Salud: crecen las oportunidades en el mercado global
Los insumos médicos tienen alta demanda y la Argentina se posiciona para llegar a cada vez más países
CORDOBA.- Hoy es un laboratorio que produce insumos médicos que llega a 20 países, pero nació en Las Higueras –localidad al sur de la provincia de Córdoba- como autopartista especializada en trabajar con siliconas. El fundador de Silmag, hace 25 años, fue Juan Carlos Magrini, quien había trabajado en la base militar de Río Cuarto; continuaron la empresa sus hijos y, desde hace tres años, hay un CEO profesional, Fernando Gaido. La empresa tiene una amplia cartera de productos entre los que se destacan drenajes, dispositivos de accesos vasculares, vías digestivas, respiratorias y urinarias, aunque su foco principal es en la neonatología y pediatría.
El plan de expansión los llevó a participar del Arab Health, la feria de salud más grande del mundo. “Participar de este tipo de encuentros es esencial para poder expandirnos y continuar creciendo. Hoy estamos aplicando para obtener la Certificación Comunidad Europea (CE) de nuestros productos y si bien ya exportamos a varios países, esto nos permitirá acceder a nuevos mercados, principalmente en Asia, África y países Árabes” afirma Gaido en diálogo con La Nacion.
Junto a Tecme (respiradores automáticos) y Promedon (soluciones para las especialidades de urología, uroginecología y endourología) –también compañías cordobesas-, conforman el Grupo Medex, un núcleo de empresas de tecnología médica que desarrollan estrategias colaborativas para la exportación de sus productos. La provincia concentra la mitad de las exportaciones argentinas de ese rubro
Desde la firma explican que las siliconas son una materia prima “difícil de manejar” y que la competencia es internacional, de grandes firmas. Silmag está trabajando también con poliuretano, pero no lo hace con PVC (un material con menos biocompatibilidad). Emplean a 200 personas y de los US$10 millones que factura anualmente, 40% provienen del mercado externo que es al que apuestan para seguir creciendo. Las ventas son a través de distribuidores y de su cartera de clientes, 70% es del sector público y 30% del privado.
“Seguir poniendo un pie en otros países es uno de los objetivos es dejar de ser una empresa que vende al exterior para ser internacional”, subraya Gaido y grafica que el mercado de Colombia –en el que desembarcaron este año- es igual al argentino. “Si logramos desarrollarlo de la misma manera, nos aportaría una facturación de US$ 6 millones”.
El ejecutivo subraya que están diseñando un plan de internacionalización porque la red de logística que requieren es más compleja; también aporta que debe solucionarse los problemas de importación: “Sólo importamos siliconas; por cada 15 centavos de dólar que ingreso al país exporto un dólar. Hemos explicado y hecho este cálculo a las autoridades. El 60% de nuestros costos son recursos humanos, vendemos al mundo valor agregado”.
Gaido indica que en el sector hay barreras para arancelarias por eso la certificación de los productos bajo norma CE es “importante”. “Es un registro respetado, que tiene valor –agrega-. También es un pedido de todos que la Anmat debe subir de categoría para que una certificación suya valga más a nivel mundial”. Por caso, para entrar a Oriente, la de CE es “válida”. Un factor clave para operar en el exterior es tener una amplia cartera de productos, más allá de la especialización en algunos determinados.
El laboratorio también está trabajando en acuerdos con el sector público; con el Centro de Excelencia en Productos y Procesos Córdoba (Ceprocor) están cerrando para estudiar nuevas materias primas que incluyan antibióticos; “Competimos con multinacionales con enormes presupuestos en investigación y desarrollo, montos que nosotros no podemos equiparar. Podemos pagar sí, investigaciones, por eso fortalecemos el vínculo con las universidades. No necesitamos subsidios, sí colaboración del sector público en aspectos como éste o la agilización de trámites”.
En medio de la pandemia, la empresa desarrolló insumos de oxigenoterapia para paliar síntomas del Covid-19. El primero fue Silcap, cascos de ventilación no invasiva para suministrar oxígeno a pacientes con patologías respiratorias y SilFlow, cánulas de alto flujo desarrolladas especialmente para pacientes neonatales y pediátricos. •