El nuevo comercio. Locales más chicos, poco stock y menos empleados
CORDOBA.- En las ciudades donde ya empezó a normalizarse la actividad comercial se notan más locales vacíos y fuentes del sector inmobiliario coinciden en que quienes tenían dos o tres bocas optan por quedarse con una. Muchos ocupantes de grandes superficies advirtieron durante estos meses de cuarentena que pueden funcionar con menos espacio y empleados. Expertos convocados por LA NACION admiten que no sólo se acelerará la reconfiguración física que ya venía en marcha –por ejemplo, en el caso de las galerías y shoppings-, sino que se sumará una nueva y que los espacios desalquilados no se recolocarán fácilmente.
El consultor inmobiliario Damian Tabakman señala que ya hay un "repliegue" de muchas actividades comerciales que detectaron que pueden operar "con menos espacio físico", complementando ese canal con el ecommerce y el delivery: "Pueden vender de otra manera y eso llevará, seguramente, a menos locales físicos grandes. No es un tema que se corrige por precio. Así como en esta coyuntura sufren los inquilinos también sufren los propietarios, que deberán reconfigurarse. Es muy pronto para saber cómo seguirá el mercado, pero una posibilidad es la fragmentación de esas grandes superficies", sostuvo.
Desde "1Por1", su director Oscar Piccardo indica que desde el lado de la demanda –condicionante de la oferta- hay interrogantes sobre lo que pasará y la respuesta llevará tiempo no sólo por el reacomodamiento de hábitos (si lo hay) sino del bolsillo. Las perspectivas apuntan a modificaciones en el modo de comprar sino en el tipo de productos. "Es muy posible que se acentúe lo que ya se veía, un énfasis en el disfrute y en la gratificación por sobre aquello que se puede postergar", sintetiza.
Pueden vender de otra manera y eso llevará, seguramente, a menos locales físicos grandes. No es un tema que se corrige por precio.""
En función de esos cambios, la oferta fue puesta a prueba "forzada" y debió avanzar en trabajar con estructuras distintas. Para Piccardo hay en marcha "un gran ejercicio de reingeniería, esa que se planteaban, pero no decidían ahora se instrumentó sin derecho a elegir" y en ese proceso en materia de locales se empezó a resolver que se podían cambiar procesos logísticos y, en consecuencia, reducir stock, metros y personal. "Lo digital no resuelve el negocio pero no deja de ser una herramienta más para generar comunicación y ventas –agrega-. Desde 2011 a hoy la actividad comercial no tuvo respiro, solo momentos menos malos; en ese contexto llega esta crisis".
En las principales ciudades de interior del país, desde el inicio de la cuarentena creció 10% la cantidad de locales vacíos y los inmobiliarios están convencidos de que lo peor está por venir. En todo el país –incluida CABA- el incumplimiento de acuerdos de pago de alquileres comerciales fue creciendo a medida que se extendía el aislamiento; un trabajo de los Corredores Inmobiliarios de Buenos Aires marcan que en mayo cumplieron cinco de cada diez inquilinos.
"Ya había una reconfiguración -indica Damian Di Pace, presidente de Focus Market-. Por caso, las galerías comerciales ya eran para locales de venta online de rubros como telefonía o tecnología, donde el cliente sólo iba a retirar el producto. Ahora se avanzará más en esa dirección. Ya se ven espacios que eran de agencias de turismo, hoteles o restaurantes que son supermercados o locales más chicos que son verdulerías. En el oeste de Buenos Aires en un radio de 200 metros cuadrados hay siete verdulerías; ese es un impacto de corto plazo, producto del shock de la cuarentena".
Temor al riesgo
Los especialistas coinciden en que en una coyuntura de menos consumo y más ajuste, la probabilidad de sobrevida de un emprendimiento es más bajo. Piccardo sostiene que se buscarán iniciativas en las que las barreras de entrada sean de menor riesgo y, en esa línea, proyecta que el sector comercial tradicional tendrá más demoras en la rotación. "En una economía razonablemente estable, ni siquiera en crecimiento, cuando alguien perdió y se retiró hay otros dispuestos a entrar. Hoy no porque emprender con costos fijos es un desafío muy grande", describe.
Hay un gran ejercicio de reingeniería, esa que se planteaban pero no decidían ahora se instrumentó sin derecho a elegir.""
Estima que no sólo recolocar un local vacío llevará más tiempo sino que, muy probablemente, no se podrá hacer con marca equivalente a la que lo dejó; algunos serán cubiertos por empresas de servicios –"actividades de destino" a las que la gente debe ir físicamente- pero con valores más bajos. Además, plantea que las grandes superficies en el mundo vienen perdiendo terreno. Las tiendas por departamento se achican; los hipermercados que hasta inicios del 2000 buscaban el espacio más grande, "ceden al concepto del híper compacto y los shoppings se reconfiguran hacia la gastronomía y el entretenimiento".
A mediano plazo, como efecto "ya de la pandemia y no del aislamiento" –dice Di Pace- los locales grandes deberán rediseñarse "porque dificílmente algunos como un boliche esperen meses y meses para abrir". Afirma que la tendencia será al "dark store" (tienda oscura): un local pequeño para la venta y más espacio para el depósito. "De todos estos meses algo va a quedar, como los contactos y entonces se necesitará menos exhibición y eso permitirá reducir costos", grafica.