Por la sequía, el combustible y la recesión, el déficit comercial de agosto fue de US$1127 millones
La balanza comercial de la Argentina continúa su tendencia deficitaria. Los datos del Intercambio Comercial Argentino (ICA) de agosto, publicados por el Indec, indican que las exportaciones alcanzaron US$5167 millones y las importaciones sumaron US$6294 millones, arrojando un déficit en la balanza de US$1127 millones.
De esta manera, agosto tuvo el segundo mayor rojo comercial mensual en lo que va de 2018. Según el informe, las exportaciones en agosto respecto del mismo mes del año anterior cayeron 1,4%, y en términos desestacionalizados cayeron 3,6% respecto de julio.
En detalle, indica que las exportaciones de productos primarios disminuyeron de manera interanual 20,5%, mientras que las de manufacturas de origen agropecuario (MOA) aumentaron 0,4%, las de manufacturas de origen industrial (MOI) crecieron 11,3% y las exportaciones de combustibles y energía aumentaron 7,8 por ciento.
En cuanto a las importaciones, disminuyeron un 0,3% respecto del mismo mes de 2017, y en términos desestacionalizados, un 0,8% respecto de julio. "Las importaciones de bienes de capital cayeron 24,9%, las de bienes intermedios aumentaron 16,7%, las de combustibles y lubricantes crecieron 57,1%, las de piezas y accesorios para bienes de capital cayeron 9,4%, las de bienes de consumo cayeron 4,0% y las de vehículos automotores de pasajeros cayeron 15,3%", agregó el informe.
En el acumulado de los ocho primeros meses de 2018, el saldo de la balanza comercial fue deficitario en US$6993 millones. "El déficit externo se mantiene en niveles elevados por la caída de las exportaciones, explicada por la sequía y los menores envíos del complejo sojero, que compensa las menores importaciones", explicó Martín Alfie, economista jefe de la consultora Radar.
"Por el lado de las compras, a pesar de la recesión, impactó negativamente la suba del precio internacional de los combustibles y cierto rezago de los pedidos de meses previos. De todas maneras, es esperable que a partir de septiembre este resultado se revierta, por la profundización de la caída de la actividad y el nuevo salto del tipo de cambio", añadió.
En su análisis, la consultora Ecolatina resumió: "Pese a que la actividad económica mostró señales de deterioro, el poder adquisitivo en dólares se redujo sensiblemente tras la depreciación del peso y la incertidumbre signó al panorama local, el déficit de bienes en relación al resto del mundo se agravó. Esta dinámica inesperada respondió a diversos factores que operaron tanto sobre las exportaciones como por sobre las importaciones".
Respecto de las ventas externas, Ecolatina destaca el impacto de la sequía. Señala que "las colocaciones de productos agroindustriales retrocedieron 8% interanual en valores, lo que provocó una caída de 1,4% en el agregado, aun cuando los envíos de manufacturas de origen industrial y energéticos crecieron en el período. Además, en los próximos meses el peso de la producción agropecuaria entre las exportaciones totales se reducirá, dado que ya tuvo lugar la salida de la cosecha gruesa". Espera, por lo tanto, que "las caídas de las exportaciones deberían revertirse e iniciarse un crecimiento de las mismas. Con esta dinámica, estimamos que las ventas externas cerrarían 2018 en la zona de US$61.000 millones, marcando un avance de 5% frente al acumulado de 2017".
Respecto de las importaciones, estima que "en los próximos meses la tendencia negativa se agravará, tanto por la recesión como por la depreciación del peso, y en parte porque estas operaciones pautadas-no entregadas irán perdiendo lugar paulatinamente. Como resultado, las mismas caerían levemente en el acumulado anual, ubicándose en torno de US$66.000 millones".
En este contexto, según Ecolatina, el año cerraría con un déficit comercial cercano a US$5000 millones, y un escenario más estable en Brasil después de las elecciones "permitiría alcanzar un superávit en el intercambio de bienes en el año próximo".