar un salto exportador de calidad, que requiere de una mayor inserción internacional para que nuestras cadenas de valor alcancen una escala de producción competitiva global y generen divisas.
Hoy, como país y como región, el mundo nos ofrece una enorme oportunidad para crecer y exportar más, pero el desafío está en evitar la primarización del patrón productivo y, por ende, de las exportaciones. Por eso incentivamos las ventas externas de productos con alto valor agregado, diseño, e innovación y, a la vez, buscamos una mayor integración productiva regional y un creciente comercio Sur-Sur, por el mayor dinamismo que presentan los países emergentes respecto de los desarrollados.
Los términos de intercambio que siempre nos castigaron esta vez nos favorecen, por eso tenemos que agregar valor a nuestras materias primas, generar nuevos polos de desarrollo y producir los bienes de capital para esas materias primas. Y como región, uno de los objetivos es sustituir parte de los casi US$ 460.000 millones que América latina importa cada año de extrazona en manufacturas industriales.
Tenemos la certeza de que estos objetivos son alcanzables, porque hemos logrado consolidar el período de crecimiento industrial más importante desde principio de siglo pasado. Las exportaciones crecieron hasta 2008 a un promedio anual del 18% y, luego de superar la crisis internacional en forma privilegiada, retomar ese crecimiento a un ritmo del 23% en 2010 y 2011.
Las exportaciones crecieron en monto y en diversificación de mercados.
Dos casos testigo de cómo se fortaleció nuestra capacidad exportadora son el avícola y el software . El primer sector pasó de ser una importador neto a ser el sexto exportador mundial, tanto por las políticas activas que impulsan la agregación de valor en esa cadena como por el formidable aumento del mercado interno. El crecimiento del software nacional, en tanto, nos permitió posicionarnos como el segundo exportador del sector de América latina.
Hemos acabado con la falsa dicotomía mercado interno contra exportaciones y hoy tanto el aumento del consumo local como el de las exportaciones forman parte del círculo virtuoso de más demanda, más producción, más inversiones y, en consecuencia, más y mejor empleo para todos los argentinos.
La autora es ministra de Industria
Débora Giorgi
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