Coronavirus. La prioridad en la valija del embajador argentino en EE.UU.
WASHINGTON.- Jorge Argüello llegó hace siete días para instalarse en EE.UU. y cumplir la función de embajador argentino en este país, pero recibió ayer una comunicación que lo obliga a viajar el fin de semana a Riad para participar de una reunión del G-20. "Me llevo la computadora y un kilo de yerba", reconoció el funcionario en una reunión con periodistas que visitan esta ciudad invitados por la AmCham, la cámara de comercio que reúne a empresas norteamericanas con intereses en la Argentina.
Al diplomático le pasa lo mismo que a los ejecutivos de compañías internacionales: antes que a los efectos de un contagio que afecte su salud, temen tener que cumplir con una cuarentena inesperada en alguna parte del mundo que les resulte lejana a casa.
Argüello trasunta un optimismo mesurado, esperable en cualquier funcionario del Frente de Todos en el contacto con la prensa, pero no esquiva los temas álgidos. Asegura que las medidas antipáticas que tomó o mantiene el presidente Alberto Fernández se entienden en el marco de la crisis, y sostiene que Estados Unidos está interesado por lo que pasa en la Argentina.
El primer indicio es la facilidad con la que cumplió con ciertos trámites. Por ejemplo, tuvo charlas con funcionarios del Pentágono, del Departamento del Tesoro y del Departamento de Estado en pocos días. Hasta Mike Pompeo, jefe de este último, debía atenderlo 10 minutos y le dedicó 40.
"Me encontré con Donald Trump y le transmití el mensaje de Alberto Fernández sobre la necesidad de resolver el problema de la deuda. Su respuesta estuvo en los diarios. Me dijo: ‘Dígale al presidente Fernández que puede contar con este presidente. Me reuní con el FMI. Su declaración (acerca de que la deuda es insostenible) es lo que buscábamos", sostuvo en una reunión hoy en la embajada.
Argüello también fue embajador de Cristina Kirchner en 2011 y 2012. Por aquellos años tenía que ir a dar explicaciones todas las semanas por la situación de la deuda en default y su cara aparecía a página completa en algunos diarios, algo que financiaban los holdouts. Dice que el clima hoy es distinto.
La comunicación del FMI parece haber tendido un puente resistente a ambos lados del ecuador para avanzar en las negociaciones sobre la deuda. "No podemos pagar y no lo decimos nosotros", repite Argüello.
En el encuentro con Trump no se habló de Venezuela. Demasiado para abarcar en una reunión que duró 10 minutos, se sacaron fotos y Argüello pasó su mensaje. El tema, sí, resurgió en el encuentro con Pompeo. Nada le interesa más a EE.UU. que la posición con respecto a ese país, pero sus autoridades dicen que no intercambiarán un favor por otro. Después de todo, tampoco les interesa que la economía argentina no prospere. A nadie le pasa desapercibido que, pese a las críticas, es uno de los países más estables de la región.
"Son todas medidas temporarias, no ideológicas. Si no tuviésemos una crisis, no estarían", sostiene Argüello cuando se le pregunta sobre el cepo cambiario y las restricciones para girar dividendos que tienen las empresas.