Con problemas de salud y varada hasta el viernes: la travesía de una argentina en Nueva York afectada por el paro de Aerolíneas

La situación que se vive en Aeroparque y Ezeiza por el conflicto gremial en Aerolíneas Argentinas (AA) es crítica. La medida de fuerza afecta a más de 40.000 pasajeros y algunos de ellos no podrán viajar en el plazo de una semana. Desde los gremios advirtieron que si no hay acuerdo salarial habrá más protestas y el presidente de la empresa, Mario Dell'Aqua, respondió diciendo que puede llegar a tomar alguna "medida judicial".

Como suele ocurrir, en medio de este conflicto y entre el tire y afloje de cada parte, están los pasajeros. Los que esperan arrancar sus vacaciones y se encuentran con la noticia de que todavía no pueden confirmarle su partida y los que buscan regresar y están varados en distintas ciudades. Margarita Villegas forma parte de este último grupo. Una mujer de 65 años que está en Nueva York junto a su marido, con problemas de salud y a quien le reprogramaron tres veces el viaje. La última confirmación es para el viernes.

"Con mi marido teníamos fecha de regreso el 29 desde Nueva York para llegar el 30 a las 4 a Buenos Aires. El sábado nos mandaron un mensaje informando que había un conflicto en Aerolíneas. Nos reprogramaron el viaje para el 31 en el mismo horario (vuelo 1301) y nos dijeron que llegábamos a la misma hora el 1°", relató Margarita, ofuscada por los inconvenientes, en diálogo con LA NACION.

Los problemas recién comenzaban. A sus 65 años, Margarita sufre algunos problemas de salud que la aquejaron en sus últimos días en la gran manzana. "Yo estoy con una lumbociatalgia. En la ida viajé con un poco de dolor nada más, pero desde el jueves pasado apenas puedo caminar y no salgo de la habitación. Además, sufro de presión y presión ocular", detalló.

Mientras tanto, en Ezeiza y Aeroparque el conflicto se agravaba. Los gremios afirmaban su postura y desde la empresa estatal amenazaban con tomar medidas judiciales. Desde Nueva York, Margarita ultimaba detalles y gestionaba una silla de ruedas para ayudarla con su movilidad en el aeropuerto, tanto en Estados Unidos como en la Argentina.

Visitas al médico

"Tras confirmarme la silla de ruedas, les indiqué que necesitaba viajar acompañada por mi marido, que un médico no era necesario. A la hora de regresar, se volvieron a contactar, para informarme que tenían un pasaje para mí, por el tema de salud, pero no para mi marido", contó Margarita. Ya nerviosa por su estado y toda la situación, les dijo que no podía viajar sola. Del otro lado del teléfono solo escuchó: "La entiendo, pero no tenemos vuelo para su marido".

Además de la necesidad de viajar con su pareja, Margarita tiene agendadas dos visitas al médico y debe realizarse una intervención en su regreso a Buenos Aires. Tras batallar telefónicamente, le ofrecieron tres opciones: viajar el 31 sola, la devolución del 100% del pasaje en el término de los 120 días y con ese monto sacar otro vuelo, o viajar el viernes junto a su marido.

Gastos de alojamiento

Este retraso en el vuelo implica más días y gastos de alojamiento. "Pregunté quién se hacía cargo de los gastos. La agencia me dijo que para eso debía ir al aeropuerto a ver si me podían ubicar en algún hotel. Pero desde los diarios pedían que no nos acercáramos. Además, si me iba del hotel me quedaba sin lugar acá. ¿A dónde iba? En mi estado no puedo quedarme sentada en el piso del aeropuerto", manifestó angustiada.

Un retorno de pesadilla opacó un simple viaje de placer. Al momento, esta mujer de 65 años puede solamente moverse en la habitación del hotel, seguir gastando plata y mirar Nueva York desde la ventana hasta el viernes. Mientras tanto la lucha de poder entre el gremio y la empresa estatal sigue afectando a muchos más pasajeros.