Cómo una pulsera está revolucionando la salud corporativa
Fitbit, un dispositivo que monitorea el nivel de actividad física, está sumando cada vez más clientes entre las grandes empresas
La mayoría de las mañanas Brett Broviak se levanta a las 4.30 para caminar por una pista cercana antes de trabajar. Los inviernos en su Indiana natal son largos y fríos, Pero Broviak sigue adelante. Ocasionalmente echa una mirada a su Fitbit -una pulsera que monitorea el ritmo cardíaco y el nivel de actividad física- para controlar su avance hacia su meta diaria: 20.000 pasos o alrededor de 16 kilómetros.
No siempre fue así. En 2014 los niveles de colesterol y azúcar en sangre de Broviak estaban por las nubes. Luego de años de hábitos nada sanos, su peso había trepado a 116 kilos. Como muchos estadounidenses, regularmente se daba el gusto de ingerir comidas al paso e iba casi a todas partes en auto, incluyendo el Centro de Salud de la Universidad de Indiana donde trabaja como jefe de terapia respiratoria. "Estaba al borde de la diabetes", dice. "Sabía que tenía que hacer algunos cambios", agrega.
Broviak es ahora el ejemplo para el programa de bienestar corporativo de su empleador. Cuando el centro de salud de la universidad presentó un desafío de pérdida de peso en 2014 con opción de comprar Fitbit a precio de descuento, Broviak se inscribió entusiasta. En un solo mes superó el millón de pasos y eventualmente bajó 13,6 kilos y redujo su colesterol a niveles normales, luego de también cambiar su dieta.
Broviak no es el único dedicado a su salud. Empleadores de todo el país están distribuyendo dispositivos de control de actividad física de a miles y creando desafíos de aptitud física corporativos para motivar a los empleados a adoptar estilos de vida más sanos y productivos. La obesidad le cuesta a las empresas estadounidenses la friolera de US$ 73.100 millones por año en gastos médicos y pérdida de productividad, según un estudio de la Universidad de Duke. Y los investigadores han descubierto que los empleados muy obesos cuestan a sus compañías, en promedio, más del doble en gastos de salud.
Si bien Fitbit, que debutó en los mercados de capitales en 2015 con una valuación de más de US$ 4000 millones, se hizo conocida por su tecnología de consumo masivo, en el último par de años su división empresaria, en un tiempo modesta, ha florecido para convertirse en un negocio lucrativo. Entre sus clientes famosos se incluyen BP, Bank of America, IBM, Kimberly-Clark y Time Warner.
"El crecimiento ha sido explosivo" dice el CEO de Fitbit, James Park. "Vemos ambas caras del negocio como simbióticos". Hoy menos del 10% de los ingresos de la compañía provienen del sector empresario. Es una pequeña fracción de su negocio total (Fitbit entregó 21 millones de dispositivos en 2015), pero el mercado potencial es inmenso. Un estudio de ABI Research predice que para 2018 más de 13 millones de dispositivos de control estarán incorporados a planes de bienestar corporativos. Y Fitbit se está posicionando como el dispositivo de elección para empleadores.
La modernización del programa de bienestar corporativo tradicional no figuraba en los planes de negocios de Fitbit. Pero poco después de que Park y su cofundador, Eric Friedman, debutaran con su primer controlador de actividad física en 2009, recibieron una montaña de mensajes de departamentos de recursos humanos. "En aquel momento me resultó extraño", dice Park. "¿Por qué querrían estas empresas comprar un Fitbit?" Pero rápidamente vio la oportunidad. Le entregó las riendas a Amy McDonough, contratada en los primeros tiempos para hacerse cargo del desarrollo de negocios, y le encargó analizar cómo vender sus dispositivos a empleadores al por mayor.
El peso del seguro
La clave de los argumentos de venta para corporaciones de McDonough está en los datos que el equipo de investigaciones de Fitbit está acumulando para demostrar los resultados de largo plazo de usar un controlador de actividad física, tanto en términos de mayor inscripción en programas de aptitud física como de resultados. Se considera que la retención es el talón de Aquiles de Fitbit; empresas de estudios de mercado han descubierto que los consumidores pierden el interés en los controladores de actividad física en un plazo no mayor de seis meses. No se ha difundido aún gran parte de los datos de Fitbit, pero sus clientes corporativos están comenzando a dar a conocer sus resultados.
IBM que distribuyó 40.000 Fitbit a sus empleados a lo largo de dos años concluyó que el 96% de ellos registraron sus datos de salud, incluyendo sus hábitos alimenticios. Algunos empleadores están yendo más allá del bienestar y la salud y usan los controladores para reducir sus costos de seguro. Park cita el reciente programa de Fitibit con Appirio, una empresa de servicios tecnológicos con sede en San Francisco, que compró controladores de aptitud física para unos 400 trabajadores. Usando datos de los dispositivos, Appirio persuadió a su aseguradora, Anthem, que redujera en alrededor del 6%, o 280.000 dólares, su cuenta anual de seguro de salud. En los próximos años Park prevé que más empleadores aprovecharán los datos de los Fitbit de sus empleados para negociar con sus aseguradoras de salud. "Finalmente estamos viendo el efecto del uso de esto dispositivos", dice. "Hacia el futuro queremos integrarlos más al sistema de salud."
Algunas de las tácticas usadas por programas corporativos de aptitud física han preocupado a expertos en salud, porque temen que los empleadores provoquen reacciones adversas de empleados que tienen hábitos poco saludables o enfermedades crónicas, como diabetes. LuAnn Heinen, directora de la ONG National Business Group on Health, dice que algunos empleadores tiene dificultades para tratar con la gente que más quieren convencer. "Los empleados que no están en buen estado físico podrían no querer enfrentar uno de estos desafíos", dice. Muchas compañías usan rankings que pueden dar ánimos a los que están en buen estado físico pero desmoralizar a los que tienen problemas de salud.
A los defensores de la privacidad les preocupa que los desafíos de aptitud física podrían usarse para castigar a empleados que se nieguen a participar o, lo que es peor, que simplemente no tengan éxito. Las compañías han usado cada vez más una combinación de zanahorias (más días de vacaciones) y garrotes (primas más elevadas) para obligar a los empleados a participar en estudios de salud y programas de aptitud física, práctica que la Comisión para la Igualdad de Oportunidades en el Empleo de los Estados Unidos ha combatido con éxito desigual. Con los dispositivos de control no siempre está claro qué datos se está recogiendo de los hábitos de salud de los empleados. "La gente puede suponer o esperar que haya protección e su privacidad", dice Lee Tien, de la Fundación Electronic Frontier, especializada en derecho de privacidad. "Pero no sabe qué datos se registran". La mayoría de los empleadores dicen que sólo analizan datos colectivos. Pero dado que la ley de Seguros de Salud de los Estados Unidos no cubre los programas de aptitud física que no estén integrados con las aseguradoras en algunos casos los empleados tienen que confiar en la palabra del empleador sin más pruebas.
Park no parece preocupado por estos problemas de privacidad. Dice que Fitbit nunca venderá datos a terceros, como gente de marketing, ni trabaja con empleadores que no acepten sus estándares de privacidad, que incluyen obtener consentimiento para compartir datos personales identificables. "Nuestro negocio central se ve afectado negativamente si los empleados tienen dudas sobre lo que se hace con su información", explica. "Estamos tratando de sacar del medio la cuestión de la privacidad".
Por su parte, Broviak no parecía particularmente preocupado por el involucramiento de su empleador. "Acumulé suficientes puntos como para que me regalen una pelota de ejercicios y conseguí un ligero descuento en mi seguro de salud", dice. "Pero el mayor premio de lejos fue mi salud", agrega.
Traducción Gabriel Zudanaisky
Clientes satisfechos
BP
Más de 23.000 empleados de la petrolera en EE.UU. se inscribieron en el plan y casi 2000 superaron los 2 millones de pasos en un año.
Kimberly-Clark
El 47% de su plantilla mejoró su estado cardiovascular y el 50% perdió peso, utilizando las pulseras de Fitbit.
Appirio
La empresa de tecnología logró una reducción del 6% en las primas de su plan de salud a partir de la implementación de un sistema de monitoreo de sus empleados.
Christina Farr
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