Paralización del bloque
El Mercosur perdió credibilidad al suspender a Paraguay y al aceptar a Venezuela como miembro
Aquellos polvos trajeron estos lodos. Nada más cierto en este caso que el antiguo refrán. La irregular decisión de suspender a Paraguay como miembro del Mercosur y la paralela –y también antijurídica– aceptación del ingreso de Venezuela en el Mercosur hace un año, no han sido decisiones gratuitas. Han tenido y tienen un altísimo costo que incide principalmente sobre la pérdida de credibilidad del proceso de integración regional ya de por sí afectado por múltiples desavenencias y contradicciones internas.
Cuando se le escucha decir a algún presidente de un país vecino que la integración es mucho más que los aspectos comerciales y económicos, porque lo principal son los aspectos políticos, que además deben estar por encima de lo jurídico, no se puede menos que concluir que los resultados de tan equivocada concepción están a la vista.
Y lo que se ve en los hechos es la paralización del Mercosur, su esterilidad y su paulatina (porque no es de ahora) y cada vez mayor banalización e intrascendencia.
La reunión regularmente semestral de los presidentes del Mercosur que debió realizarse en junio fue diferida para el 12 de este mes. El primer semestre del año correspondía a Paraguay la presidencia pro tempore, pero ante la suspensión decretada en junio del año pasado, Uruguay ocupó ese sitial.
Retiro de Paraguay
Existe la posibilidad, enunciada por el presidente electo del Paraguay, de que si no es otorgada a su país la presidencia pro tempore del Mercosur, Paraguay no reingresaría al Mercosur o se retiraría del mismo. De acuerdo con los demás Estados miembros, la próxima presidencia corresponde a Venezuela.
Por si fuera poco, el titular del futuro gobierno paraguayo sostuvo, además, que de otra manera le será imposible influir para que el Senado de su país resuelva admitir finalmente el ingreso de Venezuela en el emprendimiento regional.
Se agrega al confuso panorama que el presidente electo de Paraguay no puede unirse a las reuniones hasta que no asuma (15 de agosto) en tanto que la reunión se celebrará este viernes. Como puede apreciarse se trata de sucesos que van encadenados y que ya están bordeando el absurdo. Algo parecido a lo que ocurre en la famosa novela Clochemerle, de Gabriel Chevallier, cuya agradable lectura recomendamos por su parecida anécdota con respecto a la situación actual del inefable Mercosur.
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