Cómo alteró la pandemia las prácticas de las empresas en las desvinculaciones
Las firmas que dan servicios de outplacement, para ayudar a la reinserción de quienes se quedan sin un puesto, dicen que su actividad creció en los últimos meses; es una herramienta muy vinculada con la firma de retiros voluntarios
Pandemia. Doble indemnización. Prohibición de despidos. Firma de retiros voluntarios. Y, con el alivio en la situación sanitaria, salida gradual del esquema del pago agravado por indemnización. El mercado laboral en la Argentina necesitó en los últimos tiempos adaptase a nuevas reglas de juego. En ese contexto, las firmas dedicadas a dar outplacement dicen que en los meses más recientes se dio un crecimiento de las contrataciones de ese servicio, que existe ya hace varios años. El objetivo de la práctica es dar herramientas para que las personas que perdieron su puesto puedan reinsertarse laboralmente.
Mariana Castrelos, directora de Transiciones de Carrera y Desarrollo del Talento de Cono Sur de la firma Wall Chase explica que se trata de un entrenamiento metodológico, “en el cual la persona puede identificar su perfil psicológico y laboral y las competencias con las que cuenta para armar un plan de acción a la hora de buscar otra vez trabajo”. Y agrega: “Este proceso tiene un enfoque integral y abarca el aspecto psicoemocional”.
Según Valentina Matarazzo, gerente general de la consultora Bruno Matarazzo y Asociados, el outplacement es un servicio adicional que suele incluirse en el paquete de salida de una persona de una empresa “y representa un diferencial a la hora de buscar trabajo”.
“Son programas personalizados con los que se acompaña y asesora a los participantes durante su búsqueda –define–. Además, otorgan herramientas para una óptima inserción y brindan acompañamiento emocional”.
Según datos de la consultora Wall Chase, en el segundo semestre de 2021 el outplacement creció un 70% respecto del primero. “Por las medidas que se tomaron durante la pandemia, hubo más firmas de retiros voluntarios. Entonces, muchas empresas decidieron otorgarle este beneficio a las personas que se retiraban bajo esa modalidad. Hubo una necesidad acentuada de pedir acompañamiento, no solo por parte de los profesionales, sino también por parte de las industrias, que contemplaron que estar fuera de mercado en una situación tan compleja ameritaba contratar el servicio”, sostiene Castrelos.
Un informe elaborado por la consultora Michael Page reveló que el 85% de las compañías que contratan este tipo de servicios son multinacionales, en tanto que en el 15% de los casos se trata de empresas familiares.
En relación a las medidas que determinaron la doble indemnización y la prohibición de despidos en 2020, Matarazzo comenta que ocasionaron que los procesos de salida fueran más lentos. Hubo “negociaciones más largas, a diferencia de otros años, cuando las desvinculaciones se comunicaban en un contexto menos dramático para las dos partes”. Fue un hecho que, según dice, puso trabas a la hora de tomar decisiones, ya que afectó directamente la rotación natural que se da en las compañías.
Matarazzo observa que las regulaciones restrictivas golpearon a gran parte de las empresas y, en particular, a las pymes. “Este tipo de medidas producen resultados opuestos a los esperados. Es muy difícil mantener operativa una compañía cuando todas las decisiones se toman en un contexto como el que vivimos y sin un panorama claro en el mediano plazo”, expresa.
Hasta el último día de 2021 estaba prohibido despedir personal. Como resultado de ese escenario, aumentó la práctica del retiro voluntario por parte de compañías con capacidad para concretar esos procesos. Héctor García, abogado especializado en derecho empresario, cuenta que las empresas invitaban a los empleados a aceptar un paquete indemnizatorio. “Y ahora, si bien la medida no sigue vigente, prefieren seguir con esta forma, que permite un retiro limpio y en buenos términos”, agrega.
Un relevamiento realizado por Wall Chase entre 310 personas en los últimos dos años mostró que el 70% de los individuos “en transición de carrera” corresponde a una franja etaria de entre 35 y 49 años. Y el 30% tiene entre 50 y 60 años.
El 60% optó por pasar a una tarea como emprendedor. El resto eligió continuar con un trabajo en relación de dependencia.
Para García, el aumento del número de personas que se vuelca al emprendedurismo es consecuencia de los efectos sociológicos y psicológicos de la pandemia. “Muchos no quieren volver a la presencialidad, porque temen perder calidad de vida y tienen la necesidad de manejar sus tiempos”, comentó.
“Un posible análisis que explica este panorama es que la pandemia y el entrecruzamiento de factores sociales, económicos y psicológicos determinaron nuevas formas de entender la búsqueda de empleo. El trabajo empezó a ocupar un lugar que indefectiblemente debe estar atravesado por el bienestar emocional. No solo se busca un medio para vivir o un lugar de pertenencia; también, que el hacer cotidiano tenga un propósito. Se trata de generar un equilibrio entre la vida laboral y profesional. Se revalorizó el concepto de tiempo. Hoy la búsqueda de empleo está vinculada a los valores y a los objetivos de cada uno”, dice Castrelos.
Nuevos paradigmas
Cifras de la firma Michael Page muestran que el 75% de las personas que pasaron por un proceso de outplacement en los últimos dos años fueron perfiles ejecutivos y el 25%, personas que habían ocupado puestos gerenciales. “Esto muestra un cambio de paradigma. Antes, estos procesos se destinaban exclusivamente a los cargos más altos de las compañías. Hoy, la demanda y el público son mayores, por lo que se generó un boom del servicio”, contó Damián Di Masso, Executive manager, Career mentor & Coach de Page Group.
En cuanto a los tipos de empleo, García hizo hincapié en la existencia de un éxodo de trabajadores de sectores menos dinámicos a otros más dinámicos, como el tecnológico. “Creo que, por la falta de una reforma laboral en la Argentina, cada vez tenemos menos empleo formal en relación de dependencia. Por el contrario, creció la cantidad de autónomos. El hecho es el resultado de haberse generado un tapón, como consecuencia de la prohibición de despidos. Más allá de que se haya liberado, se van a reducir los puestos de trabajo que tiene el sector privado y se va a expandir el trabajo independiente”, afirma.
Para Julián de Diego, abogado asesor de empresas y de cámaras empresarias en materia laboral, “estamos viviendo una etapa de reactivación laboral” y “la mayor preocupación de la gente pasa por la actualización de los salarios y no tanto por los despidos, algo que se da por efecto de la inflación”, dice.
Siguiendo esta línea, los especialistas consultados coincidieron en que a raíz de la pandemia se reestructuró el mercado de trabajo, surgieron nuevos puestos y otros modificaron sus perfiles. “Hubo un cambio en las industrias; se generaron empleos y se permitieron hacer cambios en las estructuras e innovar con herramientas tecnológicas”, expresó Di Masso. Y agrega: “Esta situación provocó por un lado gran parte de la desvinculación, y, por el otro, la contratación de personas especializadas en el área”.
“Recién ahora podemos proyectar un año con mayor estabilidad en lo que tiene que ver con la libertad en la toma de decisiones para contratar nuevos empleados –concluye Matarazzo–. Esperamos que fluya de nuevo el balance entre reinserciones y desvinculaciones, algo que siempre se transitó de forma dinámica”.
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