La transición. Con la apertura al sector privado de uno de sus cuatro megabancos, se inicia una era de más capitalismo para China
En una operación récord por su monto, la entidad recibirá más de US$ 8000 millones por el 14% de su patrimonio
HONG KONG (International Herald Tribune).- Si el Banco de Construcción de China fuera un caballo de carrera, hasta los apostadores de una ciudad como Hong Kong, loca por el juego, podrían dudar en arriesgarse con su inminente oferta pública inicial (OPI) de acciones, luego de estudiar el terrible estado de la entidad de crédito en los últimos años. El BCC, el primero de cuatro bancos estatales grandes del país en organizar una OPI ha pasado gran parte de las últimas dos décadas maniatado por una montaña de créditos morosos.
En los últimos años, dos de sus presidentes han sido removidos por sospechas de corrupción. El BCC ahora se ha deshecho de la mayor parte de sus créditos en mora luego de una serie de rescates, pero sigue habiendo considerables dudas respecto de su capacidad de manejar una ola de nuevos créditos impagos y de la calidad de su gerencia, según el banco mismo.
Por suerte para el BCC, con sus 14.250 sucursales y 310.000 empleados, los inversores parecen convencidos de que la pesada banca estatal china es una apuesta más segura que las carreras.
Se piensa que el BCC obtendrá más de US$ 8000 millones de la venta de hasta el 14% de sus acciones cuando comiencen a cotizarse en Hong Kong el jueves. Los brokers calculan que será la mayor OPI en el mundo en los últimos cuatro años.
Pese al mal desempeño del BCC, los inversores pueden haberse visto alentados por recientes elevaciones en su calificación por agencias de evaluación de riesgo, que sugieren que el banco ahora está en mejor situación que la mayoría de los bancos de China continental.
El éxito en la OPI del BCC dará fuerte impulso al Partido Comunista chino en sus esfuerzos por apuntalar un sector bancario frágil. Los bancos chinos deben enfrentar el desafío de la mayor competencia a partir de fines de 2006, cuando los bancos extranjeros tengan acceso pleno al mercado conforme a los términos del ingreso de China a la Organización Mundial del Comercio. A más largo plazo, un sistema bancario sano debiera reducir la necesidad de rescates costosos que se han convertido en un enorme drenaje de las finanzas del país y una amenaza para el crecimiento económico sostenido.
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) calcula que Pekín necesitará gastar otros US$ 203.000 millones, sumados a los US$ 283.000 ya invertidos, para eliminar los créditos impagos de los libros contables de sus bancos estatales. Hasta ahora, el salvataje chino de su sistema bancario ha contado con el fuerte apoyo de inversores extranjeros. En los últimos tres años, varios bancos extranjeros han invertido más de US$ 17.000 millones en la compra de participaciones en bancos chinos al abrir Pekín el sector financiero a ellos. El plan es que los inversores extranjeros ayudan a sus socios chinos a tratar de poner fin a la mala administración, la corrupción y las malas prácticas crediticias.
Bank of America y Temasek, la rama de inversiones del gobierno de Singapur, ya han hecho inversiones estratégicas en el BCC e incrementarán sus tenencia con la OPI. La cotización en bolsa es un elemento primordial en este esfuerzo por reconstruir el sector bancario, siendo el lanzamiento del BCC una prueba piloto para luego hacer que coticen en bolsa los otros tres bancos estatales grandes, el Banco de China, el Banco Industrial & Comercial de China y el Banco Agropecuario de China.
Las autoridades financieras chinas sostienen que el control de los accionistas y los entes de regulación del mercado obligarán a estos bancos a mejorar su administración y sus decisiones crediticias. Pero preparar al BCC para la OPI ha sido un ejercicio costoso para el gobierno en chino. En 1999, una compañía de administración de activos del gobierno pagó al banco a valor nominal por US$ 30.000 millones de créditos en mora. En 2003 el banco se deshizo de US$ 16.000 millones en créditos impagos por el cincuenta por ciento de su valor nominal y otros US$ 7000 millones en créditos fueron pasados a pérdida. Esta reducción de la proporción de los llamados créditos nonperforming (inactivos) de casi el 17% a fines de 2002 a poco menos del 4% en junio de este año, según el BCC, si bien algunos analistas dicen que la verdadera proporción de créditos impagos es mucho más alta de lo que indican las cifras oficiales.
"Hay fuertes incentivos para que la administración de los bancos clasifique mal los activos, dado que informar de altos niveles de créditos en mora expondría a los bancos a sanciones de las autoridades y es incierto que un informe más preciso de por resultado algún beneficio", dijo la OCDE e mes pasado en su primer estudio económico de la economía china.
Al deshacerse el BCC de crédito en mora, fue recapitalizado con una inyección de fondos por US$ 22.500 millones de las reservas de divisas de China a fines de 2003. El año pasado obtuvo otros US$ 5000 millones en capital a través de una emisión de bonos. Los analistas bancarios dicen que ahora está en mejores condiciones, pero el prospecto de la OPI aún tiene 16 páginas dedicadas a factores de riesgo que los inversores deben tener en cuenta. Estos incluyen dudas acerca de la capacidad del banco de cubrir futuras pérdidas por créditos en mora o de pasarlos a pérdida en la misma escala de rescates anteriores.
El BCC también alertó de que una alta proporción de sus créditos han sido otorgados a unos pocos grandes deudores, incluyendo una "exposición significativa" a empresas estatales. La mayoría de los analistas dicen que el mayor peligro para los inversores es que el BCC, junto con los demás bancos chinos grandes, podría enfrentar una nueva ola de créditos impagos si la economía china comienza a desacelerarse.
Los analistas también cuestionan si la administración del BCC ha mejorado lo suficiente como para evitar nuevos préstamos a deudores de alto riesgo, incluidas algunas empresas de propiedad estatal. Y hay dudas de que la estructura administrativa del BCC y otros bancos chinos importantes sea apropiada para lo que se piensa que se volverá un mercado cada vez más competitivo.
Los críticos también se quejan de que mientras el gobierno siga siendo el accionista que controle los bancos que coticen en bolsa, será difícil para los demás accionistas hacer que la administración rinda cuentas de sus decisiones. Luego de la OPI del BCC, el gobierno aún tendrá más del 70% de las acciones de los bancos. En un informe acerca de conducción corporativa en China publicado antes de su informe económico, la OCDE dijo que "no es obvio" que sea viable que el gobierno siga siendo el accionista que tenga el control.
Traducción: Gabriel Zadunaisky
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