La escasez de dólares preocupa al Gobierno
Admite que debe solucionarla para crecer; las exportaciones y el acuerdo con el FMI, claves
Luego de un año en el que se recuperó la caída de PBI que se produjo en 2020 y con la perspectiva de que la economía continúe con un comportamiento en forma de serrucho y con una industria que, según estimaciones oficiales, crecerá 4,5% el año próximo, la mayor preocupación para el Gobierno de cara a 2022 es poder contar con los dólares que aseguren el crecimiento del país.
En este sentido, según comentaron fuentes del Ministerio de Desarrollo Productivo, el mayor énfasis estará puesto en impulsar las exportaciones y sustituir importaciones de bienes de consumo. “Con US$20.000 millones más de los que logramos este año, tendríamos resuelto el problema externo. Con eso, para crecer al 4% alcanza”, opinó la fuente.
El mecanismo para lograr esos dólares no será, según confiaron, obstaculizar las importaciones (sobre todo las de bienes de capital necesarios para que la industria crezca) ni el aumento de retenciones. La idea del Gobierno es replicar el modelo que resultó ser exitoso para el comercio exterior de la industria automotriz: reducir a cero el derecho de exportación para el porcentaje incremental de exportaciones con relación al año anterior.
“Para aumentar las retenciones, hay que tener los votos, y hoy no los tenemos. Sin pasar por el Congreso, podemos subirlas tres puntos; pero eso no alcanza y, por lo tanto, si las queremos subir más tenemos que dar una batalla legislativa que tenemos perdida, porque ni nuestros propios legisladores de Córdoba o Santa Fe nos apoyarían”, se sinceraron fuentes ministeriales.
En el oficialismo se ilusionan con que, solucionado el tema de la escasez de dólares, también puede empezar a dominarse otro problema central del país: la inflación. “Si bien la inflación es multicausal, su fuente central está en el sector externo”, afirmó la fuente. “Por suerte, no creemos que el año que viene veamos un salto en los precios internacionales de las commodities, que fueron los culpables de nuestra inflación en los primeros meses de este año”, acotó.
La estimación que arrojaron en los pasillos del Ministerio de Desarrollo para la inflación de 2022 fue de 40%. “No es un número para festejar, pero viniendo de un 50% puede ser tomado como un logro. Y estamos convencidos de que se va a bajar con las políticas de desacople de los precios internos de los internacionales, con herramientas como el fideicomiso para el maíz, el trigo y la harina; que contendrán el precio del pollo, el pan y los fideos, entre otros”, señalaron.
Claro que, como reconocen las propias voces de Desarrollo Productivo, muchas de estas proyecciones optimistas se caerían como un castillo de naipes si no se llegara a un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional. De todos modos, ahí también fuentes de esa cartera hicieron gala de su positivismo: “Estoy 100% seguro de que vamos hacia un acuerdo con el FMI. Aunque algunos adentro del Gobierno no estén tan contentos con esa idea, creemos que es necesario para no perder financiamiento necesario para crecer y no quedar aislados de los mercados financieros”, opinó otra fuente.
El hecho de que, según su análisis, el PBI se haya ubicado este año 1,6% por encima de la prepandemia y la inversión esté 13,5% arriba de la de diciembre de 2019, permite proyectar un 2022 en el que la recuperación no sea tan heterogénea como este año desde lo sectorial. “Así como este año los puntos altos fueron industria, comercio y construcción y las bajas fueron turismo, hotelería y gastronomía, el año próximo todos traccionarán por igual”, se esperanzaron.
También se deslizó la idea de que lo destinado por los bancos a las leliqs sea volcado al sector productivo pyme, en forma de créditos, que estarán avalados por el Fogar (Fondo de Garantías Argentino). “También pensaremos algún instrumento para atraer los dólares que tienen los argentinos fuera del sistema, pero para eso primero hay que firmar con el FMI”, agregaron.